"El amor es luz dado que ilumina a quien lo da ya quien lo recibe."
Albert Einstein - físico alemán de origen judío (1879-1955)
Desde siempre ya través de la historia el mundo ha sido testigo de los mayores sacrificios, hechos heroicos, así como demostraciones de voluntad inquebrantable, inspiradas por el amor, ese amor con mayúsculas, que ha estado presente en manifestaciones patrióticas, sucesos extraordinarios ante conmociones sociales , asi como en lo cotidiano y el diario vivir.
Pequeños hechos que rescatan el horror en períodos de guerras, situaciones arriesgadas en momentos de catástrofes, dedicación a enfermos, huérfanos o ancianos en protección a su vulnerabilidad, amor en la pareja, la familia, hacia el prójimo, y sin importar cual de ellos sea , siempre la chispa que enciende sigue siendo ese sentimiento que moviliza, contiene, sostiene y acompaña, 'el amor', y la decisión de hecharlo a andar convirtiéndolo en acciones.
Desde hace tiempo circula en internet un texto atribuído como un antiguo cuento judío que aunque no podemos asegurar ese mar su origen, además resulta en una lectura agradable y ejemplarizante.
"Un joven fue a visitar a un sabio y le contó sobre las dudas que tenía acerca de sus sentimientos por su familia. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y le dijo sólo una cosa:
- Ámala.
Y luego se calló.
El muchacho dijo:
- Pero, todavía tengo dudas ...
- Ámala, le dijo de nuevo el sabio.
Y, ante el desconsuelo del joven, después de un breve silencio, le dijo lo siguiente:
- Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento.
Amar es dedicacion y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El amor es un ejercicio de jardineria.
Arranque lo que hace mal, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide.
Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, pero no por eso abandonar su jardín.
Ame, es decir, acepta, valorice, respete, dé afecto, ternura, admire y comprenda.
Simplemente, amén.
¿Sabes por qué?
Porque la inteligencia, sin amor, te hace perverso.
La justicia, sin amor, te hace implacable.
La diplomacia, sin amor, te hace hipócrita.
El éxito, sin amor, te hace arrogante.
La riqueza, sin amor, te hace avaricioso.
La docilidad, sin amor, te hace servil.
La pobreza, sin amor, te hace orgulloso.
La belleza, sin amor, te hace ridículo.
La autoridad, sin amor, te hace tirano.
El trabajo, sin amor, te hace esclavo.
Y la vida sin amor no tiene sentido."
... ...
A poco que reflexionemos nos daremos
cuenta que aún en la disyuntiva entre elegir el poder, el dinero o el amor, éste último es el motor que mueve el mundo, nos hacer acortar distancias, soportar privaciones, enfrentar peligros, consolar a quien está triste, confortar a quien sufre dolor, acompañar la soledad de otros y tambien la nuestra, proporcionar alegría a quien no la tiene, dar a tiempo una palabra de apoyo, y que nos permite en definitiva encontrar con honestidad en nuestro interior nuestra mejor expresión haciéndonos crecer como
seres humanos.
Una fuerza poderosa que se enfrentará a los prejuicios y la incomprensión, una fuerza multiplicadora que podrá luchar contra el egoísmo, que nos liberará de miedos, permitiéndonos superar nuestros propios límites, una energía que dará sentido a nuestra vida, arropándonos y dando calidez a nuestra corazón para amarnos a nosotros mismos como inicio para poder amar a los demás.
imagen: Amanda Cass
“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor, si gritas, gritarás con amor, si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.”
Tácito - historiador, senador, cónsul y gobernador en el Imperio Romano (56-120 dC) ,
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