Honoré de Balzac - novelista francés (1799-1850
Cuando nos enamoramos el organismo desencadena una respuesta neurofisiológica, liberación en el cerebro la feniletilamina, sustancia que tiene las propiedades de la anfetamina y causa “síntomas de amor” como insomnio, inapetencia, y suprime la sensación de fatiga. El enamorado, bajo éstos efectos, se siente valiente e inmune a los peligros, resistente a la fatiga, la sed y el hambre y siente que si está con el ser amado no necesita más para vivir y ser feliz.
Pero en la medida que pasa el tiempo y la pareja se va consolidando aparecerán -si el vínculo no es sólido- los primeros resquebrajamientos en la relación, y aquello de que estaremos juntos en las buenas y en las malas, ya no será tal.
Las circunstancias del cotidiano vivir nos llevaran por altibajos en los cuales no todo será fácil, y van a aparecer dificultades económicas, rasgos del carácter que no notamos al comienzo, diferencias en la forma de enfocar temas, que si no estamos dispuestos a ceder y reacomodar por ambas partes se convertirán en un escollo insalvable para continuar juntos.
Ello dependerá de cuan madura sea la relación, cuales sean nuestras metas de crecimiento personal, y cual fue el punto de partida -cuando tomamos la decisión de estar juntos- si lo hicimos porque no queríamos seguir en la casa paterna, o por mejorar la situación económica, o deslumbrados por la belleza física, seguramente no lograremos encontrar puntos de sostén que mantengan la relación en el tiempo.
Mucho ha escrito la literatura sobre encuentros y desencuentros, amores y desamores, pero tengamos claro que la frase proverbial (y no un refrán como muchos creen) "contigo pan y cebolla" no es más que eso: una frase.
Cuando el amor de la primera etapa crece, está dispuesto a enfrentar y aceptar lo que llegue que de eso se trata cuando se vive en pareja. Afrontar situaciones, pérdida de empleos, enfermedades, la llegada de los hijos, postergar proyectos personales en beneficio de la construcción de una vida en común, y nos hará felices lo que nos pasa a nosotros pero tambien y más aún lo que le sucede al otro.
Cuando decidamos nuestra vida hagámoslo siendo conscientes de que "contigo pan y cebolla" no es suficiente, si los cimientos de la relación han sido equivocados, porque cuando se quiere a alguien de verdad, se está dispuesto a vivir con él
no sólo en época de felicidad sino también en momentos de crisis y tristeza.
imagen: http://leonardosepulvedafaundez.blogspot.com.uy/
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."Los que se enamoran muy aprisa, suelen aborrecerse muy despacio."
Fray Antonio de Guevara - escritor y eclesiástico español (1481-1545)
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