"El tiempo es una cierta parte de la eternidad."
Cicerón - escritor, orador y político romano (106-43 a.C)
El
valor del tiempo considerado desde la perspectiva de quien vive y lo ve pasar, unas
veces de manera demasiado lenta, otras tan rápido que apenas lo podemos ver, en
ocasiones malgastado, ignorado, en otras fructífero, bien aprovechado, es siempre
sinónimo del transcurrir de la vida.
En
oportunidades perdemos de vista que es finito, imperceptiblemente se nos
escapa, y cuando reaccionamos a veces es tarde, de eso habla el poema ‘No
corras, ve despacio’, del escritor español Juan Ramón Jiménez, Nóbel de
Literatura en 1956, breve, fantástico,
exquisito, como todo lo de éste gran poeta, que nos lleva a la reflexión.
¡No
corras. Ve despacio,
que
donde tienes que ir
es
a ti solo!
¡Ve
despacio, no corras,
que
el niño de tu yo, recién nacido
eterno,
no
te puede seguir!
Si
vas deprisa,
el
tiempo volará ante ti, como una
mariposilla
esquiva.
Si
vas despacio,
el
tiempo irá detras de ti,
como
un buey manso.
… …
No es poca cosa tratar de
valorar en su justa medida ese don maravilloso que es el tiempo, que recibimos cuando nacemos el que nos brinda la
posibilidad de crecer, proyectarnos, y debemos administrar para llegar a un
final que nos deje satisfechos y felices de lo vivido y de habernos encontrado
a nosotros mismos.
imagen: Ceslovas Cesnakevicius
"Tan a destiempo llega el que va demasiado de prisa como el que se retrasa demasiado."
William Shakespeare - escritor británico (1564-1616)
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