"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
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martes, 27 de septiembre de 2022

Sin principios ni finales - dejar fluir la vida

“En la vida hay momentos en que tú defines el momento o el momento te define.” – anónimo

La vida es una sucesión de momentos, los habrá buenos, mejores y peores, algunas veces  estaremos felices, satisfechos, otras tristes y decepcionados, pero la vida hay que vivirla como se presenta, no podemos elegir lo que nos toca vivir y por mucho que lamentemos o nos sintamos frustrados, vivir se impone y la alternativa es decidir que y como queremos hacerlo. 

Siempre en cualquier momento aún cuando pensamos que hemos tocado fondo, siempre tenemos la posibilidad de un nuevo comienzo, depende de nuestra voluntad hacerlo y no existen argumentos ni excusas que lo impidan, no importa la edad que tengamos ni el pensar que no podremos estar la altura, los inicios no tienen fecha de caducidad ni dependen de la opinión de terceros

Quiero compartir aquí un muy breve texto de la poetisa española Sara Bueno Hormigo, conocida como Sara Buho


La vida comienza involuntariamente

tantas veces como latidos 

como suspiros, como sonrisas contenemos.

Comienza después del golpe, después de la herida,

después de la pérdida, después de un café,

de un abrazo, de hundirse en el mar,

de tu película favorita, de los labios rojos.

La vida comienza te lo juro,

cientos de veces por primera vez.

… …

Cada instante, es un nuevo principio de algo que aún no comenzó, debemos darnos la oportunidad de ese inicio, probando una mirada nueva, sin importar obstáculos, con tesón, perseverancia, sin escuchar cansancios, a pesar de incertidumbres, olvidando miedos, -aunque allí estén- apelando a la fuerza interior que a veces olvidamos tener, pero que existe y nos impulsa.

La vida es un ciclo infinito de principios y finales, resiliencia?, tal vez, … los finales –exceptuando los de malas situaciones-, acarrean un sabor agridulce, duele aceptar que nada es para siempre, pero el dolor se minimiza cuando entendemos que cuando algo acaba no es el final sino que es la transformación en algo nuevo que comienza es aceptar que siempre existen nuevos comienzos, sólo hay que dejar fluir la vida.

“Me es necesario un tiempo todo mío, sin rastro de hipoteca, sin control en sus tiempos, sin diezmos ni descuentos. Necesito contar cada hora, cada comienzo, cada cumplimiento, no tengo tiempo para no ser libre”. Tomás Segovia – escritor, poeta y ensayista español (1927-2011)


martes, 7 de septiembre de 2021

La vida y sus ciclos - vejez, el imparable paso del tiempo

‘Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista, más amplia y serena.’ – Ingmar Bergman - cineasta sueco (1918-2007)

La vida se compone de ciclos, nacemos, crecemos, vivimos, morimos, … y el ciclo se repetirá en cada ser humano. Tambien podemos distinguir etapas, durante nuestro transitar por esta vida, niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez, cada una con sus características y peculiaridades que las distinguen tanto biológica, emocional como socialmente. Si bien esas etapas desdibujan sus límites ya que el proceso de maduración, la forma de vida en sí misma, las enfermedades y/o accidentes que pueden sobrevenir, no son iguales en todos los individuos, lo que si es similar en todos los casos es el apego a la vida misma, y sin importar obstáculos o dificultades los  individuos se aferran a su existencia.

El curso natural de la vida muestra una línea ascendente desde el nacimiento hasta la adultez, donde se equilibra y así se mantiene hasta que comienza el declive que acompaña a la vejez hasta el final de los días, y es en ésta etapa donde aún para aquellas personas naturalmente sanas y vitales se comienza a notar la fragilidad que acompaña al propio desgaste del organismo, pese a lo cual todos tratan de enlentecer el proceso que resulta inevitable en un intento de autoconvencimiento de que el final no nos alcanzará mientras estemos activos, nos cuidemos y sentimos que envejecen sólo quienes pierden la alegría de su ‘niño interior’, diciéndonos a nosotros mismos frases como aquella de que ‘viejos son los trapos’, y así mantenemos nuestra seudo-juventud.

Sin embargo no todo debe verse de manera negativa. La ciencia en la sociedad actual permiten tener una expectativa de vida mucho más larga que en generaciones anteriores y eso permite prolongar los años de la vejez en condiciones saludables, ofreciendo tiempo extra, claro que dependiendo de cuan dispuestos vamos a estar a variar nuestras metas y puntos de vista, y así como seguramente la actividad física deba tener sus límites, no será así con muchas otras cosas que nos permitirán disfrutar un tiempo de calidad.

Es una etapa a la que llegamos sin opciones de elegir diferente, lo que si podemos optar es a tomarlo como un período de transformación, donde podemos descubrir cosas que en nuestro años jóvenes por compromisos de estudio, trabajo, familia o profesión no pudimos realizar y que debemos tomar como compromiso. Ineludible que resultará en beneficio a poco que lo probemos.

En el convencimiento de que vejez no es sinónimo de pérdida atrevámonos a mirarnos en el espejo viendo allí al joven que fuimos, sintiendo que aún estamos en camino y que ese camino será enriquecedor en la medida que mantengamos el ánimo arriba, valorando el no estar sometidos a requisitos de horarios, rutinas ni imposiciones de la sociedad, y que cuando lo hagamos sea por nuestra propia decisión. No olvidemos aquella frase que dice: ‘viejo es el viento y todavía sopla’, … mientras la salud no sea impedimento, no permitamos que nos encasillen en estereotipos, ni nos privemos de hacer que nuestro último tiempo –que no sabemos cuan largo o breve será- merezca la pena de ser vivido, con alegría, sin arrepentimientos, por el contrario satisfechos de haber llegado aprovechando el caudal de experiencia acumulada.

Nota: Las imágenes, del fotógrafo norteamericano Tom Hussey forman parte de la serie ganadora en el año 2010 del premio «Communication Arts Photography Annual«, utilizada para la campaña de comercialización de Novartist para la Exelon Patch, un parche de terapia que se usa para el tratamiento leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer.

‘Nadie es jamás tan viejo que después de un día no espere otro.‘ – Lucio Anneo Séneca - filósofo, político, orador y escritor romano (4 a.C- 65 d.C)

lunes, 30 de noviembre de 2015

Ciclo vital - conocernos y aceptarnos

“La mejor forma de abordar tu miedo a morir es abordar tu miedo a vivir.”
Pedro Jara Vera. - especialista en psicología clínica, psicoterapeuta, docente y escritor español contemporáneo

En el transcurso de la vida el ciclo vital nos lleva del nacimiento a la muerte pasando por las conocidas etapas de niñez, juventud, adultez, maduritud y vejez, de las que nadie escapa. Cuando jóvenes nos sentimos vitales, entusiastas, el cansancio no nos detiene, la adultez nos encuentra llenos de iniciativas, en el proceso de crecimiento como personas y de concreción de proyectos. La madurez nos alcanza en pleno ejercicio de nuestras aptitudes y capacidades, permitiéndonos aún desarrollar múltiples y productivas actividades y así casi sin darnos cuenta vamos llegando al momento en que comenzamos a declinar, nos descubrimos cansados ante esfuerzos menores, el cuerpo nos empieza a poner límites y aunque nos neguemos a reconocerlo, aparecen algunos inconvenientes de salud, que nos advierten que nuestra vitalidad ya no es la que tuvimos.

La escritora Gioconda Belli en su libro 'El intenso calor de la luna', nos introduce en el tema y si bien la novela tiene como eje el impacto que la inminente llegada de la menopausia ocasiona en la vida de Emma su protagonista, bien podemos tomar sus palabras de una manera más general refiriéndonos al envejecimiento, es decir el paso de los años, y la decadencia fisica que acompaña ese proceso que alcanza a hombres y mujeres por igual.

"La vida de cada ser humano es una sucesión de hechos. No tendrían que ser sorpresa, pero nunca dejan de serlo. La conciencia existe en un entorno sin tiempo. Se viaja por la vida como un pasajero alerta que mira por la ventana, baja en diversas estaciones, acumula o pierde equipaje, gana o descarta compañeros de vagón. En el teje y maneje de la vida el cuerpo es silencioso cómplice. Un día de tantos, sin embargo, nos toca el hombro y nos obliga a mirar su cansancio. Invariablemente la mente se revela; ella, la alada, la infinita, la que nunca envejece, la que es, se resiste a reconocerse temporal, pasajera. La noticia es inevitable, aceptarla, apropiarse de la fragilidad es el desafío que ha llegado a tocar las puertas más secretas... "

Nos cuesta asumirlo, sentimos estar acercándonos al final del camino, nos enojamos, pero llega el momento en que la realidad se impone y tenemos que darnos cuenta que deberemos modificar rutinas, dar paso a actividades menos exigentes y ello no deberá hacernos sentir mal, en todo caso habremos de aprender a escuchar nuestro cuerpo y hacer caso a su voz llegando hasta donde podamos sin por eso sentirnos deprimidos ni excluídos del mundo, tratando como dice Belli de: "… aprender a ser buena compañía para uno mismo", sin titubeos, empeñados en no dejarlo en el intento, sino decididos a hacerlo, convencidos que cada etapa de la vida tiene su propio encanto, que la vida es finita y el cuerpo frágil, y sólo es cuestión de aceptarlo y aceptarnos.

Imagen: Marco Grassi

“Conócete, acéptate, supérate”. 
San Agustin de Hipona – Santo, Padre y doctor de la Iglesia Católica (354-430)
 

lunes, 2 de marzo de 2015

Volver a clases - ciclos que se repiten

"Educación es formar al ser humano para el cambio permanente y aún para la eventual crisis producto de la transición."
Miguel Angel Escotet - científico social y escritor español contemporáneo

 
Hay circunstancias, donde las sensaciones se mezclan, aún sin darnos cuenta nos resistimos a los cambios y si ello implica dejar momentos gratos, de disfrute, de comodidad, aún más,y al mismo tiempo sentimos la alegría por la vuelta a clase de niños y jóvenes en un nuevo período de estudios que nos trasmite emoción e inquietud.

Por estas latitudes del sur estamos en el comienzo de clases, y es un momento de cambios impuestos por los ciclos que se cumplen en la vida, que nos enfrentan a dejar el descanso, las vacaciones, tomar conciencia de que el verano va llegando a su fin y con ello se termina ese tiempo más relajado, de horarios flexibles y escapadas a la playa, ese tiempo de clima agradable, dias muy soleados y alegría fácil.

Quienes tienen hijos saben que el reloj se convierte en tirano, retomar las rutinas es un deber impostegable, volver a estudiar por todo un año y redescubrir la felicidad un desafío. Pero aún para quienes no los tienen igualmente esos cambios se sienten.

Viéndolo desde otra perspectiva, pasados los primeros días, los cambios pasarán a integrar la actividad cotidiana y allí tenemos que poner lo mejor de nosotros para que nuestros hijos encaminen su año de estudios, y ellos por su parte cambiarán vacaciones y ocio por reencuentros, compañeros, libros, actividades que les harán crecer en conocimientos y como personas.

Hay que tomar esta etapa con mucho optimismo, dedicar tiempo al estudio es la mejor inversión, sin olvidar que no todo está en los libros, hay que estimular el deseo de conocer más, pero sobre todo de tener pensamientos y razonamiento propios, capacidad de analizar y tomar decisiones, formando hábitos, construyendo la personalidad con valores y principios, los resultados obtenidos marcan el futuro de cada chico, de cada joven y de la sociedad toda.

Familia con mucho amor y maestros con vocación, acompañaran ese indispensable proceso de crecimiento, aceptando de buena gana y apoyando con alegría los cambios necesarios para lograrlo.

Imagen: Robert Doisneau
  
"Educar es formar personas aptas para gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas por otros."
Herbert Spencer - naturalista, filósofo, psicólogo, antropólogo y sociólogo inglés (1820-1903)