" ... Ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición ..."
Steve Jobs - empresario y magnate del sector informático estadounidense (1955-2011)
Todos tenemos algo que nos identifica y nos da un toque especial y único. Pero en ocasiones, por diferentes circunstancias nos deprimimos y pensamos que lo que nos rodea no nos permite destacar.
Debemos aprender a valorarnos, a reconocer nuestras cualidades, nuestros dones y tambien nuestros defectos, que de eso se trata, porque somos seres imperfectos.
El siguiente texto es un buen ejemplo de lo que a veces nos pasa y no acertamos a darnos cuenta que todos tenemos valores y debemos aceptarnos como somos.
La luna y la estrella

"Hubo
una vez una luna que se sentía pequeña, que variaba cada noche, y cada
mes se sentía crecer y luego se sentía menguar. Tenía una preciosa
estrella al lado, sin la cual ella pensaba que no sabía brillar. La
estrella, tan radiante como era, sólo se ocupaba de brillar ella misma.
Solía pensar que necesitaba más cielos y más estrellas
a su alrededor y aunque le gustaba estar al lado de la luna, necesitaba
sentir la libertad de volar por el cielo.
La luna quería ser como la
estrella, la adoraba porque siempre brillaba con la misma intensidad,
porque desprendía seguridad, porque había descubierto hermosas noches a
su lado y porque pensaba que ella era la razón de su brillo. Resultó
finalmente que la estrella era fugaz, y sólo estaba en ese cielo de
paso. La luna sabía que no era una estrella normal, pero pensó que
quizás las noches juntas serían suficiente motivo para que la estrella
dejase de ser fugaz.
Su paso había dejado a la luna
hipnotizada. Y cuando su destello se fue apagando, la luna deseó con
todas sus fuerzas que volviese a pasar a su lado. La estrella nunca
volvió, pero había dejado suficiente estela como para que la luna
siguiera centrándose en ella. Y es que como ya sabéis, las estrellas
fugaces son hermosas, poco frecuentes y se marchan con rapidez,
dejándonos solo tiempo de pedir un deseo.
Así pasaron las
noches y la luna buscó mil maneras de convencerse de que seguiría
brillando aunque no estuviera esa estrella a su lado. Pensaba que quizás
su brillo nunca volvería a ser tan intenso. Pensaba que quizás su ciclo
lunar y su modo de iluminar la noche eran los culpables de que la
estrella se hubiese marchado.
Pero hubo un día en que todo
cambió. La luna se sintió renacer. Sintió que de nuevo comenzaba a
brillar, que volvía a crecer. Se dio cuenta que esa estrella no era una
estrella de su cielo y que probablemente no encajaba en él. Y decidió
confiar en su fuerza y en su brillo, en su renacer. Y noche a noche se
fue convirtiendo en una gran luna llena. Y comenzó a brillar tan fuerte
que el cielo dejó de ser tan oscuro y no importó que no hubiesen más
estrellas cerca de ella. Por fin, la noche lucía hermosa, con o sin
estrellas, pero con esa gran luna brillando en ella.
Entonces
la luna se dio cuenta que su luz procedía del sol y comprendió entonces
que también era sol. Que podía brillar de noche y de día y que lo hacía
sola, pues el brillo y la fuerza le nacían de dentro. Así, las nubes
podrían cubrirla un poco en los días grises, pero nunca dejaría de
brillar. En noches oscuras podrían lucir hermosas estrellas a su lado,
pero no para apagarla, sino para crear juntas un cielo más hermoso. Y
desde entonces, el sol y la luna ya no fueron opuestos, sino distintas
expresiones de una misma luz interior."
Autor desconocido por mi - tomado de la red
... ...
Nadie es menos que otros y cada uno brilla con su propia luz, es dentro de nosotros y no fuera que debemos buscar, ... y atrevernos a mostrarnos tal como somos, sólo es cuestión de creer en nosotros mismos con seguridad y sin vacilaciones.
Comencemos ya !!! ...
"Un camino de mil millas comienza con un paso."
Benjamin Franklin - político, científico e inventor estadounidense (1706-1790)