"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

sábado, 16 de noviembre de 2013

La palabra - un valor en extinción ?

Porque por tus palabras habrás de ser justificado y por tus palabras serás condenado". 
Mateo: 12:37
 
La palabra como tal le da un significado a la existencia y nos define como  hombres

En los comienzos los hombres interactuaban tan solo con la palabra y ésta adquirió valor como promesa, juramento, compromiso, deber, pacto, convenio, solo ella sostenia reinos, alianzas, y regía el destino de los hombres. La palabra era la garantía más valiosa que cualquiera podía dar, e incumplir un acuerdo verbal era motivo de rechazo moral y social.

Los tratos se hacían desde la buena fe y la confianza en el otro. Así surgieron frases como: ¡te doy mi palabra! ¡palabra de honor!, etc.

Hemos olvidado el valor de la palabra, la que se dice y la que se calla, la que se da o la que se pide.

Para algunos no son más que sonidos que emergen de su boca; sin embargo, para otros representan el significado de su vida , honor, honra, y valor como seres humanos.

Este significado se ha ido perdiendo y la consecuencia es la pérdida de confianza.

La relación del ser humano se basa en solicitudes y promesas, a menor número de cumplimientos de promesas, menor confianza.

Hay palabras que dan vida y otras que matan, palabras que alaban y palabras que lapidan…, algunas encubren, manipulan y engañan. Las hay como libertad, igualdad, fraternidad, que son conceptos, otras como injusticia, pobreza, hambre, nos recuerdan lo que aún queda por hacer.

"La palabra de un hombre honesto es tan confiable como un Contrato.
La gente nos recordará por las promesas que hemos cumplido y por nuestra sinceridad, en especial cuando pudimos haber sacado provecho de no decir la verdad. El valor de la palabra es su mayor riqueza y la honestidad es su mayor virtud."
Santiago 5:12

Las palabras son parte de nuestro patrimonio, con ellas hemos contado cuentos, hemos nombrado objetos, hemos inventado nuevas, y la forma de usarlas y decirlas nos muestra como personas. Son pensamientos convertidos en acción, pueden distraer o engañar, pueden transformar el mundo.

 Los tiempos han cambiado y ahora lo que no está escrito y oficializado ante la ley prácticamente no existe, por ello debemos -convencidos de su importancia- tratar de defender y recuperar su valor, apelando al uso constructivo y adecuado, convirtiéndola en un asunto de supervivencia y dignidad

"Una palabra es suficiente para hacer o deshacer la fortuna de un hombre".
Sófocles -
poeta trágico de la Antigua Grecia. (496 AC-406 AC)

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