“El resentimiento, la crítica, la
culpa y el miedo aparecen cuando culpamos a los demás y no asumimos la
responsabilidad de nuestras propias experiencias.”
Louise Hay - escritora y oradora estadounidense contemporánea
La vida a veces nos pone frente a situaciones donde las personas que nos rodean y los propios acontecimientos nos defraudan, nos sentimos traicionados, perjudicados, creemos que la sociedad de manera injusta para con nosotros y nuestro proceder nos adeuda y no podemos resolver el conflicto entrando en una suerte de espiral donde el encono y el resentimiento se apoderan de nosotros alimentando el rencor, un desagradable sentimiento que despierta emociones negativas, nos mortifica, nos disgusta, nos quita libertad.
He leído y aquí comparto un breve texto del escritor argentino Gabriel Velxio, que es elocuente y nos hace reflexionar.
'El rencor es una patología que padece el alma. Que suele enmudecer los dolores, pero no los erradica. Que evita la sonrisa sincera, y le quita demasiado tiempo a la alegría.
Es impensable creer que desde ese sentimiento, haya alguna posibilidad de construir, enmendar o sanar. Y se hace una carga insostenible sobrevivir una vida con semejante desidia, sin mirar todo lo que se pierde en el camino, tan solo por no dejar querer.
El rencor es un castigo a los sueños, a la necesidad de abrazar, a las ganas de llorar, al deseo de mostrar desnudo el corazón, a la palabra que se cansa de callar. El rencor suele matar ilusiones, que la eternidad no entiende.
El dilema seguirá siendo asumir con cuánto de vida se queda este sentir, y cuál es el tiempo que brinda para ser feliz. Perdonarse a uno mismo, es el comienzo para aprender a perdonar y para volver a creer.'
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Atrapados por el resentimiento veremos
sólo culpas en los demás y nos costará reconocer que en alguna medida también nosotros
tenemos nuestra parte de culpa, así mismo esa vivencia negativa sólo nos
impedirá vivir tranquilos, disfrutando de lo bueno y la única salida será a
través del perdón, que nos reconciliará con la vida misma, aceptando nuestra
fragilidad frente a ella así como nuestras falencias como parte de los sucesos
que sentimos nos vulneraron.
Finalmente el resentimiento por la
expectativa frustrada y lo que no recibimos, es tan viejo como la humanidad,
sólo basta recordar la bíblica historia de Caín y Abel, nos llena de enojo y
amargura en el intento de vengarnos haciendo justicia, pero esa hostilidad mantenida
en el tiempo termina castigándonos a nosotros mismos, sólo cuando tomamos la
difícil decisión de perdonar podemos sanar y ser libres.
imagen: Kelly Young/Fotolia
imagen: Kelly Young/Fotolia
“El perdón es una decisión no un sentimiento,
porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor.
Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.”
Madre Teresa de Calcuta - de nombre secular Agnes Gonxha Bojaxhiu, monja católica albanesa fundadora de la Congregación Misioneras de la Caridad, Nobel de la Paz en 1979, canonizada en 1916.
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