Confucio - Filósofo chino (551 AC-478 AC)
De la pluma de Federico García Lorca surge este maravilloso Romance de la luna luna, un verdadero placer, un total disfrute su lectura, la simbología es maravillosa, donde se mezclan la vida y la muerte, sensaciones, mitos y realidad.
Simplemente nos cuenta la muerte de un niño gitano una noche de luna llena.
Romance de la luna luna
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye, luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene sus ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
Federico Garcia Lorca
No interesa tanto el argumento como la sensación agridulce que deja su lectura, un poema que relata un cuento con desenlace trágico, en el que aparecen distintos temas, la infancia, la muerte, la luna, con diálogos de enorme riqueza poética.
"Nadie es tan joven que no pueda morir hoy".
Petrarca - poeta y humanista italiano (1304-1374)
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