"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
Mostrando las entradas con la etiqueta etapas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta etapas. Mostrar todas las entradas

viernes, 4 de abril de 2025

Ser estorbo en la vejez - ... una preocupación válida e incuestionable ?

"Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida y no hemos de buscar que lo que fue le impida ser lo que es o lo que será." - Miguel de Unamuno -   escritor y filósofo español (1864-1936)

Hombres y mujeres nacemos y morimos, es ley inapelable, y en el transcurrir del tiempo entre esos dos puntos vamos cumpliendo ciclos, cada uno desde la perspectiva y visión con que enfocamos el recorrido y vamos aprendiendo, nos cuestionamos, tomamos decisiones y enfrentamos preocupaciones. Tal vez el tema de la vejez y sus complejidades nos haga detenernos a pensar en ello mas de una vez, y claro no sabemos cuando llegaremos al punto final, algunos no alcanzarán esa etapa que les preocupa, pero mientras estamos vivos pensamos en ello.

Circula un texto en redes sociales, cuyo autor firma como Leopoldo Hurtado / Vientos Gélidos/ Tishnapuma , que se refiere a la preocupación por esa etapa de la vida, que quiero compartir, sin entrar a juzgar el valor literario sino por el tema per se.. Se titula ' No quiero ser un estorbo en mi vejez'.

No le tengo miedo a ser anciano, no le temo las arrugas ni a la piel que se afloja como una sábana al viento. No me asustan los cabellos plateados ni el paso lento de mis propios pies. No le temo a la soledad, porque la he amado, la he hecho mi aliada, mi refugio.

Pero hay algo que sí me inquieta, algo que se esconde en la sombra de los años que aún no he vivido: el destino. Ese que juega con las cartas marcadas, que a veces te sientas en la mesa con una copa de vino y otras te deja esperando bajo la lluvia sin abrigo.

No quiero ser una carga, un suspiro de resignación en la boca de nadie. No quiero ver en los ojos de los demás el reflejo de mi fragilidad, de mi dependencia. No quiero que mi nombre se convierta en sinónimo de sacrificio ajeno.

Quiero ser viento, quiero ser brisa, quiero seguir moviéndome aunque el cuerpo duela. Quiero que mi vejez sea un poema de libertad, un café con aroma a recuerdos, un óleo que aún busca su última pincelada.

No le temo a la vejez. Le temo a perderme en un destino que no elegí.'
... ...

Nuestra vida, pasada, actual o futura a veces difícil se ve alejada de lo que realmente quisiéramos vivir y no siempre es culpa nuestra, en ocasiones situaciones ajenas a nosotros mismos nos llevan a tomar decisiones incorrectas, transitar caminos inadecuados, sin embargo, no deberíamos tomar eso como argumento para buscar a quien trasladar las culpas mientras, sin hacer nada, nos sentamos en la preocupación a esperar cayendo en la lamentación e involucrando al destino como causa posible.
 
El destino, esa sucesión inevitable de acontecimientos de la que nadie escapa, una controvertida creencia que nos dice que todo tiene una causa ya predeterminada que nos alcanzará en algún momento aunque desconocemos cuando eso pasará.

Es válido el miedo y la preocupación, pero será nuestra responsabilidad buscar soluciones, alternativas que nos devuelvan al recorrido correcto. Aprender a hacerlo es un proceso que lleva tiempo y solo con perseverancia lo lograremos. Que no nos preocupemos estorbar, ocupémonos para que no suceda así, para poder seguir eligiendo y tal vez el 'destino' nos lo permita..

"Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.".- Georg Christoph Lichtenberg - científico y escritor alemán (1742-1799)

martes, 7 de septiembre de 2021

La vida y sus ciclos - vejez, el imparable paso del tiempo

‘Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista, más amplia y serena.’ – Ingmar Bergman - cineasta sueco (1918-2007)

La vida se compone de ciclos, nacemos, crecemos, vivimos, morimos, … y el ciclo se repetirá en cada ser humano. Tambien podemos distinguir etapas, durante nuestro transitar por esta vida, niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez, cada una con sus características y peculiaridades que las distinguen tanto biológica, emocional como socialmente. Si bien esas etapas desdibujan sus límites ya que el proceso de maduración, la forma de vida en sí misma, las enfermedades y/o accidentes que pueden sobrevenir, no son iguales en todos los individuos, lo que si es similar en todos los casos es el apego a la vida misma, y sin importar obstáculos o dificultades los  individuos se aferran a su existencia.

El curso natural de la vida muestra una línea ascendente desde el nacimiento hasta la adultez, donde se equilibra y así se mantiene hasta que comienza el declive que acompaña a la vejez hasta el final de los días, y es en ésta etapa donde aún para aquellas personas naturalmente sanas y vitales se comienza a notar la fragilidad que acompaña al propio desgaste del organismo, pese a lo cual todos tratan de enlentecer el proceso que resulta inevitable en un intento de autoconvencimiento de que el final no nos alcanzará mientras estemos activos, nos cuidemos y sentimos que envejecen sólo quienes pierden la alegría de su ‘niño interior’, diciéndonos a nosotros mismos frases como aquella de que ‘viejos son los trapos’, y así mantenemos nuestra seudo-juventud.

Sin embargo no todo debe verse de manera negativa. La ciencia en la sociedad actual permiten tener una expectativa de vida mucho más larga que en generaciones anteriores y eso permite prolongar los años de la vejez en condiciones saludables, ofreciendo tiempo extra, claro que dependiendo de cuan dispuestos vamos a estar a variar nuestras metas y puntos de vista, y así como seguramente la actividad física deba tener sus límites, no será así con muchas otras cosas que nos permitirán disfrutar un tiempo de calidad.

Es una etapa a la que llegamos sin opciones de elegir diferente, lo que si podemos optar es a tomarlo como un período de transformación, donde podemos descubrir cosas que en nuestro años jóvenes por compromisos de estudio, trabajo, familia o profesión no pudimos realizar y que debemos tomar como compromiso. Ineludible que resultará en beneficio a poco que lo probemos.

En el convencimiento de que vejez no es sinónimo de pérdida atrevámonos a mirarnos en el espejo viendo allí al joven que fuimos, sintiendo que aún estamos en camino y que ese camino será enriquecedor en la medida que mantengamos el ánimo arriba, valorando el no estar sometidos a requisitos de horarios, rutinas ni imposiciones de la sociedad, y que cuando lo hagamos sea por nuestra propia decisión. No olvidemos aquella frase que dice: ‘viejo es el viento y todavía sopla’, … mientras la salud no sea impedimento, no permitamos que nos encasillen en estereotipos, ni nos privemos de hacer que nuestro último tiempo –que no sabemos cuan largo o breve será- merezca la pena de ser vivido, con alegría, sin arrepentimientos, por el contrario satisfechos de haber llegado aprovechando el caudal de experiencia acumulada.

Nota: Las imágenes, del fotógrafo norteamericano Tom Hussey forman parte de la serie ganadora en el año 2010 del premio «Communication Arts Photography Annual«, utilizada para la campaña de comercialización de Novartist para la Exelon Patch, un parche de terapia que se usa para el tratamiento leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer.

‘Nadie es jamás tan viejo que después de un día no espere otro.‘ – Lucio Anneo Séneca - filósofo, político, orador y escritor romano (4 a.C- 65 d.C)

viernes, 24 de junio de 2016

A cierta edad - ... cuando el momento de vivir es ahora

"Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado, con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen."
Albert Schweitzer - médico, filósofo, teólogo, músico alemán, Nobel de la Paz en 1952 (1875-1965)

Nacemos, crecemos, vivimos y morimos, es el ciclo normal, habitual, conocido, de vida de cualquier ser humano y que se dará -mal que nos pese-, salvo que circunstancias sorpresivas, impensadas y no deseadas como enfermedades o accidentes lo trunquen antes en alguna parte del recorrido previsto.

Desde el nacimiento y luego durante buena parte de la vida, -primero nuestros padres-, y nosotros mismos después, estamos en la permanente espera de aquello que nos proponemos, para lo que estamos estudiando, para la profesión que pretendemos tener, por el trabajo que aspiramos obtener, y así la vida se convierte en la espera constante de algo que  es el motor que nos mueve.

Ese recorrido por momentos nos hace sentir la satisfacción de lograr las metas que nos propusimos e inmediatamente que llegamos emprendemos nuevas búsquedas y proyectos, nos permitimos desvíos, demoras y también los consecuentes e inevitables errores, sintiendo que el tiempo está a nuestro favor y podremos esperar el tiempo que sea necesario mientras probamos otros caminos.


Pero casi sin darnos cuenta el tiempo de que disponemos va siendo menor, y como consecuencia de ello las esperas no son una alternativa válida, vivimos cada dia, las proyecciones a futuro van perdiendo sentido, y como dice un breve texto atribuído a la escritora brasileña Martha Medeiros: 

“Sin mucha frescura, sin mucho desgaste, sin mucho discurso. Todo lo que la gente quiere, después de una cierta edad, es ir directo al grano. […]. Personas con experiencia ya no cocinan a fuego lento, no esperan sentados, no están dando vueltas y vueltas, no necesitan recorrer todos los cursillos. Queman etapas. No desperdician nada. La paciencia sólo para lo que realmente importa, paraciencia para ver la tarde caer, para ver el final del otoño, para tomar una copa de vino, para la música y los libros, para escuchar un amigo, para lo que vale la pena nuestra dedicación. ...”.

Hoy es el mejor momento para darnos cuenta que el tiempo es el ingrediente más escaso, que ya no podemos desperdiciar, no queremos esperar sino vivir, y para seguir haciéndolo, el ritmo será el que nuestro propio corazón imprima, con coraje, sin esperas, sin pausas, paladeando la vida, … viviendo, la decisión es crítica, el momento es ahora.

“Nadie puede permitirse el lujo de mirar a su alrededor y esperar a que alguien haga lo que él mismo no quiere hacer.”
Carl Jung - médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo (1875-1961)
  

jueves, 19 de mayo de 2016

Así es la vida - ... el tiempo no se detiene

"¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!" - Jonathan Swift - Político y escritor irlandés  (1667-1745)

Mientras vivimos la vida nos va llevando por caminos que a veces elegimos y otras simplemente se van dando de acuerdo a circunstancias, sucesos, decisiones y nos vemos inmersos sin cuestionamientos, y nos acostumbramos y aunque a veces estemos cansados, nos sentimos satisfechos.

Tiempos de esfuerzos, dedicación y así como vamos viviendo y creciendo un día nos descubrimos siendo padres y madres, con responsabilidades, tratando de aprender a ser para poder guiar, enseñar. El tiempo transcurre sin avisar y un día nos encontramos en el lado opuesto de ese camino que hace años iniciamos, viendo que las tareas disminuyen y en el reloj nos sobran horas.

He descubierto en la Web un texto del que desconozco al autor, que sirve para reflexionar y tomar conciencia de que nuestros tiempos han cambiado, y que ello sólo significa que nuestra prioridad ahora somos nosotros mismos.

“Y un día te vas a dar cuenta de que ya no existe ese bullicio infantil que tanto desgasta; y ese caos armónico es un silencio ruidoso porque las hojas del calendario no perdonan.

Y es que de repente caes en la cuenta de que la bañera ya no es un desastre llen
o de juguetes, y que no te han dejado en el lavabo ese balón de gomaespuma, ni hay muñecas en un sofá dormido, ni playmobils desparramados por la casa .

Y un día te vas a dar cuenta de que no hay carreras por pasillos interminables; ni risas a hurtadillas en la cama para desafiar el sueño; ni cuentos a quien leer, ni sabanas a quien tapar a medianoche.

Y un día te vas a dar cuenta de que la despensa está llena de recuerdos y que sobran platos en la mesa; y que todo está en orden, sin mochilas en el suelo de la entrada, sin lápices desordenados en pupitres de colores, ni esa ropa que no entra en el cesto y que las camas no se deshacen.

Y un día te sentarás en el sillón sabio con un libro y desearás que una voz inocente te interrumpa. Y cada página que pase, léela con detenimiento porque esa... ya no vuelve.... Es la vida”

… …

Tal vez la lectura pueda hacernos sentir melancólicos, pero esa no es la intención, lo importante es tener claro que cada etapa tiene un porque y sólo debemos aceptar y adaptarnos a nuestros nuevos tiempos, disfrutar de lo vivido, descubrir nuevas propuestas, sacar el mejor partido de lo que vendrá sin renunciar a la alegría.

No olvidemos que la vida siempre comienza hoy, la vida es siempre ahora y hay que vivirla sin arrepentimientos.

"Quien crea que su propia vida y la de sus semejantes está privada de significado no es sólo infeliz, sino que apenas es capaz de vivir." Albert Einstein - Científico alemán nacionalizado estadounidense (1879-1955)