"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
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jueves, 27 de enero de 2022

Tiempo efímero - y el paso de la vida mientras nos distraemos en pestañear

‘El tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar.’ – Theophrasto - filósofo y botánico griego (371-287 a.C)

Mucho hablamos sobre la fugacidad del tiempo y la vida, tantas veces nos encontramos pensando en cómo los años se nos van de las manos, y tantas otras nos damos cuenta que aquello que alguna vez tuvimos como objetivo, se fue quedando –por diferentes circunstancias- en el camino de lo cambiado ppor diferentes objetivos o abandonado sin darnos cuenta.

Y esto no quiere decir que nuestra vida no esté en movimiento, simplemente en algún momento somos conscientes de que ese movimiento no logra cambios ni aporta beneficios, porque vivimos en una rutina sin darnos cuenta de que nos hemos quedado estancados.

Hace un tiempo circula en las redes un texto -de autor para mi desconocido-, que más allá del valor literario que pueda o no tener, vale la pena leer, distrayendo unos minutos para recordarnos a nosotros mismos, que la vida pasa y el tiempo no espera.

"Parpadeaste y estás en septiembre. Y entre parpadeos y parpadeos crecieron tus hijos, se fueron tus padres, dejaste de ver a amigos. Parpadeaste y se te pasa la vida entre la puteada, el trabajo, la plata que no alcanza y los sueños que dejaste encajonados para 'cuando se pueda'.

Y ... mientras parpadeamos sin registrar al otro, nos perdimos un rato de risas, un abrazo, un amor, una caricia y un último te quiero a ese alguien que ya no veremos. ¿Y si dejamos de parpadear un rato?, digo ¿si nos corremos de la velocidad, del automatismo que nos imprime la vida y empezamos a mirar? Mirá a tu hijo mientras hace la tarea, a tu vieja mientras dobla la ropa, a tu pareja mientras comen juntos, a tus amigos cuando se juntan.

Ganale alegría al tiempo, que si va a pasar, si va a arrasarnos, al menos que nos lleve llenos de miradas y sonrisas. Y sobre todo, que el tiempo nos encuentre celebrando, porque a esos momentos de felicidad yo creo que no se los lleva ni la muerte. Quedan grabados en el espacio infinito, con energía. Digo yo, que no sé nada, pero que tengo ganas de empezar a mirar."

… …

Tal vez es el momento, tal vez aún estamos a tiempo, de darnos cuenta que debemos poner las cosas en el lugar que les corresponde, y que de nosotros depende darles el justo valor que merecen, siempre hay algo que podemos corregir, siempre hay algo que podemos mejorar.

Sabemos que el pestañear es una función básica de nuestro organismo y que ya sea de forma voluntaria o por reflejo se parpadea un promedio de 10 veces por segundo, haciéndolo aproximadamente cada cinco segundos y que lo hacemos unas 15 a 20 veces por minuto, lo que parecería una pérdida de tiempo sin embargo tambien sabemos que si estamos demasiado tiempo sin parpadear los ojos y la visión se resentirán.

Claro que éstos detalles no son relevantes aquí, ya que no estamos tratando un tema científico pero importan para poner en perspectiva lo efímero de nuestra vida, el implacable paso del tiempo que no se detiene,  y la importancia de no distraernos de lo esencial que es vivir, de modo que tenemos que intentar que ese espacio entre el nacer y el morir debe ser de calidad, y para ello hay que poner lo mejor de nosotros mismos, buscando los equilibrios para que esa vida no se nos pierda entre pestañeos y valga la pena de ser vivida.

‘¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida.’ -  Benjamin Franklin - político, polímata, científico e inventor estadounidense (1706-1790)


jueves, 30 de diciembre de 2021

2021 un año que termina - ... y la promesa de seguir enfrentado desafíos

'Vivir, simplemente, no es suficiente… uno debe tener sol, libertad y una pequeña flor.´ -  Hans Christian Andersen - 

‘Siempre he creído que si bien el hombre esperanzado en la condición humana es un loco, el que desespera de los acontecimientos es un cobarde.’ dice la frase de Albert Camus, y nunca mejor empleada que en un día como hoy a escasas 24 horas de finalizar un año y comenzar otro. Momento de festejos pero tambien de de recapitular, tomar lo bueno y rescatar lo que de enseñanza nos haya dejado lo negativo, pero más importante aún tiempo de tomar decisiones, elegir que cosas nos seguirán acompañando y de cuales nos desprenderemos porque sólo significan un lastre que nos agobia.




Tiempo de agradecimientos y de fijar nuevas metas. Tiempo de evaluar lo vivido y seguir andando, con el desafío de estar enfrentados a momentos de crisis e incertidumbres, con optimismo, con convicción, con esperanza, con terquedad, hasta con empecinamiento, dispuestos a seguir persiguiendo nuestros sueños y a estimular, apoyar y acompañar los sueños de otros. Tiempo de aprender, desaprender y reaprender, tiempo de ocuparnos y tomar decisiones con valentía, tiempo de cambios, porque los cambios empiezan con nosotros mismos.

El mundo sigue girando y la vida continúa, tiempo de tolerancia con el corazón y la mente abiertos, ...  Despidamos con alegría éste 2021 !!

'La raíz de todo bien crece en la tierra de la gratitud.'- Dalai Lama - título que obtiene el dirigente de la Administración Central Tibetana y el líder espiritual del lamaísmo o budismo tibetano, actualmente es.Tenzin Gyatso.

sábado, 8 de junio de 2019

Impaciencia, inútil e inconducente - tiempo, momento, oportunidad


“La inconstancia y la impaciencia destruyen los más elevados propósitos.”
Confucio – pensador chino (551-479 a.)

La sociedad y las urgencias que impone vivir en el mundo actual nos hacen querer las cosas ya, somos impacientes, muchas veces intolerantes, nos desagrada tener que esperar, sufrimos de ‘inmediatez’ y perdemos de vista que todo llega en el momento adecuado, ni antes ni después, aunque nos gane la desesperación.

En ese afán perdemos de vista el disfrutar de lo que si tenemos, corremos, nos estresamos, nos frustramos y ponemos en juego la salud y en pos de perseguir aquello que ansiamos muchas veces equivocándonos, desperdiciamos ‘vivir’ y experimentar el camino por el que transitamos.

Nos llenamos de ansiedad y la impaciencia se instala en nuestra cotidianidad sin que tomemos conciencia de que finalmente las consecuencias de nuestra actitud sólo acarrearán perjuicios e insatisfacción.




Debemos aprender a esperar con el convencimiento de que las cosas tienen su tiempo y se concretarán cuando sea oportuno que sucedan y si así no resulta, es que ese no es el momento para que sucedan.

Muchas veces pasado el tiempo si miramos atrás nos daremos cuenta que aquello que nos causó malestar y disgusto por no lograrlo fue mejor que así sucediera, y no se trata de resignar o posponer simplemente es no dejarnos ganar por la impaciencia e insatisfacción que nos consume energía sin provecho alguno.

“La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.”
John Ruskin - escritor, crítico de arte, sociólogo,artista y reformador social (1819-1900)

viernes, 26 de mayo de 2017

El tiempo - corremos o vamos despacio?

"El tiempo es una cierta parte de la eternidad."
Cicerón - escritor, orador y político romano (106-43 a.C)

El valor del tiempo considerado desde la perspectiva de quien vive y lo ve pasar, unas veces de manera demasiado lenta, otras tan rápido que apenas lo podemos ver, en ocasiones malgastado, ignorado, en otras fructífero, bien aprovechado, es siempre sinónimo del transcurrir de la vida.

En oportunidades perdemos de vista que es finito, imperceptiblemente se nos escapa, y cuando reaccionamos a veces es tarde, de eso habla el poema ‘No corras, ve despacio’, del escritor español Juan Ramón Jiménez, Nóbel de Literatura en 1956, breve,  fantástico, exquisito, como todo lo de éste gran poeta, que nos lleva a la reflexión.


¡No corras. Ve despacio,
que donde tienes que ir
es a ti solo!

¡Ve despacio, no corras,
que el niño de tu yo, recién nacido
eterno,
no te puede seguir!

Si vas deprisa,
el tiempo volará ante ti, como una
mariposilla esquiva.

Si vas despacio,
el tiempo irá detras de ti,
como un buey manso.
… …


No es poca cosa tratar de valorar en su justa medida ese don maravilloso que es el tiempo, que recibimos cuando nacemos  el que nos brinda la posibilidad de crecer, proyectarnos, y debemos administrar para llegar a un final que nos deje satisfechos y felices de lo vivido y de habernos encontrado a nosotros mismos.


imagen: Ceslovas Cesnakevicius

"Tan a destiempo llega el que va demasiado de prisa como el que se retrasa demasiado."
William Shakespeare - escritor británico (1564-1616)

lunes, 6 de febrero de 2017

Detenernos - una parada obligada para seguir andando

“No es la cantidad de tiempo que pasas en un lugar el que lo hace memorable; es la forma en la que pasas el tiempo.”
David Brenner – comediante, actor y autor estadounidense (1936-2014)

La vida impone el ritmo, nos obliga, vamos apurados, nos comprometemos y exigimos perdiendo de vista que cuando así lo hacemos en realidad no respetamos nuestro espacio ni nuestros tiempos, peor aún, estamos tan ocupados que no nos damos cuenta. Muchas veces creamos realidades, imaginamos lo que nos gustaría comer, oler, o el lugar donde quisiéramos estar, pero eso no es vivir, y llega un momento en que necesitamos detenernos para hacer realidad nuestras propias vivencias, dando espacio a la extraordinaria sensación de sentirnos dueños de hacer o no hacer, de caminar libremente, observar a nuestro alrededor, escuchar el silencio, recuperar recuerdos, compartir afectos, saboreando desde la realidad cada paso que damos.

No hay mejor manera de hacerlo que decidiendo, un dia cualquiera, que ese es el momento, que no hay que dejar pasar la oportunidad, que el mundo y la vida sólo son como nosotros hacemos que sean, y que la única forma es ‘ser’, sin posponer para más tarde o para mañana lo que hace bastante que debimos hacer, y cuando lo logramos respiramos mejor, sonreímos con facilidad, disfrutamos de lo que nos rodea sintiéndonos presentes en nuestra propia realidad, la que deseamos, la que necesitamos, la que proyectamos.



La cotidianidad nos somete a situaciones diferentes, algunas incómodas, otras dolorosas, y con las experiencias vividas nosotros vamos cambiando, por eso hacer ese parate es bueno y necesario, es darnos la posibilidad de conocernos, de resolver conflictos, de conectarnos con el ahora, de hacer conscientes las necesidades que tenemos, de ver con una mirada diferente aquello que nuestro cerebro se niega a aceptar, de restaurar ilusiones y esperanzas que nos den felicidad, de construir futuro en el que podamos materializar los sueños, de recuperar energía para conseguirlo, de descansar el cuerpo y despejar la mente, paladeando la experiencia, siendo protagonistas.

Eso hicimos nosotras en éstos últimos días, sin preparación, grandes anuncios ni viajes largos, como dice el escritor Paulo Coelho ‘Manténganse locos pero comportándose como personas normales. Corran el riesgo de ser diferentes, pero aprendan a hacerlo sin llamar la atención.’, sólo nos ausentamos de nuestras rutinas y casi hasta de nosotras mismas, el tiempo suficiente para oxigenarnos disfrutando el hacerlo, retornando con el ánimo liviano, dispuesto a seguir construyendo y caminando la realidad.

Imagen: Samy Charnine

“La alegría es lo que nos ocurre cuando nos permitimos a nosotros mismos reconocer lo buenas que son las cosas.”
Marianne Williamson – maestro espiritual, autor y conferencista estadounidense contemporánea

miércoles, 25 de enero de 2017

Tiempos y procesos - respetarlos lleva a buenos resultados

"Al amado no se le alecciona, se le observa, no se le transforma, se le ve crecer y no se le conduce, se le acompaña."
Valérie Tasso - escritora, sexóloga e investigadora francesa contemporánea

Todos sabemos y así lo decimos que no hay un manual para padres, y debemos reconocer que aún con las mejores intenciones y motivados por el amor que los hijos inspiran tratamos de hacer lo mejor por ellos, y en ese querer hacer cometemos errores, muchos y variados, tal vez entre ellos podemos tomar dos como ejemplo de aquello que no debemos hacer, evitarles las dificultades y forzar sus tiempos de aprendizajes.

A partir de un texto del libro ¿Quien puede hacer que amanezca?', del sacerdote Anthony de Mello, un autor del que ya he compartido otros materiales, les dejo un relato breve para reflexionar.

"Una vez al observar un hombre como una mariposa luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud para su gusto, trató de ayudarla soplando delicadamente.
Y, en efecto, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso. Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa sino una criatura con las alas destrozadas.

Cuando se trata de crecer no se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo."
... ...

Todos los procesos tienen su tiempo adecuado para que el resultado final sea el que realmente deseamos, y así queda expresado en el relato que con sencillez, simplemente, al alcance y entendimiento de todo aquél que lo lea nos lleva a la conclusión de que cuando de crecer se trata no se pueden ni deben acelerar tiempos, porque pondríamos en riesgo el resultado seguramente malográndolo.

Pero aún más, no sólo hay que dar tiempo a los procesos, sino adaptar los mismos a la evolución de quien está sufriendo el cambio respetando sus propios tiempos, que serán tantos como individuos hayan, o lo que conseguiremos es únicamrente un final que lamentaremos, y ese tardío reconocimiento del error no aportará solución.

No tratemos de alivianar las responsabilidades de los chicos, los obstáculos los harán madurar fortaleciendo su carácter, y no apresuremos su crecimiento y aprendizaje, estimulemos acompañando el recorrido, recordando que debemos dejarles hacer por si mismos. Apurar creyendo ayudar sólo conseguirá estropear la obra.

imagen: Antonio Mora

"Dar tiempo al tiempo es siempre el mejor remedio para todo desde que el mundo es mundo."
José Saramago - escritor, novelista, poeta, dramaturgo y periodista portugués, Nobel de Literatura 1998. (1922-2010)

domingo, 7 de agosto de 2016

¿Ma sa’ la chol? - ... nos damos tiempo para saber ¿cómo está el corazón?

“Mucho tiempo sacrificándose puede hacer piedra el corazón.”
William Butler Yeats – poeta y dramaturgo irlandés (1865-1939)

Todos sabemos que el tiempo es un bien valioso y por tanto hay que tratar de administrarlo de la mejor manera posible, y en ese interés por hacer que rinda el doble de lo que en horas representa y empujados por el afán de hacer mucho, aprender mucho y tener mucho, vivimos en una carrera desenfrenada y sin tino en la que en realidad sólo atendemos al aspecto material de la vida olvidando que el ser humano necesita el sustento de su espíritu para estar completo.

Es cierto que el ritmo que impone el mundo actual nos lleva muchas veces a esas urgencias, -innecesarias cuando lo pensamos bien-, intentando hacer más de lo que podemos, y sin darnos cuenta planificamos la vida de los niños –desde pequeños- de la misma forma, creyendo que si los mantenemos muy ocupados los convertiremos en personas importantes asegurándoles así su futuro, olvidando que además de hacerlos responsables de sus tareas, también necesitan tiempo para ser niños.

Basta que nos detengamos en una calle cualquiera de nuestra ciudad, miremos durante un rato el movimiento de la gente que va y viene siempre apurados, con caras cansadas, preocupados, sin prestar atención a lo que pasa a su alrededor, e igual sucede cuando nos encontramos con personas conocidas y en la obligada pregunta para saber cómo se encuentran, la respuesta es que están cansados, con poco tiempo disponible, demasiado trabajo, sin espacio para hacer aquello que realmente desearían poder hacer.

Claro que hay quienes están muy ocupados por obligación, el multiempleo para cubrir la necesidad y cumplir los compromisos de sostener una familia se imponen a cualquier otra aspiración relegándolas, Pero ... ¿vale la pena vivir así?, … ¿que tiempo reservamos para enriquecernos, reflexionar, escuchar música, leer un libro, o disfrutar de no hacer nada?, ¿cuándo vamos a soñar, hacer proyectos, crecer?, ¿cuándo dedicaremos tiempo a compartir y disfrutar con aquellos a quienes queremos?.

Las antiguas culturas indígenas americanas tenían una visión muy especial del mundo espiritual y en sus tradiciones nos han enseñado su modo de pensar, vivir y sentir, así la cultura de la etnia guatemalteca Q’Eqchi, una de las que componen el pueblo Maya utiliza una expresión cuando le preguntan a alguien como está y es: ma sa’ la chol, que significa ¿cómo está tu corazón? priorizando claramente lo interior a lo material y dando significado a lo que realmente es importante.

Tal vez es momento de pensar como podemos encontrar tiempo para sentir y no sólo para hacer, buscar el antídoto que nos permita revertir la situación actual apostando al corazón, encontrar el equilibrio para armonizar ocupaciones y responsabilidades, reservando espacios propios para regresar a nosotros y disfrutar, tomemos ejemplo de la sabiduría de los ancestros originarios de nuestra América, que con su sabiduría nos señalan que lo importante es vivir consciente y plenamente.

“No está lejos el día en que el problema económico estará en el asiento de atrás donde debe ir, y el corazón y la cabeza serán ocupados o re ocupados por nuestros problemas verdaderos, los problemas de la vida y de las relaciones humanas, de la creación, el comportamiento y la religión.”
John Maynard Keynes – economista británico (1883-1946)

miércoles, 3 de agosto de 2016

A último momento - hacemos hoy o dejamos para hacer después?

“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.” - Refrán

Claramente nadie desconoce el valor del tiempo y de ahí que todos prioricemos lo que entendemos importante para nuestras vida tratando que esas 24 horas que cada dia nos otorga y de las que disponemos, podamos invertirlas de la mejor forma de acuerdo a nuestro propio criterio e intereses, pese a lo cual muchas veces perdemos de vista la finitud de las horas, actuando de manera inadecuada, hasta irresponsable, sumándonos a la cultura de 'dejar para hacer después', poniendo en riesgo los resultados que queremos obtener..

Podemos verlo desde los primeros años cuando el niño luego de sus vacaciones el día antes de volver a clases recién recuerda las tareas que debería haber realizado y no hizo, el estudiante que dedica el tiempo de estudio a distraerse navegando en internet y luego estudia apurado durante su viaje de ómnibus, y así vamos naturalizando una conducta errónea que va volviéndose adictiva y que en la adultez nos convierte en esas personas que a cualquier encuentro de amigos llegan 20 minutos tarde, que no cumplen sus horarios de ingreso al trabajo, buscando argumentos que lo disculpen e incluso se resisten si son sancionados, que ingresan a la sala de cine cuando ya la película comenzó, molestando a aquellos que ya están ubicados en sus butacas.




No todos tenemos las mismas conductas, por el contrario muchos son respetuosos de sus compromisos y horarios, pero dependiendo de la manera de ser de cada persona donde influyen las formas de hacer del entorno en que nos relacionamos, hacen que sin darnos cuenta busquemos argumentos, nos convirtamos en una molestia para los demás,  pero sobre todo en enemigos de nosotros mismos restando importancia a lo que si la tiene, desperdiciando oportunidades, dejando que el tiempo se escape de las manos sin beneficio alguno.

Tal vez sólo sea falta de organización, pero mientras no tomemos conciencia que el tiempo no regresa, quienes malgantan así sus horas, seguirán lamentando el trámite que no pudieron hacer por dejar para último momento su gestión, el concurso al que no pudieron inscribirse por caducar el plazo antes de haberse presentado, y tantos otros ejemplos que determinan que ‘dejarse estar’ y esperar hasta último momento, aunque en ese preciso momento de urgencias, tratar de recuperar el tiempo que se nos ha escapado, parezca aportar una dosis de adrenalina a la vida, … es un mal hábito, que nos posterga y tendríamos que tratar de revertir sin excusas, con autocrítica, propósito y compromiso.

“La postergación es como una trampa contra nosotros mismos, porque nos roba la vida.”
Gustavo Ekroth – sicólogo y escritor uruguayo contemporánero

viernes, 24 de junio de 2016

A cierta edad - ... cuando el momento de vivir es ahora

"Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado, con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen."
Albert Schweitzer - médico, filósofo, teólogo, músico alemán, Nobel de la Paz en 1952 (1875-1965)

Nacemos, crecemos, vivimos y morimos, es el ciclo normal, habitual, conocido, de vida de cualquier ser humano y que se dará -mal que nos pese-, salvo que circunstancias sorpresivas, impensadas y no deseadas como enfermedades o accidentes lo trunquen antes en alguna parte del recorrido previsto.

Desde el nacimiento y luego durante buena parte de la vida, -primero nuestros padres-, y nosotros mismos después, estamos en la permanente espera de aquello que nos proponemos, para lo que estamos estudiando, para la profesión que pretendemos tener, por el trabajo que aspiramos obtener, y así la vida se convierte en la espera constante de algo que  es el motor que nos mueve.

Ese recorrido por momentos nos hace sentir la satisfacción de lograr las metas que nos propusimos e inmediatamente que llegamos emprendemos nuevas búsquedas y proyectos, nos permitimos desvíos, demoras y también los consecuentes e inevitables errores, sintiendo que el tiempo está a nuestro favor y podremos esperar el tiempo que sea necesario mientras probamos otros caminos.


Pero casi sin darnos cuenta el tiempo de que disponemos va siendo menor, y como consecuencia de ello las esperas no son una alternativa válida, vivimos cada dia, las proyecciones a futuro van perdiendo sentido, y como dice un breve texto atribuído a la escritora brasileña Martha Medeiros: 

“Sin mucha frescura, sin mucho desgaste, sin mucho discurso. Todo lo que la gente quiere, después de una cierta edad, es ir directo al grano. […]. Personas con experiencia ya no cocinan a fuego lento, no esperan sentados, no están dando vueltas y vueltas, no necesitan recorrer todos los cursillos. Queman etapas. No desperdician nada. La paciencia sólo para lo que realmente importa, paraciencia para ver la tarde caer, para ver el final del otoño, para tomar una copa de vino, para la música y los libros, para escuchar un amigo, para lo que vale la pena nuestra dedicación. ...”.

Hoy es el mejor momento para darnos cuenta que el tiempo es el ingrediente más escaso, que ya no podemos desperdiciar, no queremos esperar sino vivir, y para seguir haciéndolo, el ritmo será el que nuestro propio corazón imprima, con coraje, sin esperas, sin pausas, paladeando la vida, … viviendo, la decisión es crítica, el momento es ahora.

“Nadie puede permitirse el lujo de mirar a su alrededor y esperar a que alguien haga lo que él mismo no quiere hacer.”
Carl Jung - médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo (1875-1961)
  

viernes, 11 de marzo de 2016

Niños y el tiempo que les damos - cantidad o calidad?

“Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños, ahora tengo seis hijos y ninguna teoría.”
John Wilmot – poeta y escritor inglés (1647-1680)

La infancia es un tiempo acotado, finito, dura sólo unos años, y es tan importante como que durante ese período el niño absorbe del entorno y esa experiencia lo enriquecerá o lo marcará durante el resto de su vida ya que dependiendo de cuales hayan sido sus vivencias éstas posiblemente influirán en sus conductas de adulto y su forma de relacionarse, aún en edades avanzadas se ha comprobado que quienes tuvieron experiencias felices con sus padres durante la niñez manejan de mejor forma su situación  en la vejez, cuando menos eso señalan estudios especializados.

Más allá de lo técnico, ese breve espacio que la vida nos regala para disfrutar de nuestros hijos es un tiempo irrenunciable que luego recordaremos con alegría, y no es imprescindible que dediquemos muchas horas para ello, -horas de las que generalmente no disponemos-, porque el trabajo y las responsabilidades que como adultos tenemos no lo permiten.




Hay que tener claro que lo que hagamos hoy con los niños, las experiencias educativas o de recreación que les ofrezcamos serán el eje alrededor del cual se moldeará la personalidad y las conductas que redundarán en adultos sanos, y por otro lado todos sabemos que cada vez tenemos que atender más cosas y disponemos de menos tiempo por lo que habremos de –con ingenio y habilidad- encontrar ese necesario espacio para compartir.

Podremos hacerlos participar de lo que hagamos en la cocina, cuando reparamos un mueble, o acompañándolos cuando pintan o ven una película, podemos cantar, conversar, jugar o mirar fotos con ellos, eso hará la felicidad y alegría de cada momento. No es necesario que nos sintamos culpables por no salir a pasear, lo imprescindible es compartir el disfrute de una manera que logre esa necesaria unión, que cree el hábito de ‘hacer y estar juntos’, ya el transcurso de los días irá decantando los gustos y preferencias de cada uno.

Dar mucho tiempo no asegura calidad, estar presente es lo importante aunque sólo sea un ratito cada día, los fines de semana –aún restando horas al descanso- sin duda lograremos que se sientan queridos, seguros, confiados, importantes en nuestra vida, felices y nosotros nos beneficiaremos de lo mismo que les estemos dando, conociéndonos, tomando conciencia de familia, integrándonos, aprendiendo, aprovechando de la forma que podemos el mayor regalo que la vida nos proporciona.

“La sociedad verdaderamente humana es la sociedad del aprendizaje, donde los abuelos, los padres y los niños son todos estudiantes.”
Eric Hoffer – escritor y filósofo estadounidense (1902-1983)

domingo, 6 de marzo de 2016

Cuaresma - tiempo de reflexión y cambio

“Cuaresma  es un ‘camino’, un camino que comienza desde la oscuridad y llega a la luz.”
Giacomo Biffi – Cardenal italiano de la Iglesia Católica, Arzobispo de Bolonia (1928-2015)

La cuaresma es el período que se extiende desde el miércoles de Ceniza –primer miércoles después de carnaval- y el jueves de Semana Santa, no trata de evitar los excesos del carnaval sino de buscar el equilibrio entre cuerpo, psique y espíritu, atendiendo a la totalidad del ser humano, es un tiempo de reflexión, de recuperar las prácticas cristianas que el mundo nos va haciendo olvidar, de preparación para el misterio Pascual y la fiesta de Pascua de Resurrección.

En la Biblia los números tienen significado diferente al que comunmente les damos, denotan cantidad y tambien simbolismo. Así el 4 significa el cosmos, el mundo y el 40 representa el cambio de un período a otro. Son 40 los días de Cuaresma, que responden al simbolismo de ese número en la Biblia, 40 días y 40 noches fue el diluvio universal, 40 años duró la marcha del pueblo judío por el desierto, 40 días estuvieron Moisés y Elías en la montaña, 40 días estuvo Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública.

Su práctica se estableció en el siglo IV y aunque en los comienzos se vivió como días de penitencia con ayuno y abstinencia, actualmente la sociedad ha alivianado tales exigencias.

Cristo y la Iglesia nos invitan en éstos días a revisar nuestras actitudes invitándonos a no alejarnos de Dios, son días de reconciliación y perdón, de identificar los cambios necesarios en nuestra vida, de despojarnos de odios, recelos, rencores, envidias, y de todo lo viejo desprendiéndonos del lastre que nos limita, aceptando con alegría lo que nos toque vivir.

Es momento de darnos ese espacio para el necesario examen de conciencia, para adoptar los cambios que nos transformen en seres mejores.


“La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia.”
Benedicto XVI – Joseph Ratzinger, Papa No.265 de la Iglesia Católica


jueves, 17 de diciembre de 2015

‘Destiny’ - un audiovisual sobre el destino, el tiempo, las obsesiones, ... para reflexionar

“El tiempo es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos.”
John Randolph - pensador y político estadounidense (1773-1833)


Vivimos el presente porque ese es el único tiempo real que existe, pero generalmente estamos más centrados en el reloj y la cantidad de tiempo que disponemos para lo que debemos hacer, perdiendo de vista que el momento presente está sucediendo ahora y no somos conscientes que ese presente es finito y acotado al momento de la muerte, -de la que nadie se puede evadir-, con lo cual la posibilidad real de correr tras los objetivos con los que creemos construiremos nuestro destino terminan, y así las rutinas, los horarios estrictos y la obsesión del tiempo terminan convirtiéndose en el mayor enemigo que nos impide vivir.

El corto de animación en 3D ‘Destiny’,  nos cuenta sin necesidad de complicados diálogos, la lucha con el destino, nos cuestiona la posibilidad de cambiarlo, -teniendo cada vez menos tiempo- mostrando una visión del tiempo y el intento de aprovecharlo como clave, así como los estragos que ocasionan el estrés y la rutina, así como las obsesiones que podemos llegar a tener y que nos impiden avanzar, … todo con un toque de humor.
 

 


El trabajo de cuatro alumnos de la escuela francesa 'Bellecour Ecoles d’art': Fabien Weibel, Sandrine Wurster, Victor Debatisse y Manuel Alligné, audiovisual realizada en el 2012, con un resultado visualmente exquisito, una historia llena de incertidumbre, muy bien narrada y animada, con detalles que plantean la lucha de un hombre por evitar lo que no desea que suceda y que en sólo 5 minutos logra hacernos reflexionar.


“Tendremos el destino que nos hayamos merecido.” 
Albert Einstein  - Científico alemán nacionalizado estadounidense (1879-1955)