“En las grandes cosas
los hombres se muestran como les conviene mostrarse. En las pequeñas como son.”
Nicolás de Chamfort – seudónimo
de Sébastien-Roch Nicolas moralista francés (1741-1794)
Partiendo de la frase
dicha en público por el emperador romano Julio César con respecto a su esposa Pompeya, “No basta que la mujer de
César sea honesta, también tiene que parecerlo”, al ordenar el divorcio, deberíamos tener claro que el verbo ser es el que –en el
idioma español-, utilizamos para definirnos a nosotros mismos como tales y el
verbo parecer para señalar aquello que tiene similitud con otra cosa, puede
asemejarse, pero no es igual.
Asumiendo
que esto es más que un juego de palabras, concluiríamos que no alcanza con ser
bueno, honesto, responsable, bien intencionado, sino que además hay que
parecerlo para evitar malos entendidos y desconfianzas innecesarias que socavan
la confianza de quienes son observadores sobre las acciones y actitudes de
otros que son observados.
Sin
embargo muchas veces las circunstancias nos ponen en el lugar opuesto al
anteriormente señalado, … y quien no se ha sorprendido en algún momento ante actitudes
de personas en las que confiábamos que demuestran lo contrario de lo que creíamos
y peor aún de lo que aparentaban.
Bastaría con mirar para ver cuántas situaciones existen: el estudiante que engaña diciéndose dedicado al estudio y no es tal; el empresario que aparenta dar condiciones laborales que realmente no proporciona; los obreros que dando una imagen de cumplimiento en realidad sólo aportan una menguada producción; el gobernante que diciendo mejorar las condiciones de quienes le eligieron para ocupar ese lugar, sólo se ocupa realmente de su propio beneficio y tantos otros ejemplos similares.
Bastaría con mirar para ver cuántas situaciones existen: el estudiante que engaña diciéndose dedicado al estudio y no es tal; el empresario que aparenta dar condiciones laborales que realmente no proporciona; los obreros que dando una imagen de cumplimiento en realidad sólo aportan una menguada producción; el gobernante que diciendo mejorar las condiciones de quienes le eligieron para ocupar ese lugar, sólo se ocupa realmente de su propio beneficio y tantos otros ejemplos similares.
Ante
la realidad que nos decepciona, tenemos que cuestionarnos si Julio César tuvo
razón con su célebre frase cuando por el contrario es la apariencia lo que se impone, en ésta sociedad donde la hipocresía es moneda corriente, y cabe recordar el
cuestionamiento que el pintor belga René Magritte plantea en su cuadro,
representando una pipa, que debajo tiene la frase que da nombre a la obra e indica ‘Esto no es una
pipa’, aludiendo inequívocamente a que sólo es la representación de una pipa en
un dibujo, incentivándonos a cuestionar entre esencia y la aparente
representación de la misma.
Concluyendo,
una primera frase que establece lo que se debe exigir como conducta honesta y responsable
para transitar por la vida y una segunda que nos remite a pensar en lo visible
y lo invisible, lo real y su representación o apariencia. Mucho más que dos
frases, en una sociedad que se encarga de atropellar nuestras buenas intenciones,
en la que nadie escapa en algún momento a colocarse -por diferentes motivos-, alguna máscara con la cual aparentar
lo que no es realmente, aceptando las propias falencias, hay que saber ver, elegir,
decidir y exigir, la disyuntiva es, … ser o parecer?.
“Alcanzarás buena
reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer.”
Sócrates – filósofo ateniense (470-399 a.C.)
Sócrates – filósofo ateniense (470-399 a.C.)
Dos frases aparentemente antagónicas que sin embargo se complementan para dejarnos asumir que elegir en nuestras vidas.
ResponderBorrarUn tema muy interesante y bien tratado. Un saludo Irene