"La lluvia es el llanto del cielo: en sus ojos de enamorado con la tierra, concluye como la cólera del hombre con su amada: con lágrimas copiosas."
Eugenio María de Hostos - intelectual, educador, filósofo, sociólogo y escritor puertorriqueño (1839-1903)
El clima influye en la
emociones, en el estado de ánimo y dependiendo de cómo estemos de salud, las
circunstancias que estemos atravesando y
nuestra propia forma de ser y sentir, condicionará como viviremos los diferentes
eventos, el frío intenso, el fuerte calor o la lluvia.
Ante una misma
situación variarán nuestras percepciones y lo que en alguna oportunidad nos
invita a reír y bailar en otras ocasiones nos hará sentir tristeza o
simplemente querer detenernos a pensar. Sólo nosotros sabremos lo que en cada
ocasión nos resulte mejor.
Tal el pensamiento de Osho que señala “Sigue en tu camino, continúa danzando en tu camino. Recuerda sólo una cosa: lo que sientas que está bien, está bien, lo que sientas que es hermoso, es hermoso y lo que sea que te haga feliz, alegre, contento, es verdad. Permite que este sea tu propio criterio. No te molestes por las opiniones de los demás. Permite que éste sea tu propio punto de referencia. Lo que sea que te haga feliz tiene que ser verdad.”
La lluvia es uno de
esos sucesos que unas veces nos invita a sentir su frescura, que nos hace sentir
felices como cuando siendo niños chapoteábamos bajo ella, que alivia y nos trae
ese bendito olor a tierra húmeda y recuerdos queridos que guardamos en la
memoria, y otras sin embargo nos pide disfrutar de sentirnos resguardados,
tranquilos, relajados.
Caminar bajo la lluvia,
empapándonos, puede ayudar a sentir que nos deshacemos de los problemas que
llevamos sobre la espalda, o puede alegrar nuestro día recordando que nuestro
niño interior aún está vivo, pero también escuchar el sonido del agua cuando
llueve, puede entristecernos y estar abrigados
en nuestra casa será lo que necesitemos y un excelente espacio para
reflexionar encontrando respuestas a interrogantes o dudas que aún no hemos
sabido resolver.
Disfrutemos el momento
eso es lo importante, bailando bajo la lluvia, abriendo las ventanas o
resguardados de ella permitiéndonos el instante de nostalgia o melancolía, lo que sea que nos haga felices será lo adecuado, será verdad,
… nuestra verdad, … para ese momento.
“Debería
haber una esencia llamada "lágrimas de lluvia". La lluvia huele a
recuerdos, a buena esperanza, a té caliente bajo el edredón. Probablemente
huele diferente para cada uno. Alguien me podría decir que huele a cine, a
ciclamen y melancolía. O tal vez a cenizas, a galletas caseras y a manos que se
entrelazan.”
Nadia
Chauhan – empresaria, director de marketing hindú contemporánea
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