“Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.” – Proverbio chino
El mundo actual nos muestra una sociedad con fracturas, donde la crisis está presente, y no sólo crisis económica sino sobre todo de valores, donde los conceptos de trabajo, respeto, tolerancia, de la mano de una educación inadecuada han ido aumentando consistencia, donde el descontento, la engaño, la violencia están presentes y donde el fraude, el soborno, el atropello, el 'vale todo' son moneda corriente.
La corrupción no es producto de un acto, de una situación, de una persona o de un momento, es por el contrario la suma de circunstancias desde el error de considerar que educar está únicamente en manos de los maestros y profesores, olvidando que el primer lugar donde crecemos como personas y adquirimos valores es en nuestro hogar, hasta -en el otro extremo- creer que en pos de obtener aquello que perseguimos todo es recurso válido sin importar lo que dejemos o destruyamos en el camino.
Los objetivos son importantes para motivarnos y proyectar nuestra vida, pero si carecemos de principios que den un marco que haga del respeto por los demás el límite de nuestras acciones, mientras no nos demos cuenta que atropellar los derechos ajenos desvaloriza cualquier cosa que hagamos, por Mejor intención que en ella pongamos, esperar que algo cambie en la sociedad es utopía.
Una problemática individual y colectiva que afecta a todos los sectores de la sociedad, personas, empresas, gobiernos y países, que lleva a la intransigencia, el abuso, la vulnerabilidad de derechos, la falta de ética, donde la frase 'el fin justifica los medios' desvirtuada para significar que todo está permitido mientras logremos conseguir lo que queremos, explicaría todo lo que se hace sin verguenza ni conciencia.
Una situación que palpamos, de la que hablamos mucho, pero con pocas ideas que aporten una solución, sin embargo la solución está en todos los integrantes de la sociedad cada uno desde su lugar. Si logramos acercarnos a ella rompiendo el perverso círculo, encontraremos esperanza, percibiremos tranquilidad, sentiremos una reconfortante sensación de aire fresco acariciándonos el alma, podremos volver a creer que se puede, ... que vale la pena.
imagen: Georgi Petrov /'Ideas'
“Malos medios dan mal fin, esto dice la experiencia, que la dicha la dan sólo la virtud y la prudencia.” - Aleluya siglo XVII
