"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

miércoles, 24 de marzo de 2021

Entre derechos y libertades - el respeto mutuo

“Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz” – Benito Juárez – político mexicano (1806-1872)

Todos tenemos derecho a pensar diferente a discrepar y tambien a expresarnos en consecuencia, del mismo modo como luchar por los derechos es un tema por el que en muchas partes de éste nuestro mundo, importantes grupos de la sociedad aún lo hacen incluso por derechos tan básicos como la alimentación, la salud, la educación o la vivienda.

Nos sentimos en ‘nuestro derecho’ cuando ejercemos ese poder, y exigimos que se nos escuche porque es la forma de lograr lo que espontáneamente no se nos brinda y a lo que nos sentimos legítimamente acreedores.

Sin embargo todo tiene su contrapartida así como todos no pensamos ni sentimos igual, nuestras necesidades e intereses no tienen que ser precisamente los mismos y comprender que los demás aún enfrentados a nosotros tienen tambien el mismo derecho que nosotros a defender sus ideas es la clave para una convivencia pacífica, respetuosa y tolerante.,

La tan manida idea de ‘hacer y tratar a los demás como quisiéramos que nos traten a nosotros’ es la clave para entender y aceptar las diferencias, apelar a la empatía, -aunque nos cueste- es ese ponernos en el lugar del otro para intentar entender sus razones y así conseguir la  paz.

Pero es difícil cuando estamos en el fervor de una contienda, donde ponemos en juego las ideas que defendemos, el afán de lograr aquello a lo que aspiramos, y el orgullo propio –que nos negamos a resignar-, por la satisfacción de haberlo obtenido.



Y aquí es donde entra en juego el respeto mutuo por el derecho ajeno, lo que parece un juego de palabras, pero en realidad es lo medular si partimos de la premisa de la honestidad por cada parte. Como dice el pensamiento de la filósofa alemana Hanna Arendt ‘el derecho a tener derechos’.

No debemos hacer ruidos molestos en horas inadecuadas cuando los demás descansan, no debemos tirar basura en los lugares de uso común, no debemos estacionar en sitios destinados a ingreso de ambulancias, y tantos otros ejemplos, que muestran que la vida y la convivencia sería caótica si no existiera un ordenamiento y cada quien hiciera de acuerdo a su libre entender.

Tal parece que muchas personas no lo entienden y se arrogan el derecho de tomar actitudes que más allá de la libertad de expresión atentan contra el derecho de otros como sucede en éstos difíciles tiempos de pandemia, cuando todos conocemos las indicaciones de las autoridades sanitarias en cuanto a cuidados, distanciamientos y determinadas precauciones, con las que todos debemos colaborar, haciendo exactamente lo contrario a lo sugerido contraviniendo indicaciones –argumentando hacer uso de sus derechos- en un claro desprecio  por el derecho y la vida ajena.

Tiempos que corren, cuando el ser humano parece querer mostrar que es todo menos humano, deberíamos recordar que los derechos aún los fundamentales tienen limitaciones, y tal vez la más clara de esas limitaciones y sin pretender tener la clave de la verdad ni hablar en términos jurídicos que no nos competen, los derechos nuestros no deberian atropellar, menoscabar o perjudicar el derecho ajeno, y sobre todo si consideramos que estamos hablando del derecho a la salud.

‘La libertad no es otra cosa que aquello que la sociedad tiene el derecho de hacer y el estado no tiene el derecho de impedir.’ – Benjamin Constant – filósofo, político y escritor francés (1767-1830)

lunes, 15 de marzo de 2021

Viajar: una materia suspendida? - ... o una forma diferente de mirar y sentir la cercania

“Lo que la luz es para los ojos, lo que el aire es para los pulmones, lo que el amor es para el corazón, la libertad es para el alma del hombre.”- Robert Green Ingersoll – abogado, líder político y orador estadounidense (1833-1899)

Todos sabemos que viajar es un evento al que no siempre podemos acceder, por dificultades para encontrar los tiempos libres en que hacerlo, por compromisos adquiridos familiares, laborales o de estudio que no lo permiten, o escasez económica que nos limita la posibilidad de concretarlo. 

Sin embargo todos coincidimos que viajar nos hace más felices, abre nuestra mente, nos permite flexibilizar conductas, aflojar el estrés de la vida cotidiana, alejarnos de las rutinas diarias, y tal vez por ello todos ansiamos –sobre todo cuando las responsabilidades de la vida nos agobian- con escapar a nuevas experiencias, nuevos lugares, que nos liberen y enriquezcan al mismo tiempo.

En los tiempos que corren además de las limitaciones que ya mencionamos se suma la dificultad que supone la pandemia de la Covit-19 que limita la movilización de las personas por motivos sanitarios.

Pero no debemos olvidar que pueden existir otras maneras de viajar y que no consideramos realmente en su justa medida. Dicen que ‘todos los viajes son lindos, incluso los que hagas por las calles de tu barrio, y que el encanto dependerá de tu estado del alma’.

Seguramente descubrir los lugares próximos a donde vivimos y a los que habitualmente no prestamos atención, tambien podríamos considerarlo como viajar si decidimos hacerlo involucrándonos en el recorrido, conociendo orígenes, descubriendo historia, desmenuzando anécdotas, escuchando los latidos de cada lugar y saboreando lo que nos cuenta. 


Peatonal Bacacay

Palacio Taranco

Palacio Taranco

Capilla Hospital Maciel

Capilla Hospital Maciel

Peatonal Sarandí

Plaza Zabala

Calle Cerrito y Banco República

Plaza matriz y Catedral Metropolitana

Cabildo de Montevideo

Edificio de Aduana Puerto de Montevideo

Rambla de Montevideo Malecón

La Ciudad Vieja que alberga el casco histórico de la ciudad de Montevideo, -donde vivo- permite recorrer tramos y curiosidades de la historia. Quien no se asombra al llegar al Hospital Maciel y encontrar la Capilla que aún mantiene en una de las columnas de su fachada una bala de cañón que según se dice data de la época de la invasión inglesa en los inicios del 1800, una bellísima construcción con un altar de estilo barroco, y pilas de agua bendita que llaman la atención, que lamentablemente no está actualmente abierta al público, por el estado de avanzado deterioro que presenta. Y uno piensa, ... cuantas almas, con familiares enfermos en el hospital, habrán implorado allí por su recuperación.

A poca distancia llegamos a la hermosa Plaza Zabala que mantiene su estilo europeo muy cuidada con frondosos árboles, el monumento central de Bruno Mauricio de Zabala fundador de la ciudad, con el constante bullicio de personas que pasan o se sientan en sus bancos y niños que juegan, un verdadero pulmón que respira, haciéndola sentir viva. 

Cruzando la calle enfrentamos el poco conocido 'Palacio Taranco', una joyita arquitectónica de estilo francés, construído a principios del 1900 por la familia del mismo nombre, comprado por el estado en 1943, convertido actualmente en Museo de Artes Decorativas, y que supo albergar en algún momento visitantes ilustres como el Principe de Gales futuro Eduardo VIII quien abdicara al trono de Inglaterra, escribiendo una de las historias de amor más conocidas de todos los tiempos, así como luego fue testigo en 1979 de la firma del Acta de Montevideo entre Chile y Argentina por el conflicto del Canal de Beagle que tuviera la mediación del Papa Juan Pablo II, presente allí en ese momento.

Tambien vamos a encontrar la Catedral Metropolitana frente a la Plaza Matriz y enfrentada por el otro lado de la misma plaza por el Cabildo de Montevideo, donde historias, anécdotas, curiosidades y mucho más podemos encontrar para pensar, cuestionar, investigar y conocer como palpitaba y latía la ciudad en sus inicios y las vida de sus gentes. Sin olvidarnos del Puerto de Montevideo, motor importante de la vida económica, así como el gusto de recorrer callecitas que sólo tienen el mérito de permitirnos disfrutar nuestra identidad encontrando las influencias que como sociedad hemos recibido y no olvidemos la hermosa rambla que bordea ese 'Mar Dulce' de los españoles en su descubrimiento, el 'Paraná Guazú' de los indígenas, el 'río grande como mar', donde Montevideo se recuesta, el omnipresente 'Río de la Plata', extendiéndose por quilómetros, frente al cual podemos sentirnos libres.

Cada viaje trae consigo sus propias sorpresas: un desafío, una desviación súbita, un descubrimiento y tal vez incluso, el reconocer en los recuerdos asociados, emociones nuevas que mejoran nuestro estado de ánimo. En resumen no existe una única forma de viajar y siempre será un enriquecedor aprendizaje que hay que considerar.

He decidido hacer la experiencia recorriendo algunas calles de mi barrio, cada lugar tiene sus peculiaridades, sus encantos particulares, y en él vibran las historias de su gente, todos pueden animarse, hacer lo mismo descubriendo y haciendo propio su espacio cercano, y todo lo que atesora, encontrando, sorprendiéndose y disfrutando experiencias como las que podría conseguir viajando más lejos.

Estoy convencida que esta nueva manera de intentarlo, 'con tapabocas, distanciamiento social y sin valijas', con el alma dispuesta, más cercana a las historias y vivencias, es una buena forma de saber más, conocer el entorno, ponernos en la piel de aquellos que nos antecedieron y allí sufrieron, lucharon, rieron, conociéndonos a nosotros mismos, ... en suma un aprender a mirar y tambien vivir.

“No hay hombre más completo que aquel que ha viajado mucho, que ha cambiado veinte veces de forma de pensar y de vivir.” - Alphonse de Lamartine – escritor y político francés (1790-1869)


jueves, 4 de marzo de 2021

Amor propio, ... arropando nuestra vida - Simone Seija Paseyro y su 'Brindo contigo'

“Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.” – Oscar Wilde – escritor, poeta y dramaturgo irlandés (1854-1900)

El ser humano necesita vivir en sociedad, relacionarse con otras personas y con el entorno es importante, los vínculos que se crean lo enriquecen, le sirven de apoyo en momentos difíciles o cuando atraviesa circunstancias donde la tristeza y la soledad lo agobian.

Pero generalmente la sociedad nos urge marcando el ritmo que debemos imprimir a nuestra vida, así como nosotros mismos nos condicionamos anteponiendo las necesidades de familia, amigos, compañeros de estudio o trabajo, sin que nos demos cuenta, dejando rezagados nuestros propios intereses.

Sin embargo tan importante como el relacionamiento con los demás, es el vínculo con nosotros mismos, el lugar que nos damos, el tiempo que nos dedicamos, el permiso que nos concedemos para hacer actividades de nuestro interés, la disculpa cuando de errores cometidos se trata, los límites que ponemos a todo aquello que alguna manera nos resiente, es decir el valor que damos a nuestra propia existencia y modo de vida.

Hoy quiero compartir un texto de una joven mujer uruguaya, nacida en Montevideo en 1968, que tiene múltiples facetas, Simone Seija Paseyro, Escribana, Psicóloga, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Escritora y Lectora de Registros Akásicos, que además y entre otras muchas actividades ha sido productora y conductora de programas de televisión y reportera gráfica.

De su blog ‘Nunca estamos solas’ he elegido lo que a modo de poesía ha escrito para estimularnos, brindando aliento y señalando todas aquellas cosas que vamos dejando atrás cuando nos posponemos, sin entender que elegirnos y querernos es necesario para que, luego de sentirnos satisfechos y felices poder querer a los demás.



Brindo contigo

Brindo contigo porque estás viva. Porque llevas en el cuerpo y en el alma cicatrices, pero ninguna logró detenerte. 

Brindo contigo por cada lágrima derramada. Porque poder llorar el dolor es una bendición. Porque por el mismo conducto que llega lo que nos hace sufrir está lo que nos permite ser felices.

Brindo contigo porque comprendiste que quejarse es perder el tiempo. En cambio soñar es el tiempo mejor invertido. 

Brindo contigo porque te levantas cada mañana. Y porque cada noche vuelves a tu casa con la energía para amar. 

Brindo contigo por tu valentía. Por cada vez que sientes miedo, te das la vuelta, lo enfrentas, y lo invitas a entrar.

Brindo contigo cuando corres riesgos. Y también cuando te quedas quieta esperando el momento justo para caminar.

Brindo contigo cuando tocas el cielo con las manos. O cuando vagas por los senderos oscuros de la tristeza. Porque para poder tocar el cielo hay que haber conocido el infierno.

Brindo contigo porque eres pura luz en movimiento. Y cuando pones manos a la obra, de ellas salen pequeñas llamitas que iluminan el mundo entero. 

Brindo contigo porque estás despierta. Porque hoy es simplemente un día más… Porque puedes hacer de este y de los 364 que tienes por delante lo que tu decidas.

Brindo por el coraje de vivirlos a pleno. Porque estás viv@ y eso….le da sentido a todo.

POR UN TIEMPO DE AMOR POR TI MISM@…Y ENTONCES, POR TODO LO QUE TE RODEA…

… …

El vínculo que mantenemos con nosotros mismos es importante, diría que fundamental, las personas queridas que nos rodean son pilar importante en nuestras vidas, pero nada más importante que el amor propio, porque sólo nosotros mismos podemos acompañarnos en todo momento.

Amarnos es apoyarnos a nosotros mismos, es brindarnos una mirada amable, dándonos permisos, reconociendo nuestras carencias, pero tambien nuestros propios valores, perdonándonos cuando sea necesario, sintiéndonos satisfechos cuando lo logramos, sabiendo que la vida da alegrías y tristezas y que nada nos prepara para vivir, el aprendizaje se hace andando.

Que el amor propio arrope nuestra vida. Démonos tiempo y espacio, permisos y reconocimientos, soñemos, vibremos, querámonos.

Brindemos por la vida, … brinda por ti.

Fuente: http://www.registrosakasicos.com/

“Estar sano emocionalmente no significa depender de otros para ser feliz, sino del amor que uno se tiene a sí mismo en primer lugar.” - Bernardo Stamateas – escritor y conferencista argentino contemporáneo.