“No dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy.” - Refrán
Claramente nadie desconoce el
valor del tiempo y de ahí que todos prioricemos lo que entendemos importante
para nuestras vida tratando que esas 24 horas que cada dia nos otorga y de las
que disponemos, podamos invertirlas de
la mejor forma de acuerdo a nuestro propio criterio e intereses, pese a lo cual
muchas veces perdemos de vista la finitud de las horas, actuando de manera
inadecuada, hasta irresponsable, sumándonos a la cultura de 'dejar para hacer después', poniendo en riesgo los resultados que queremos obtener..
Podemos verlo desde los primeros
años cuando el niño luego de sus vacaciones el día antes de volver a clases recién
recuerda las tareas que debería haber realizado y no hizo, el estudiante que
dedica el tiempo de estudio a distraerse navegando en internet y luego estudia apurado
durante su viaje de ómnibus, y así vamos naturalizando una conducta errónea que
va volviéndose adictiva y que en la adultez nos convierte en esas personas que a
cualquier encuentro de amigos llegan 20 minutos tarde, que no cumplen sus horarios de ingreso al trabajo,
buscando argumentos que lo disculpen e incluso se resisten si son sancionados, que
ingresan a la sala de cine cuando ya la película comenzó, molestando a aquellos
que ya están ubicados en sus butacas.
No todos tenemos las mismas
conductas, por el contrario muchos son respetuosos de sus compromisos y horarios,
pero dependiendo de la manera de ser de cada persona donde influyen las formas
de hacer del entorno en que nos relacionamos, hacen que sin darnos cuenta busquemos
argumentos, nos convirtamos en una molestia para los demás, pero sobre todo en enemigos de nosotros mismos
restando importancia a lo que si la tiene, desperdiciando oportunidades,
dejando que el tiempo se escape de las manos sin beneficio alguno.
Tal vez sólo sea falta de organización,
pero mientras no tomemos conciencia que el tiempo no regresa, quienes malgantan
así sus horas, seguirán lamentando el trámite que
no pudieron hacer por dejar para último momento su gestión, el concurso al que
no pudieron inscribirse por caducar el plazo antes de haberse presentado, y
tantos otros ejemplos que determinan que ‘dejarse estar’ y esperar hasta último
momento, aunque en ese preciso momento de urgencias, tratar de recuperar el
tiempo que se nos ha escapado, parezca aportar una dosis de adrenalina a la
vida, … es un mal hábito, que nos posterga y tendríamos que tratar de revertir
sin excusas, con autocrítica, propósito y compromiso.
“La
postergación es como una trampa contra nosotros mismos, porque nos roba la
vida.”
Gustavo
Ekroth – sicólogo y escritor uruguayo contemporánero
Procrastinación, una manera de postergar lo importante por lo que no lo es, una palabra casi ignorada de una forma de vivir cada vez más presente y extendida.
ResponderBorrarUn tema muy interesante y bien desarrollado.
Felicitaciones por el blog, que de vez en cuando visito. Saludos Maria Elena