“La
oportunidad que tiene consejos para todos los asuntos, proporciona fuerza,
mucha fuerza, contra todo impedimento.”
Sófocles
– poeta trágico griego (496-406 a.C.)
Querer una buena vida
es el mayor deseo del ser humano, ser felices nuestro objetivo, solemos decir
que ese es el sentido de vivir y contra viento y marea nos empeñamos en ello, perseguimos
sueños, hacemos proyectos, pero como es lógico esperar, la vida a veces pone
obstáculos, encontramos dificultades, nos enfrenta al fracaso, las pérdidas y
el dolor, y tenemos que sacar fuerzas de donde no creemos tenerlas para seguir
adelante.
Cuando
las circunstancias nos muestran la cara amable de la vida sólo cabe disfrutar,
hacer acopio de esa felicidad, viviendo a pleno, pero si nos toca enfrentar
situaciones penosas allí nos sentimos desvalidos, nunca estamos suficientemente
preparados para la adversidad, sin embargo es inevitable que en algún momento
nos toque enfermarnos, se desmorone
algún proyecto que teníamos previsto encarar o nos sintamos frustrados frente a
esa meta que no hemos podido alcanzar, y también nos veremos frente a la
ausencia o la muerte de alguno de nuestros seres queridos.
A
pesar de eso tenemos que buscar lo positivo en todo lo que nos ocurre, aprender
a relativizar los acontecimientos, recurriendo a la vieja expresión de que ‘no
hay mal que por bien no venga’, sabiendo que aunque no lo veamos en un primer
golpe de vista, con el tiempo, y mirando en perspectiva lo que nos tocó
transitar, encontraremos motivos que nos sugieran una explicación que sosiegue y
reconforte nuestro ánimo, llegando incluso a la conclusión de que fue mejor que
así sucediera y que cuando menos nos sirvió de aprendizaje.
Felicidad
y tristeza se van alternando conformando el paisaje de nuestro recorrido por
esta tierra, un tiempo más o menos fugaz, del que no manejamos su duración ni
tampoco podemos, -aunque lo queramos- convertir en un permanente cuento de
hadas, una felicidad continua. El mundo y la sociedad se encargan de exigirnos que
seamos bellos y felices, y al mismo tiempo nos bombardea con eventos que afectan
negativamente nuestros sentimientos y emociones y que no podremos eludir.
De
nosotros depende encontrar el equilibrio que nos permita adaptarnos en cada
circunstancia a lo que el momento requiera, haciéndonos cargo de que alegrías y
tristezas, éxitos y fracasos, felicidad y dolor, estarán presentes y nosotros
tenemos la obligación de vivir convencidos de que hacerlo, es plantearnos el
desafío de aprovechar las oportunidades, todas las que se presenten, las buenas
para disfrutarlas, las malas para crecer a partir de ellas, y todas para
aprender a ser.
imagen: Pat Erickson
“La
sabiduría tambien consiste en aceptar y relativizar los acontecimientos positivos
o negativos de nuestra existencia.”
Catherine
Rambert – escritora, periodista y pensadora francesa contemporánea
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