"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

martes, 6 de julio de 2021

Avances, y cambios - el hándicap de los maduros, en la sociedad del 'use y tire'

‘Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos.’ - Viktor Frankl - neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco (1905-1997)

Los tiempos que corren nos han puesto a quienes nacimos en las últimas décadas del siglo pasado, frente a cambios drásticos en la forma de vivir y ese adaptarnos a las nuevas costumbres y avances tecnológicos, implica cambios culturales que debemos asumir con una rapidez que a muchos les cuesta aceptar y conseguir. Accedemos con enorme facilidad a nuevas formas de comunicación, podemos ser más eficientes en el desempeño laboral y con la aparición de las redes alcanzar una gran fluidez en el intercambio de ideas e información.

Sin embargo ese vértigo en el que se vive ha cambiado formas de ser y hacer, hoy vivimos en la sociedad de la  inmediatez, del use y tire, de simplemente ver la comodidad de lo desechable, donde prácticamente todo puede ser reemplazado con facilidad. … Y quien no logra superar ese handicap, adaptándose va quedando desplazado de un mundo en el que paradójicamente cada vez es más difícil el interactuar ‘cara a cara’.

Me he permitido la libertad y el atrevimiento de extraer de un texto del escritor uruguayo contemporáneo Marciano Durán, que está incluído en el libro "La cuestión es darse maña y otras incoherencias", y que se puede encontrar en la página http://marcianoduran.com.uy, unas imperdibles reflexiones que hacen al tema. 

Desechando lo desechable

"Me educaron para guardar todo. ¡Tooodo! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Sí… ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. ¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

Y guardábamos. ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooodo lo guardábamos!!

Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en un  cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. …pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal, … pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables… eran guardables. nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden “matarlos” apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada… ni a Walt Disney. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad  que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.

Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano … y sea yo el entregado. Y yo…no me entrego.".

… …

Sin duda un texto para reflexionar, seguramente no todo lo nuevo es malo, ni todo lo viejo es obsoleto, tal vez la cuestión es encontrar el equilibrio que nos permita adaptarnos para vivir una nueva y buena vida, sin por ello perder la esencia de quienes somos. Es cierto que somos parte de esa generación que ha visto de cerca los grandes cambios, vimos como nuestros esquemas desaparecieron, aceptar que el cambio es lo único permanente, nos interpela para no ‘caernos del mundo’, en ésta sociedad globalizada que nos ha quitado costumbres, modificando las formas de ver la vida, pero tambien nos ha brindado comodidades, avances a reconocer y la posibilidad de desafiarnos a nosotros mismos. 

Nota: El texto a que se refiere este post circula desde hace años en las redes atribuído erróneamente al escritor tambien uruguayo Eduardo Galeano.

https://krismeiconversaconmigo.blogspot.com/search?q=cr%C3%B3nicas+marcianas

‘Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día.’ - Ernesto Sábato - ensayista, novelista, físico y pintor argentino (1911-2011)


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