“El aprendizaje es
siempre rebelión. Cada pedacito de nueva verdad descubierta es revolucionario
con respecto a lo que se creía antes.”
Margaret Lee Runbeck – novelista
estadounidense (1905-1956)
La rebeldía como tal es
un comportamiento que acompaña al ser humano desde la niñez cuando se resiste a
aceptar los límites que su educación establece en ese proceso de desarrollo y
aprendizaje, luego lo vemos muy claro en la etapa de la adolescencia donde la
rebeldía es su naturaleza, cuando el joven busca su identidad, quiere ser independiente, tiene sus propios
criterios e intenta traspasar los límites impuestos por los adultos adoptando posturas irrespetuosas que desafían y resisten la autoridad.
En
el transcurso de la vida muchas veces nos vemos frente a situaciones que nos
limitan, sentimos que nuestra libertad está cercenada, que las alternativas no
existen, y aunque internamente nos rebelamos las circunstancias nos
condicionan, no podemos poner en riesgo a quienes de nosotros dependen, generalmente
el aspecto económico es el factor que incide para que así sea, y llegados a éste
punto nos vemos frente a una disyuntiva en la que cada uno deberá elegir si
resignarse a continuar el camino conocido o buscar cambios aunque impliquen
riesgos.
Seguros
de sí mismos, inconformistas, dispuestos a ir contra los convencionalismos y la
esperada obediencia a las normas impuestas en la sociedad, inquietos,
desafiantes ante lo que consideran injusto, de espíritu creativo, incapaces de
aceptar imposiciones, así son los rebeldes, esos que se niegan a
la resignación, que apelando a su fuerza de voluntad asumen criterios y formas
innovadoras, los que con inteligencia y
corazón logran cambios transformadores y así viven durante toda su vida.
Muchas
veces la palabra rebeldia va unida a la percepción de una conducta negativa, indisolublemente
ligada a la posición del ‘no’ que cuestiona e interpela, que contraviene
normas, que genera conflictos, que atenta contra la sociedad, olvidando que esa
rebeldía es la que saca el mejor esfuerzo del deportista ante la frustración de una competencia que se está perdiendo para revertir el resultado, que aporta un esfuerzo extra a quien ha sufrido un inesperado traspiés financiero logrando soluciones, la misma que a pesar del dolor del desarraigo decide la emigración en busca de horizontes mejores, la que en el artista le permite apostar a sus creaciones, a pesar de las críticas, y tantos ejemplos más.
Tras el rebelde existen sueños e ideales, apuesta a la libertad, mantiene un espíritu crítico, aporta nuevas opciones, lucha por valores, es combativo, no transige con arbitrariedades, discriminaciones y atropellos, está dispuesto al sacrificio, siendo el imprescindible motor con el que evoluciona y mejora la sociedad imponiendo nuevos modos para escribir la historia.
Tras el rebelde existen sueños e ideales, apuesta a la libertad, mantiene un espíritu crítico, aporta nuevas opciones, lucha por valores, es combativo, no transige con arbitrariedades, discriminaciones y atropellos, está dispuesto al sacrificio, siendo el imprescindible motor con el que evoluciona y mejora la sociedad imponiendo nuevos modos para escribir la historia.
Imagen:
Mehmet Turgut
“La desobediencia, a
los ojos de cualquiera que haya leído la historia, es la virtud original del
hombre. El progreso ha llegado por la desobediencia, por la desobediencia y la rebelión.”
Oscar Wilde – novelista,
poeta, crítico literario, autor teatral irlandés (1854-1900)
Un saludo..
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