“Mucho tiempo sacrificándose
puede hacer piedra el corazón.”
William Butler Yeats – poeta
y dramaturgo irlandés (1865-1939)
Todos
sabemos que el tiempo es un bien valioso y por tanto hay que tratar de administrarlo
de la mejor manera posible, y en ese interés por hacer que rinda el doble de lo
que en horas representa y empujados por el afán de hacer mucho, aprender mucho
y tener mucho, vivimos en una carrera desenfrenada y sin tino en la que en
realidad sólo atendemos al aspecto material de la vida olvidando que el ser
humano necesita el sustento de su espíritu para estar completo.
Es
cierto que el ritmo que impone el mundo actual nos lleva muchas veces a esas
urgencias, -innecesarias cuando lo pensamos bien-, intentando hacer más de lo
que podemos, y sin darnos cuenta planificamos la vida de los niños –desde pequeños-
de la misma forma, creyendo que si los mantenemos muy ocupados los
convertiremos en personas importantes asegurándoles así su futuro, olvidando
que además de hacerlos responsables de sus tareas, también necesitan tiempo
para ser niños.
Basta
que nos detengamos en una calle cualquiera de nuestra ciudad, miremos durante
un rato el movimiento de la gente que va y viene siempre apurados, con caras
cansadas, preocupados, sin prestar atención a lo que pasa a su alrededor, e igual sucede cuando nos encontramos con personas conocidas y en la obligada pregunta para saber cómo
se encuentran, la respuesta es que están cansados, con poco tiempo disponible, demasiado trabajo, sin espacio para hacer aquello que realmente desearían poder hacer.
Claro
que hay quienes están muy ocupados por obligación, el multiempleo para cubrir la necesidad y cumplir los
compromisos de sostener una familia se imponen a cualquier otra aspiración relegándolas, Pero ... ¿vale la pena vivir así?, … ¿que tiempo
reservamos para enriquecernos, reflexionar, escuchar música, leer un libro, o
disfrutar de no hacer nada?, ¿cuándo vamos a soñar, hacer proyectos, crecer?, ¿cuándo dedicaremos tiempo a compartir y disfrutar con aquellos a quienes
queremos?.
Las
antiguas culturas indígenas americanas tenían una visión muy especial del mundo
espiritual y en sus tradiciones nos han enseñado su modo de pensar, vivir y
sentir, así la cultura de la etnia guatemalteca Q’Eqchi, una de las que
componen el pueblo Maya utiliza una expresión cuando le preguntan a alguien
como está y es: ma sa’ la chol, que
significa ¿cómo está tu corazón? priorizando claramente lo interior a lo
material y dando significado a lo que realmente es importante.
Tal
vez es momento de pensar como podemos encontrar tiempo para sentir y no sólo
para hacer, buscar el antídoto que nos permita revertir la situación actual
apostando al corazón, encontrar el equilibrio para armonizar ocupaciones y
responsabilidades, reservando espacios propios para regresar a nosotros y disfrutar, tomemos ejemplo de la
sabiduría de los ancestros originarios de nuestra América, que con su sabiduría
nos señalan que lo importante es vivir consciente y plenamente.
“No está lejos el día
en que el problema económico estará en el asiento de atrás donde debe ir, y el
corazón y la cabeza serán ocupados o re ocupados por nuestros problemas
verdaderos, los problemas de la vida y de las relaciones humanas, de la
creación, el comportamiento y la religión.”
John Maynard Keynes –
economista británico (1883-1946)
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