"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
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martes, 5 de agosto de 2025

¿Tienes un pañuelo? - El amor disfrazado de pregunta ... y una forma de concebir el mundo

'La mejor manera de hacer que tu cónyuge e hijos se sientan seguros no es con grandes depósitos en la cuenta bancaria, sino con pequeños depósitos de atención y afecto en la cuenta del amor.' - Zig Ziglar - escritor estadounidense (1926-2912)

Nacida en Nitzkydorf, Rumanía en agosto de 1953, cuando su país estaba sufriendo una dictadura, Herta Müller novelista, poeta y ensayista, destacada por sus relatos -muchos de ellos autobriográficos- escribió sobre temas como la hipocresía y la violencia, por los que fue perseguida, acosada, denunciada, encarcelada y en razón de ello tomó la decisión de emigrar a Alemania a donde llegó con su entonces esposo el tambien escritor R Wagner y con su madre en 1987 asentándose en Berlín.

Estudió Literatura Rumana y Alemana en la Universidad del Oeste de Timisoara, trabajó como traductora y profesora de idioma, se desempeñó como profesora invitada en varias universidades, y residente en la de Berlín.

El relato que quiero compartir es el comienzo y el final, (un pequeño fragmento) del discurso que H. Muller pronunció cuando recibió el Nobel 

¿Tienes un pañuelo? Me preguntaba mi madre cada mañana en el portón de mi casa, antes que saliera a la calle. Yo no lo tenía y entonces regresaba a mi cuarto y sacaba un pañuelo. No lo tenía el pañuelo cada mañana, ya que cada mañana esperaba esa pregunta. El pañuelo era la prueba de que mi madre me protegía por la mañana. Durante el resto del día y los demás que haceres cotidianos quedaron a merced de mí misma. La pregunta «¿Tienes un pañuelo?» era un afecto indirecto. Uno directo hubiera sido molestoso, cosa que no existía entre los campesinos. El amor se disfrazaba de pregunta. Solamente de esa manera podía ser expresado, así seco y determinante como una orden de trabajo. Esa voz áspera de mi madre enaltecía la ternura. Cada mañana estaba yo en el portón de mi casa, una vez sin pañuelo y una segunda vez con el pañuelo. Sólo así salía a la calle, como si en el pañuelo estuviera mi madre protegiéndome.



[ ... ] Me parece que los objetos no conocen su material, que los gestos no conocen sus sentimientos y las palabras tampoco conocen la boca que las enuncia. Pero para asegurarnos nuestra propia existencia necesitamos los objetos, los gestos y las palabras. Cuanto más palabras nos es permitido usar, tanto más libres somos. Cuando se nos prohíbe la boca, intentamos afirmarnos con gestos e incluso con objetos. Son más difíciles de interpretar y permanecen un tiempo libres de sospecha. Y así pueden ayudarnos a convertir la humillación en una dignidad que permanece libre de sospecha por un tiempo.

Me gustaría poder decir una frase para todos aquellos que, en las dictaduras, todos los días, hasta hoy, son despojados de su dignidad, aunque sea una frase con la palabra pañuelo, aunque sea la pregunta: ¿Tenéis un pañuelo?

Puede ser que, desde siempre, la pregunta por el pañuelo no se refiera en absoluto al pañuelo, sino a la extrema soledad del ser humano.
... ...

Sus trabajos, ensayos, libros realizados desde su crítica posición frente a la situación en la  Rumanía de esos años oscuros del dictador N. Ceaușescu, reflejan la opresión que se vivía y sus consecuencias en las personas, así como la situación de los exiliados como ella misma.

Integra la Academia alemana de Lengua y Literatura. En el año 2009 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura, manteniéndose activa hasta la actualidad.
 

'El amor es la fuente de la seguridad, la fuente de la vida.' - Susan Polis Schutz - poeta y productora de películas estadounidenses contemporáneas

lunes, 17 de octubre de 2022

La vida y el tiempo - entre ficción y realidad - 'Abuela', un recorrido en los recuerdos.

'Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito.' - Giovanni Papini Escritor italiano (1881-1956)

Quienes ya tenemos algunos años sobre nuestros hombros muchas veces y casi sin darnos cuenta nos encontramos recordando fragmentos de hechos vividos, que han quedado como retazos en nuestra memoria, y que nos resulta agradable traer al presente elaborando con ellos un relato de nuestra propia vida de tono coloquial y muy íntimo.

Es sabido que la sociedad, la vida y las costumbres han ido cambiando y las exigencias actuales de estudio, trabajo y actividades nos hacen relegar costumbres que fueron siendo niños o jóvenes y que hicieron una convivencia familiar con colores propios en cada familia, entre otras el compartir la mesa, almuerzos y cenas donde nos vimos involucrados en una suerte de familia extendida bulliciosa y peculiar.

Esos recuerdos me llevan a una novela de Julio Cortázar, 'Libro de Manuel' , publicada en 1973, una obra que obtuvo el Premio Médicis en París, donde convergen literatura, política y denuncia, un reflejo de la situación convulsionada que vivía América Latina y Argentina especialmente en esos años y un relato breve de allí extraído 'Abuela'.


“La abuela sacaba el mantel blanco y tendía la mesa bajo el emparrado, cerca de los jazmines, y alguien encendía la lámpara y era un rumor de cubiertos y de platos en bandejas, un charlar en la cocina,, la tía que iba hasta el callejón de la puerta blanca para llamar a los chicos que jugaban con los amigos en el jardín de adelante o en la vereda, y hacía el calor de las noches de enero. La abuela había regado el jardín y el huerto antes de que oscureciera y se sintiera el olor de la tierra mojada, de los ligustros ávidos, de la madreselva llena de translúcidas gotas que multiplicaban la lámpara para algún chico con los ojos nacidos para ver esas cosas .”

… …

No es necesario extendernos para hablar de Julio Cortázar , uno de los más innovadores escritores, dueño de una narrativa excepcional, con la capacidad de sorprendernos, tal vez uno de los más destacados del siglo XX.

Una narrativa donde ficción y realidad se mezclan, una pintura en anécdotas de la vida que transcurre en un tiempo que cambió, dándonos una cálida visión y también desencantada de costumbres que no volverán, pero de la que hemos sido al igual que el autor testigos privilegiados .

'Hay un dicho que es tan común como falso: El pasado, pasado está, creemos. Pero el pasado no pasa nunca, si hay algo que no pasa es el pasado, el pasado está siempre, somos memoria de nosotros mismos y de los demás, en este sentido somos de papel, somos papel donde se escribe todo lo que sucede antes de nosotros, somos la memoria que tenemos.' - José Saramago - escritor portugués, Nobel de literatura en 1998 - (1922-2010)


viernes, 20 de enero de 2017

Hábitos y costumbres - barreras que nos limitan

"Los únicos límites son aquellos que uno se impone a si mismo.”
Laurent Gounelle – escritor francés contemporáneo

Muchas veces vivimos y actuamos dejándonos llevar por patrones aprendidos, repetidos en el tiempo, sin cuestionarnos ni detenernos a pensar, perdiendo de vista que es lo mejor para nosotros dejándonos llevar por la costumbre.

De eso nos habla el relato 'El camello y la estaca' que hoy dejo para leer y reflexionar

'Una vez un árabe viaja­ba por el desierto, con sus camellos. A la hora del descanso, sus esclavos, se encontraron con que sólo tenían 19 estacas para atar a sus 20 camellos, por lo que consultaron al amo, y  éste les dijo:

-Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un ani­mal poco inteligente, creerá que está atado.




 Así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los came­llos estaban en su sitio, y el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí.
Al des­atarlos para marcharse, todos se pu­sieron en movimiento menos el nú­mero 20 que seguía quieto, sin mo­verse.

 Entonces el amo dijo:
-Haced el gesto de desatar la cuerda de la es­taca, pues el aún se cree atado.

 Así lo hicieron y el camello enton­ces se levantó y se puso a caminar con los demás.'
… …

Construímos sin darnos cuenta barreras mentales que nos limitan sin tener motivos valederos para que ellas existan, pero impidiendo que tomemos decisiones libremente. No permitamos que costumbres adquiridas, hábitos aprendidos coharten ni condicionen nuestra forma de caminar la vida, perdiendo oportunidades en el camino.

“La vida no tiene límites. Es la mente quien crea los llamados límites de la vida”
Sri Chinmoy – Maestro espiritual bengalí (1931-2007)


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hijos y cometas - enseñar a volar

"Los hijos se convierten para los padres, según la educación que reciban, en una recompensa o en un castigo.”
Jean Antoine Petit-Senn – poeta franco-suizo (1792-1870)

Todo lo que hacemos en la formación y educación de nuestros hijos es con buenas intenciones, el amor nos guía, pensando en el mejor futuro para ellos, pero querer lo mejor no es siempre sinónimo de hacer lo correcto para obtener buenos resultados.

Sin darnos cuenta, lo que vivimos en nuestra propia infancia y juventud, los deseos que nos quedaron a mitad de camino, los proyectos que no logramos concretar, las expectativas y sueños que no se cumplieron, esperamos verlos realizados en ellos como si su vida fuera una extensión de la nuestra, y perdemos de vista que cada uno debe realizar su propio camino, tener sus propios sueños, sufrir sus propio fracasos, hacer su proceso de crecimiento sin ser un apéndice nuestro.

Nacida en Estados Unidos en 1927, Erma Louise Bombeck (Erma Fiste), fue una periodista, humorista y columnista que durante 31 años publicó más de 4.000 artículos de prensa y 15 libros. Se le atribuye a ella el relato ‘Las cometas’, donde con un sentido metafórico compara la educación de los hijos con las cometas de la historia.




“Te pasas la vida tratando de hacerlas volar. Corres con ellas hasta quedar sin aliento. Caen al suelo. Chocan con los tejados. Tú las remiendas, las consuelas, las ajustas y las enseñas. Observas cómo el viento las mece y les aseguras que un día podrán volar.
Finalmente vuelan. Necesitan más hilo y tú sueltas más y más, y sabes que muy pronto la bella criatura se desprenderá de la cuerda de salvamento que la ata y se elevara por los aires, como se espera que lo haga, libre y sola.
Y sólo entonces te das cuenta de que has hecho bien tu trabajo.” 
… …

Una tarea ardua, en la que hay que asumir riesgos. Una cometa que se pliega y se guarda en un cajón, por miedo a que se rompa, no corre el riesgo de enredarse en la rama de un árbol o en el balcón de la casa, pero nunca aprenderá a volar libremente.

Enseñar, formar, educar, dar valores y ejemplo, y luego … hay que dejarlos ir , hay que dejarlos volar, se tienen que equivocar, lo tendrán que volver a intentar, pero no podemos vivir sus vidas, debemos darlas alas para volar.

Si conseguimos sujetar nuestros miedos, y no nos excedemos en sobreprotegerlos, los hijos serán capaces de marchar, de vivir sus vidas desde el amor, la honestidad, el trabajo y la perseverancia. Serán valientes y audaces para arriesgar y realizar sus sueños, los suyos, no los nuestros. Y como ocurre con las cometas que se elevan por los aires, … entonces sabremos que ellos podrán tener una vida plena, y que nosotros, … hemos hecho bien nuestro trabajo como padres.

“Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.” 
Mark Twain; seudónimo de Samuel Langhorne Clemens - escritor, orador y humorista estadounidense (1835-1910)  
 

miércoles, 25 de marzo de 2015

"Perder el alma" - Galeano y una forma de conocer más de nuestra América

"Es increíble la fuerza que el alma puede infundir al cuerpo."
Wilhelm von Humboldt - erudito y hombre de estado alemán (1767-1835)

A través de relatos América Latina refuerza su identidad cultural rica y heterogénea. Eduardo Galeano a través de su triogía "Memoria del Fuego" y a partir del reconocimiento de su histórica condición colonial demuestra la capacidad de los latinoamericanos de construir identidad.

El que sigue es un claro ejemplo de ello y pertenece a Memoria del Fuego II,  las Caras y las Máscaras.

Si se te pierde el alma en un descuido

¿Qué hace esa india Huichola que ésta por parir? Ella recuerda. Recuerda intensamente la noche de amor de donde viene el niño que va a nacer. Piensa en eso con toda la fuerza de su memoria y su alegría. Así el cuerpo se abre, feliz de la felicidad que tuvo, y entonces nace el buen huichol, que será digno de aquel goce que lo hizo.

Un buen huichol cuida su alma, su alumbrosa fuerza de vida, pero bien se sabe que el alma es más pequeña que una hormiga y más suave que un susurro, una cosa de nada, un airecito, y en cualquier descuido se puede perder.

Un muchacho tropieza y rueda sierra abajo y el alma se desprende y cae en la rodada, atada como estaba nomás que por hilo de seda de araña. Entonces el joven huichol se aturde, se enferma. Balbuceando llama al guardián de los cantos sagrados, el sacerdote hechicero.

¿Qué busca ese viejo indio escarbando la sierra? Recorre el rastro por donde el enfermo anduvo. Sube, muy en silencio, por entre las rocas filosas, explorando los ramajes, hoja por hoja, y bajo las piedritas. ¿Dónde se cayó la vida? ¿Dónde quedó asustada? Marcha lento y con los oídos muy abiertos, porque las almas perdidas lloran y a veces silban como brisa.

Cuando encuentra el alma errante, el sacerdote hechicero la levanta en la punta de una pluma, la envuelve en un minúsculo copo de algodón y dentro de una cañita hueca la lleva de vuelta a su dueño, que no morirá.
... ...

El narrador, en tercera persona, organiza el relato atravesando, tiempo, espacio y sucesos, en una relación afectiva, moral e intelectual con su propia historia, resultando en un contador 'incapaz de distancia'.

Apoyado en documentos, crónicas y testimonios, el escritor -no historiador-, llega a la celebración de la supervivencia de las diferencias, una visión de la identidad a partir de la diversidad, de las voces silenciadas-negadas históricamente, que como el mismo dice sirve “al rescate de la memoria secuestrada de... América Latina”. 


"En la medida que el ámbito indígena se difunde y colora a los otros grupos y realidades; en la medida que se proyecta sobre ellos, la diversidad de sangres, cultura e intereses adquiere el frescor rudo de una esperanza inédita, y la sabiduría absorta de quien empieza a reconocer su fortaleza."
José María Arguedas - escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo peruano (1911-1969)