"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

lunes, 26 de julio de 2021

Lideramos nuestra vida? - saber de que somos capaces, ... un desafío

'Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos.'  - Fernando Pessoa - escritor portugués (1888-1935)

Es común leer o escuchar de aquellos que imparten conocimientos sobre autoayuda que nada debe limitarnos en la obtención de las metas que nos fijamos. Es más,  naturalmente el ser humano tiende a esforzarse poniendo lo mejor de sí cuando pretende lograr objetivos. Hay personas con dones y talentos sobresalientes, pero todos podemos alcanzar y concretar lo que soñamos si ponemos manos a la obra con decisión, siendo perseverantes y comprometidos.

Sin embargo vivimos en sociedad y eso implica que estemos rodeados de muchas  personas las que por variados motivos nos trasmitirán la idea de que no debemos arriesgar, que puede perjudicarnos de algún modo, que no seremos capaces de, en ocasiones con buenas intenciones creyendo preservarnos así de tener decepciones, en otras con intenciones dudosas que más se inclinan a priorizar su propios intereses a los nuestros, creyendo que podríamos perjudicarles.

Hace unos años atrás allá por el 2014, el escritor español Eloy Moreno publicó un libro titulado ‘Cuentos para entender el mundo’, que incluye la recopilación y adaptación de 35 cuentos breves con reflexiones para, como el mismo autor dice ‘entender el mundo y tratar de mejorarlo’.



He seleccionado uno de esos cuentos para tratar de reflexionar sobre el tema que hoy me propuse compartir y aquí les dejo:

El niño que pudo hacerlo

‘Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua.

La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas. 

Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos. 

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.

-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza  suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo?, comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.

-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.

-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.

-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.’

… …

A veces las dificultades nos agobian y nosotros mismos terminamos abandonando proyectos que pensábamos llevar adelante, pero lo que no debemos permitir es que otras personas en nuestro entorno, con opiniones contrarias influyan en nuestra decisión. Podemos escuchar otras voces, otras ideas, darnos tiempo para pensar, analizar, pero en definitiva sólo nosotros podemos defender nuestros sueños y si estamos convencidos de ellos debemos seguir adelante.

Sin importar en que etapa de la vida nos encontremos, niños o adultos, no sabremos de que somos capaces hasta que lo hagamos, no permitamos que nada ni nadie nos distraiga, que nadie menoscabe nuestra autoestima, necesitaremos valentía y nos sorprenderemos nosotros mismos luego de haberlo logrado. Esa será nuestra mayor satisfacción.

‘Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño, tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve por ello y punto.’ – de la película ‘En busca de la felicidad’.

viernes, 16 de julio de 2021

'Los guardianes del tiempo', protectores del hombre - sorprendentes esculturas de Manfred Kielnhofer

'La escultura no consiste en el simple labrado de la forma de una cosa, sino el labrado de su efecto.' - John Ruskin - escritor ingles (1819-1900)

Nacido en enero de 1967 en Haslach an der Mühl, Manfred Kielnhofer es un pintor, escultor, diseñador y fotógrafo austríaco autodidacta. Tomó su examen final en el Colegio Linz en 1995, lanzando la Galería Artpark en el 2005.

Si bien practica varias disciplinas, habiendo realizado trabajos con técnicas diferentes como sus series de fotografías, su nombre y su obra se ha dado a conocer a partir de las sorprendentes esculturas, que desde el 2006 se conocen como ‘Los guardianes del tiempo’. Las mismas tienen su inspiración en lo religioso y sobrenatural, de tamaño considerable, realizados en bronce o piedra, cubiertas con un manto con capucha y en posiciones que dan sensación de movimiento han sido colocadas en lugares públicos como plazas, parques o castillos lo que les aporta un halo de misticismo y misterio.










Se exhiben solas o en grupos como si estuvieran hablando entre ellas y cambian su ubicación sin llamar la atención, en una suerte de galería móvil. Una trabajo donde el artista pone su sensibilidad expresando la necesidad de protección que experimenta el hombre , para su propia existencia, que sufre los embates y peligros generados por el mismo hombre, a través de la historia.

Ha expuesto en diferentes lugares del mundo, entre otros Nueva York, Amsterdam, Venecia, Berlin, Beijing, etc.. En el año 2012 creo una serie de guardianes en miniatura realizados en plástico. Un arte que deja perplejos a los espectadores, que merece ser conocido.

Fuente: http://kielnhofer.at/biography.htm

'Un buen escultor tiene que sentir y disfrutar la escultura como ella es. Se necesita la constancia en el trabajo.' -  Jilma Madera - artista cubana (1915-2000)

martes, 6 de julio de 2021

Avances, y cambios - el hándicap de los maduros, en la sociedad del 'use y tire'

‘Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos.’ - Viktor Frankl - neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco (1905-1997)

Los tiempos que corren nos han puesto a quienes nacimos en las últimas décadas del siglo pasado, frente a cambios drásticos en la forma de vivir y ese adaptarnos a las nuevas costumbres y avances tecnológicos, implica cambios culturales que debemos asumir con una rapidez que a muchos les cuesta aceptar y conseguir. Accedemos con enorme facilidad a nuevas formas de comunicación, podemos ser más eficientes en el desempeño laboral y con la aparición de las redes alcanzar una gran fluidez en el intercambio de ideas e información.

Sin embargo ese vértigo en el que se vive ha cambiado formas de ser y hacer, hoy vivimos en la sociedad de la  inmediatez, del use y tire, de simplemente ver la comodidad de lo desechable, donde prácticamente todo puede ser reemplazado con facilidad. … Y quien no logra superar ese handicap, adaptándose va quedando desplazado de un mundo en el que paradójicamente cada vez es más difícil el interactuar ‘cara a cara’.

Me he permitido la libertad y el atrevimiento de extraer de un texto del escritor uruguayo contemporáneo Marciano Durán, que está incluído en el libro "La cuestión es darse maña y otras incoherencias", y que se puede encontrar en la página http://marcianoduran.com.uy, unas imperdibles reflexiones que hacen al tema. 

Desechando lo desechable

"Me educaron para guardar todo. ¡Tooodo! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Sí… ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. ¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

Y guardábamos. ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooodo lo guardábamos!!

Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en un  cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. …pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal, … pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables… eran guardables. nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden “matarlos” apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada… ni a Walt Disney. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad  que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano … y sea yo el entregado. Y yo…no me entrego.".

… …

Sin duda un texto para reflexionar, seguramente no todo lo nuevo es malo, ni todo lo viejo es obsoleto, tal vez la cuestión es encontrar el equilibrio que nos permita adaptarnos para vivir una nueva y buena vida, sin por ello perder la esencia de quienes somos. Es cierto que somos parte de esa generación que ha visto de cerca los grandes cambios, vimos como nuestros esquemas desaparecieron, aceptar que el cambio es lo único permanente, nos interpela para no ‘caernos del mundo’, en ésta sociedad globalizada que nos ha quitado costumbres, modificando las formas de ver la vida, pero tambien nos ha brindado comodidades, avances a reconocer y la posibilidad de desafiarnos a nosotros mismos. 

Nota: El texto a que se refiere este post circula desde hace años en las redes atribuído erróneamente al escritor tambien uruguayo Eduardo Galeano.

https://krismeiconversaconmigo.blogspot.com/search?q=cr%C3%B3nicas+marcianas

‘Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día.’ - Ernesto Sábato - ensayista, novelista, físico y pintor argentino (1911-2011)