‘Un abrazo quiere decir: no me amenazas, no tengo miedo de estar tan cerca, puedo relajarme, sentirme en casa, estoy protegido y alguien me comprende. Dice la tradición que cada vez que abrazamos de verdad a alguien, ganamos un día de vida.- Paulo Coelho – escritor brasileño contemporáneo
Cuando hablamos de la vida nos gusta buscar similitudes entre ésta y diferentes imágenes con las que se le puede comparar, Un baile en el que nos sentimos a gusto y sin importar el alcanzar un objetivo, queremos disfrutar; un tren al que nos subimos y en el que durante el camino nos permite conocer e interactuar con quienes permanecerán a lo largo del trayecto o con quienes sólo serán parte de un tramo de ese mismo recorrido que es la vida.
De la pluma de don Eduardo Galeano, de su libro ‘Bocas del Tiempo’, una recopilación de relatos cortos, donde cuenta historias ‘vividas o escuchadas’. he elegido uno en el que se refiere al inicio y final de ese viaje que llamamos vida de una forma singular.
El viaje
Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje.
… …
Tal vez una manera de significar la importancia de los abrazos, tan necesarios, diría que imprescindibles en cualquiera y todas las etapas de la vida, ese gesto que trasmite calidez, reconforta, alimenta nuestro ser interior, entibia el corazón, arropa el alma, haciéndonos sentir -desde que nacemos- amados y protegidos y que en el ocaso de la vida nos ayuda a ‘despedirnos’, en el tramo final del viaje.
Tal vez una manera de señalar el valor de los comienzos y finales en la vida, esos momentos donde somos especialmente frágiles y vulnerables, donde el énfasis e importancia está puesto en los primeros y últimos intentos de abrazar, y esa vida -que dada la relatividad del tiempo-, puede ser larga o breve, se convierte en un 'viaje entre dos aleteos', el que si nos distraemos, sin darnos cuenta, llega a su fin mucho más rápido de lo que supondríamos.
imagen: Jason Zwolak
‘Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida.’ - Charles Darwin - naturalista inglés (1809-1882)
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