"No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo" - Alejandro Dumas - escritor francés (1803-1870)
Las opciones al manejar dinero de la pareja varian a gusto de cada uno, tener un “pozo” común, distribuir los gastos, aportar y dejar que el otro se encargue de administrar, ahorrar lo que sobra, etc .
Al convivir se debe enfrentar el tema del manejo del dinero. Se “blanquea” todo? , o hay ocultamientos y mentiras?.
Cuando sólo uno trabaja es común que quien dispone
del dinero lo ceda en cuentagotas. Este tipo de
relación, -frecuente tiempo atrás cuando la mujer no salía a
trabajar-, refuerza el orgullo del hombre gracias al trabajo y al
poder del dinero “ganado con el sudor de la
frente”, por poco que sea.
La desigualdad de roles, cuando uno “domina”,
lleva a que el otro se “someta” y
en apariencia cumpla al cien por ciento, pero hay que ser muy sumiso para no buscar un escape a la opresión. Ocultamiento y mentira son opciones
salvadoras: guardar algo para un gusto
personal, ayudar a los hijos, prestar plata a un
familiar o ahorrar para una eventual
separación, pueden ser algunas de las alternativas.
Cuando ambos trabajan, ambos tienen derechos y
obligaciones en el manejo de las ganancias. Algunos acuerdan
en un “pozo común” para los
gas. Lo que sobra se ahorra, se emplea en gastos de
excepción o se destina a lo que cada uno quiere.
Sin embargo, no siempre se dice
todo lo que se gasta: a veces por evitar reproches o culpa, o simplemente porque "es
mi plata” o “yo la gané y la gasto como quiero”.
Las
mujeres que ganan más que los hombres tienden a esconder
gastos por miedo a que ellos se sientan en desventaja, más aún si está
desocupado. Otras se adaptan al menor presupuesto del hombre y se
restringen en salidas o vacaciones y están las
que ceden todo sin importar las diferencias. La mujer con mayor salario
cuida la imagen para no resentir
el rol del padre frente a los hijos.
No es igual la actitud de los hombres hacia sus compañeras desocupadas:
cuanto más gana el varón más refuerza la idea de que ella debiera sentirse orgullosa del hombre que tiene a su lado.
Pero ocultar gastos o mentir para no generar problemas,
encubre
deslealtades vinculares, no sólo monetarias.
La infidelidad -cuando existe- exige atención, cubrir demandas,
inventar excusas y estar alerta para no
despertar sospechas. lo que lleva a hacer gastos en efectivo por
temor a que sean descubiertos en los resúmenes de tarjeta, a reducir
los aportes al vínculo “legal”, o a
endeudarse con créditos o con amigos compinches.
En algunos
casos los egresos de dinero “no blanqueado” pueden ser inducidos por
juego patológico o ludopatía, uso de drogas, compulsión por las compras, adicciones
sexuales, etc. La persona, tanto hombre o mujer, miente y esconde gastando más de la cuenta o hipotecando bienes.
En cualquier situación -si existe- es un tema a pensar, replantear y tratar de revertir. Estas prácticas no llevan a buen puerto ninguna relación.
En cualquier situación -si existe- es un tema a pensar, replantear y tratar de revertir. Estas prácticas no llevan a buen puerto ninguna relación.
La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro,y ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.
J.J. Rousseau - escritor, filósofo, músico, botánico y naturalista franco-helvético (1712-1778)
Fuente: extractado y adaptado entremujeres.com - Dr. Walter Ghedin
Un pecular problema más común de lo que creemos, y que deteriora cualquier relación.
ResponderBorrarEs cierto, comparto y agradezco tu comentario Anónim@. Un saludo.
BorrarEsas pequeñas mentiras, .... que despues lamentamos.
ResponderBorrarEs cierto, a veces no tenemos conciencia de en que pueden terminar esas pequeñas -a veces no tan pequeñas- mentiras. Gracias por comentar.
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