"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
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lunes, 7 de marzo de 2022

Desaliento - ...y el irrenunciable intento de sonreir para desarmar la tristeza

‘La vida es un 10% lo que nos ocurre, y un 90% cómo reaccionamos a ello.’ - Charles Swindoll - pastor evangélico cristiano, autor, educador y predicador estadounidense contemporáneo

A casi dos años de la pandemia de la Covit 19 mucho se ha escrito sobre el tema, algunos lo han podido sobrellevar mejor que otros, dependiendo de las circunstancias de vida de cada quien. Sin embargo de una forma casi genérica el impuesto y necesario distanciamiento a que nos ha obligado ha significado cambios en la manera de relacionarnos con el entorno y nos ha llevado casi sin darnos cuenta mirar de forma diferente la realidad.

El desánimo puede ser el resultado de múltiples situaciones que nos toca vivir y ésta por mucho, es actualmente el disparador que trae a la superficie otras causas ya existentes y que la soledad y el distanciamiento colaboran a empeorar.

Quiero traer aquí un breve texto de la escritora argentina Poldy Bird  que describe y al mismo tiempo ayuda a reflexionar para salir adelante. 




Te entiendo, a veces yo también siento lo mismo: el desaliento que nubla el futuro, que me hace mirar con tristeza la risa de mi hija crecida en este mundo cuyo piso parece de arenas movedizas.

Cada mañana, un diario que nos charla, con tinta negra y fotos tristes, sus noticias de muerte, de rebelión, de represión, de guerra, de estafa, de engaño, de miedo.

Pero también cada mañana una hoguerita de vida se enciende en nosotros. 

Yo aprisiono la mía como quién casa un bichito de luz, y la guardo en mi corazón. Trato de defenderla, porque no la necesito solamente yo, sino aquellos que se reflejan en mí, los que me quieren.

El desaliento es un precipicio con imán; se cae fácil pero es difícil salir, dejarlo. Si, te entiendo...Ya ves que somos parecidas...Por eso puedo tocarte el hombro, por eso puedo decirte: "Si, es difícil sonreír cuando pasan las cosas que pasan....Pero hay que intentarlo. Y hasta  convencerte de que es la única forma de dejar desarmada a la tristeza, a la indolencia, a la falta de amor que hace que pase lo que está pasando en el mundo..."

… …

Nadie dijo que esto sería fácil, cada uno debe luchar sus propias batallas, y cada uno conoce sus propias fortalezas y debilidades, pero es importante y debemos tenerlo presente que bajar los brazos nunca es una solución, por el contrario hay que buscar fuerzas aún donde no las haya y buscar ese aliciente –por mínimo que sea- que nos impulse a seguir.

No hay lucha que se gane si no se intenta y tal vez ejercitar la paciencia y aprender a esperar es parte de esta lección que la vida se empeña en enseñarnos.

‘No hay árbol que el viento no haya sacudido.’ – Proverbio hindú


sábado, 20 de julio de 2019

Amor - sentimiento y decisión


"El amor es luz dado que ilumina a quien lo da ya quien lo recibe."
Albert Einstein - físico alemán de origen judío (1879-1955) 

Desde siempre ya través de la historia el mundo ha sido testigo de los mayores sacrificios, hechos heroicos, así como demostraciones de voluntad inquebrantable, inspiradas por el amor, ese amor con mayúsculas, que ha estado presente en manifestaciones patrióticas, sucesos extraordinarios ante conmociones sociales , asi como en lo cotidiano y el diario vivir.


Pequeños hechos que rescatan el horror en períodos de guerras, situaciones arriesgadas en momentos de catástrofes, dedicación a enfermos, huérfanos o ancianos en protección a su vulnerabilidad, amor en la pareja, la familia, hacia el prójimo, y sin importar cual de ellos sea , siempre la chispa que enciende sigue siendo ese sentimiento que moviliza, contiene, sostiene y acompaña, 'el amor', y la decisión de hecharlo a andar convirtiéndolo en acciones.

Desde hace tiempo circula en internet un texto atribuído como un antiguo cuento judío que aunque no podemos asegurar ese mar su origen, además resulta en una lectura agradable y ejemplarizante.






"Un joven fue a visitar a un sabio y le contó sobre las dudas que tenía acerca de sus sentimientos por su familia. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y le dijo sólo una cosa:
- Ámala.
Y luego se calló.

El muchacho dijo:
- Pero, todavía tengo dudas  ...
- Ámala, le dijo de nuevo el sabio.

Y, ante el desconsuelo del joven, después de un breve silencio, le dijo lo siguiente:
- Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento.

Amar es dedicacion y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El amor es un ejercicio de jardineria.
Arranque lo que hace mal, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide.
Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, pero no por eso abandonar su jardín.

Ame, es decir, acepta, valorice, respete, dé afecto, ternura, admire y comprenda.
Simplemente, amén.

¿Sabes por qué?

Porque la inteligencia, sin amor, te hace perverso.
La justicia, sin amor, te hace implacable.
La diplomacia, sin amor, te hace hipócrita.
El éxito, sin amor, te hace arrogante.
La riqueza, sin amor, te hace avaricioso.
La docilidad, sin amor, te hace servil.
La pobreza, sin amor, te hace orgulloso.
La belleza, sin amor, te hace ridículo.
La autoridad, sin amor, te hace tirano.
El trabajo, sin amor, te hace esclavo.
Y la vida sin amor no tiene sentido."

... ...

A poco que reflexionemos nos daremos cuenta que aún en la disyuntiva entre elegir el poder, el dinero o el amor, éste último es el motor que mueve el mundo, nos hacer acortar distancias, soportar privaciones, enfrentar peligros, consolar a quien está triste, confortar a quien sufre dolor, acompañar la soledad de otros y tambien la nuestra, proporcionar alegría a quien no la tiene, dar a tiempo una palabra de apoyo, y que nos permite en definitiva encontrar con honestidad en nuestro interior nuestra mejor expresión haciéndonos crecer como seres humanos.

Una fuerza poderosa que se enfrentará a los prejuicios y la incomprensión, una fuerza multiplicadora que podrá luchar contra el egoísmo, que nos liberará de miedos, permitiéndonos superar nuestros propios límites, una energía que dará sentido a nuestra vida, arropándonos y dando calidez a nuestra corazón para amarnos a nosotros mismos como inicio para poder amar a los demás.

 imagen: Amanda Cass


“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor, si gritas, gritarás con amor, si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.”
Tácito - historiador, senador, cónsul y gobernador en el Imperio Romano (56-120 dC) ,


lunes, 24 de octubre de 2016

Amores a la antigua - '... con el alma y sin mirar atrás.'

"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."
Sam Keen - escritor, profesor y filósofo estadounidense contemporáneo

Amar es un sentimiento inherente al ser humano imprescindible para una vida plena. Un deseo, una necesidad, una búsqueda en el camino para encontrar la felicidad, una fuerza que todo lo transforma, todo lo puede, aún cuando creemos haber llegado al límite, que nos motiva, desbordándonos de ilusión en las primeras etapas, que nos hace ver belleza donde a veces no la hay, que nos permite disculpar defectos, nos impulsa a traspasar nuestros límites,  que nos atrapa y al mismo tiempo nos hace sentir libres.

Tanto se puede pensar y decir del amor, … cuando sentimos que nos llega creemos tocar el cielo con las manos, sentimos burbujear la sangre en las venas, aporta esa magia que para bien o para mal cambia nuestra vida, marcando un antes y un después, y como todo en la vida, a medida que transcurre el tiempo se va transformando, encontrando equilibrio y serenidad, que en algunos casos decantará por una relación que finaliza y en otros construirá una suerte de simbiosis, donde cada uno seguirá siendo quien es, pero viendo el mundo desde una perspectiva de a dos.




Amar nos hace felices por la simple existencia del otro, y aunque haya momentos en que diferencias y enojos aparezcan, resolveremos los problemas, porque además de la pasión inicial habrá crecido el sentimiento, el respeto, la confianza y nos sentiremos reflejados en las palabras del poeta mexicano Jaime Sabines cuando en sus ‘Cartas a Chepita’ dice:

"Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de éstas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento y contarte que es ahí donde me siento a pensar en tí. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás.".

Porque amar es preferirse, aceptarse, a pesar de los errores, las discrepancias y los inevitables cambios, en los tiempos buenos y los que no lo son tanto, construyendo un vínculo que sin agobiarnos va con el correr de los años transformando intensidad en profundidad, y cuando tenemos el privilegio de seguir juntos por largos años, amar es un regalo que nos hace sentir vitales, aportando su cuota de ternura, que nos permite hablar sin palabras, abrazar desde alma. arropar el corazón, haciendo que podamos alegrarnos por el pasado y que no queramos imaginar ni entender nuestro presente de otra manera, porque el ser humano a pesar de las arrugas necesita amar y sentirse amado hasta sus últimos momentos.

imagen: Estudio Alvarez Angiorno/ Pinterest

"Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama."
Alfred de Musset - poeta francés (1810-1857)

domingo, 5 de junio de 2016

Orgullo - entre la saludable autoestima y la equivocada soberbia

“El orgullo contrapesa todas las miserias. O bien las oculta o, si las descubre, se ufana a si mismo por haberlas conocido.”
Blaise Pascal – polímata, matemático, físico, escritor y filosofo francés (1623-1662)

Según indica el diccionario orgullo es un exceso de estimación hacia uno mismo y los propios méritos por lo cual la persona se siente superior a los demás o el sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano que se considera meritorio.

Si nos detenemos a considerarlo, es cierto que valorar nuestros logros, reconocer nuestras cualidades o las habilidades que sabemos tener y ‘estar’ satisfechos por eso es algo natural, casi está en el sustento de la autoestima, siendo el mejor estímulo para seguir adelante lo que sin duda no es igual a ‘ser’ orgulloso sintiéndonos superiores, creyendo no necesitar nada de nadie y por ello menospreciar a quienes nos rodean, poniendo un muro entre nosotros y los demás, aislándonos.

Un sentimiento complejo, para una palabra cuyo origen viene del término hebreo ‘gaon’ cuyo significado es orgullo, altivez, arrogancia, una emoción que nos puede hacer  perder de vista nuestra posición en la sociedad y el mundo cuando sin darnos cuenta permitimos que se desmadre, cuando unido al afán de poder, riqueza, alimentamos una suerte de avasallamiento de los derechos de otros, permitiendo que termine en conductas destructivas.

Los límites del orgullo positivo, el que nos beneficia, produce felicidad y nos alienta, como en toda otra situación son delgados y difícil es no sobrepasarlos, cayendo en actitudes que llegan a la soberbia, cuando equivocarnos y asumirlo no es una opción, sentimos que somos perfectos, no aceptamos sugerencias y nos creemos superiores e imprescindibles.

Aceptemos el orgullo positivo, el que nos convierte en mejores personas, el que valora nuestros esfuerzos, el que nos permite construir,  liberándonos del negativo que hace oídos sordos y menosprecia la opinión o el apoyo de los demás, el que nos hace vivir pendiente de las apariencias, el que no nos permite ver, convirtiéndose en un tirano que enferma nuestra vida.

imagen: Caras Ionut

“Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo de mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo de mi locura.”
Friedrich Nietzsche – filósofo, poeta, músico y filólogo alemán (1844-1900)

miércoles, 16 de marzo de 2016

Superar las decepciones - aprendizaje que transforma

"Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo inclusive aquellas que perdemos."
Paulo Coelho - escritor brasileño contemporáneo

Todos en algún momento nos hemos decepcionado, es un sentimiento que en la vida nos toca ante circunstancias diferentes, en ocasiones porque las expectativas puestas en algo tal vez superan la realidad, en otras cuando nos enfrentamos a proyectos que nos motivaban y se vienen abajo, en muchas situaciones porque confiábamos en quienes nos defraudan, los afectos no escapan y son un frecuente motivo de ese sentimiento que nos provoca tristeza, insatisfacción, rabia o impotencia, lo cierto es que el estado de ánimo cambia, nos sentimos dolidos, traicionados, nos encerramos en nosotros mismos, nos enojamos, ansiedad y desilusión nos invaden.

Pero no seremos nosotros los causantes de esas decepciones que nos afligen, al haber supuesto aquello de lo que no estamos seguros?, al haber fantaseado sobre lo que no conocemos en profundidad?, situaciones, circunstancias, personas en las que confiamos presumiendo lo que no era, y en ese camino nos llenamos de amargura, resentimiento, nos aislamos, perdemos la confianza y nos convencemos de nuestra infelicidad.

Muchas veces nosotros mismos vamos hacia la decepción al instalarnos en un lugar equivocado trasladando la confianza en nosotros, nuestras capacidades, habilidades hacia el imaginario que nosotros creamos, en el que depositamos expectativas que al fallar nos conmocionan provocando sentimientos desagradables, negativos, de los cuales, sin darnos cuenta, somos los únicos responsables.

A veces no podemos evitar caer en la tentación, colocamos esperanzas e ilusiones en lugares inadecuados y cuando la desilusión nos sorprende nos sentimos muy mal, lo importante es rescatar el aprendizaje que la decepción deje, una dura lección, que a pesar del amargo sabor de boca, tratemos de ver el medio vaso lleno para no repetir errores intentando minimizar posibles frustraciones en el futuro.

Sin embargo también existen situaciones en las que la decepción no es culpa nuestra sino de haber confiado en quien no es quien dice ser, que miente, que promete, que no cumple, y allí quedamos en el lugar de víctima. Sentirnos decepcionados nos hace perder la confianza en aquello en lo que confiábamos y también en nosotros. Hagamos un autoanálisis que nos permita salir de la situación que nos hiere, no nos quedemos en el lugar de víctima, tomemos conciencia para que no se repita.

Tengamos claro que la vida no siempre es como la planeamos, no siempre es justa, no todas las personas y por ende las situaciones que las involucran son honestas, no todas las personas pensarán y actuarán como nosotros quisiéramos, el dolor es parte de la vida, las situaciones cambian, los dolores en algún momento terminan y la felicidad no depende de los demás. Confiemos en nosotros aprendiendo a manejar las emociones utilizándolas a nuestro favor, tenemos que construir el presente y no el futuro.

imagen: Pietro Annigoni / retrato Juanita Forbes; 1955

"La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito ... la esencia del heroísmo."
Ralph Waldo Emerson - escritor, filósofo y poeta estadounidense (1803-1882)

viernes, 20 de febrero de 2015

Rencor - un lastre que no debemos permitir en nuestra vida

"No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores."
Mahatma Gandhi - así conocido Mohandas Karamchand Gandhi, abogado, pensador y político hinduista indio; recibió de Rabindranath Tagore, el nombre honorífico de Mahatma (comp. en sánscrito e hindi de mahā: ‘grande’ y ātmā: ‘alma’).- (1869-1948)


Todos en algún momento de la vida sentimos que alguien nos ofende o nos hiere con una actitud que no creemos merecer, nos sentimos agredidos sin motivo y experimentamos un desagradable sentimiento mezcla de dolor y rabia.

La sensación de impotencia, de querer ver el mismo sufrimiento en quien nos perjudicó nos invade convirtiéndose en un desagradable sentimiento, difícil de manejar, -rencor- que enturbia nuestro pesamiento, amargando nuestros días y prolongándose en el tiempo.

Les dejo aquí un breve texto del escritor argentino Gabriel Velxio que merece ser leído para luego reflexionar.

"Rencores"



Nadie vuelve del dolor, sin haber perdonado antes. Sin haberse permitido las disculpas necesarias, para poder sentirse libre de ese pesado lastre, que reside en el pasado.
Porque se hace imposible andar los días con esa animosidad que lastima, pero no sangra. Que recuerda, pero no olvida.
Es que muy cerca del rencor, habitan la desidia y el odio, cuyos límites se hacen imperceptibles para los que ignoran porque no quieren.
 

Se hace urgente desterrar la soberbia de ciertas verdades, que administran el desencanto de lo que muchas veces se desconoce.
No debemos avergonzarnos por rectificarnos, porque inclusive hasta la belleza padece de errores que no disimulan los maquillajes, pero siguen seduciendo miradas.
Cuando te preguntes que has hecho mal, respóndete primero, lo que no hiciste bien.
... ...


De nosotros y nuestra actitud frente a la situación depende que el rencor no se convierta en odio con el paso del tiempo, intentemos soltar el enojo que tenemos.


Sin importar cual haya sido el motivo que nos llevó a vivir con rencor, no debemos permitir que amargue nuestra vida, no pensemos en venganzas que a nada bueno conducirán, de las experiencias más traumáticas y dolorosas siempre podemos sacar algo positivo, analicemos si tuvimos una cuota de culpa en lo sucedido, tratemos de superarlo dejando que el dolor vaya disminuyendo hasta desaparecer, perdonemos y lograremos liberar el alma.

Imagen: Rey Mangouta

“La celebración del rencor no hace daño a la persona contra la que se celebra el rencor, sino que perjudica a la persona que lo ejerce.”
Booker T. Washington - educador, orador, cohesor y líder de la comunidad negra estadounidense (1856-1915)

domingo, 15 de diciembre de 2013

La ternura - capacidad de acariciar el alma

"Me aparto de la gente que considera a la insolencia valor, y cobardía a la ternura. Y también me aparto de aquellos que consideran charlatanería a la sabiduría e ignorancia al silencio".
Khalil Gibran - poeta, pintor, novelista y ensayista libanés (1883-1931)

La ternura es la capacidad de acariciar el alma, es bálsamo para heridas, la "terapia" perfecta, precisa, propicia, y preciosa, no está en lo grande, ni en lo que se destaca, está en lo sencillo, en esas pequeñas cosas de todos los días...

Un trato amable, delicado, una caricia, un guiño, un beso son elementos que forman parte de la ternura; a todos nos gustan esos pequeños detalles inesperados, que nos digan que nos quieren, no porque tengamos dudas o lo ignoremos, sólo porque ese te quiero nos hace sentir bien.

La ternura es a la vez un impulso, un sentimiento y una actitud, es un fenómeno complejo que está en la constitución del hombre, algunos pueden pensar que es de frágiles, de aquellos que no encajan en éste mundo actual, sin embargo el vacío de ternura en la niñez es lo que resiente el comportamiento en los adolescentes

La llave de apertura es el estar dispuestos a abrirnos para recibirla, eso... ya es una manifestación de la ternura, nace de la capacidad de asombrarse de lo bueno que hay en el mundo. No es privativo de la mujer manifestar ternura, tambien el hombre puede hacerlo, es un movimiento que nos arrastra hacia un camino repleto de sensaciones y sentimientos entre los que se entremezclan la benevolencia, la aceptación, la calidez y el abandono, pero también la confianza, el estímulo y el asombro.

Para seguir este camino lo único que hay que hacer es abandonar los miedos, dejar atrás los prejuicios, y enfrentarnos a todo cuanto pueda depararnos, no es solamente algo físico, es una emoción sutil, una mirada de asombro, un saber dar y recibir.

La ternura necesita del silencio que se crea cuando escuchamos lo que dice la otra persona o intentamos participar de sus vivencias y sentimientos, es algo dulce y llena de confianza, es una palabra, una mirada. Es lo que convierte la existencia del otro en nuestra segunda piel, es el camino que nos conduce hacia la abundancia espiritual.

No es un estado permanente, en ocasiones somos reacios a demostrarla, sin embargo es la posibilidad de crear un espacio en el que acoger al sabio y al niño que llevamos dentro; al héroe o al príncipe, al hombre o la mujer que seguimos buscando en nosotros mismos.

La ternura es el arte de "sentir" a la persona, al ser humano, es una actitud amable y afectuosa repleta de humanidad, es eso que... vitaliza al viejo... duerme al niño... y desarma al hombre.

Cultivarla, compartirla y disfrutar de su magia, es capaz de generar una profunda felicidad

"Endurecerse sin perder la ternura jamás".
Ernesto "Che" Guevara - político, escritor, periodista y médico argentino-cubano (1928-1967)