"Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio."
Paulo Coelho - escritor brasileño contemporáneo
Cuando
conocemos la historia de personas que se han atrevido a involucrarse y
comprometerse para mejorar la realidad cotidiana de personas que viven en situaciones
de exclusión, siempre resulta alentador, claro que cuando una de las
características que hacen que la historia se despegue de otras, tiene que ver
con que su protagonista sea un niño de corta edad la sorpresa es inevitable.
La
historia de Ryan Hreljac, un chico canadiense nacido en 1991 ocurrió hace ya
unos cuantos años atrás, pero eso no le quita el mérito, por el contrario es un
ejemplo motivador a recordar en tiempos donde el afán de poder y los egoísmos propios son
moneda corriente y las personas -aún la bien intencionadas- cuando no cuentan
con los recursos adecuados abandonan las empresas que parecen más difíciles de
concretar.
Lo
cierto es que Ryan conmovido ante el relato de su maestra escolar cuando les
habló de que en África poblaciones enteras vivían sin agua en condiciones tales
que muchas personas –adultos y niños-, morían por ese motivo mientras él sólo
debía abrir una canilla en su casa para tener cuanto quisiera o necesitara,
tuvo la inquietud de saber cuanto costaría cambiar esa situación, a lo que su
maestra respondió diciendo que existía una organización llamada 'WaterCan' que se
dedicaba a hacer perforaciones con tal fin pero tenían un costo considerable.
En su
casa el niño le pidió a su madre para comprar un pozo para los niños africanos,
mientras que su mamá le dijo que debía ganarse él mismo el dinero necesario
razón por la cual le dio tareas para colaborar en su casa por las que le compensaba
con dinero que iban guardando con ese fin, pero el costo era más alto de lo
previsto por lo que sus hermanos, amigos vecinos contagiados con el entusiasmo
del niño comenzaron a colaborar y luego de un tiempo consiguieron reunir los
U$S 2.000 con que pagar por el pozo a WaterCan.
Enero
del 99 vió la perforación de un pozo en un pueblo al norte de Uganda., luego se
construyó otro pozo en Angola y a partir de ese momento los niños de la escuela
donde concurría Ryan comenzaron a escribirse con los niños de la escuela que
estaba próxima a ese pozo en África, desde entonces no se ha detenido la
recaudación de fondos y la búsqueda de apoyos.
La
correspondencia inicial entre escolares hizo que Ryan conociera a Akana; un
chico que luchaba por estudiar cada día, sintiéndose cautivado por él y pidió a
sus padres ir a conocerle. Con un gran esfuerzo económico los padres pagaron un
viaje a Uganda y Ryan en el año 2000 con 9 años de edad llegó al pueblo donde
se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores lo esperaban
coreando su nombre.
- ¿Saben mi nombre? preguntó Ryan a su guía
-Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe,
le respondió.
En la actualidad Ryan Hreljac tiene su propia
fundación y llevan más de 400 pozos realizados en África, según datos tomados
en el año 2010. Una historia real de un niño sensible a las penurias
de otros niños, que pudo llevar agua a cientos de miles de personas, que con decisión y voluntad pudo hacer realidad lo que adultos con poder y posiblidades no
hacen por indiferencia o desinterés.
Un ejemplo válido de perseverancia, de que cuando existe un propósito y existe el compromiso, 'querer es poder' es una máxima que se cumple, y -sin importar cuanto
tiempo haya pasado-, una historia que debiera ser replicada, donde queda
clara la empatía y solidaridad necesarias para hacer de éste un mundo mejor,
más humano, menos cruel, donde las desigualdades se emparejen para que todos puedan
tener una vida digna.
imagen 1: bomba manual para extraer agua
imagen 2: Ryan Hreljac
imagen 2: Ryan Hreljac
"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas."
Lucio Anneo Séneca - filósofo, político, orador y escritor romano (4 a.C.-65 d.C.)
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