"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

lunes, 28 de noviembre de 2016

Un juego sorprendente - '... del amor y la locura'... descubriendo virtudes, defectos y sentimientos

"El hombre ama no porque le sea ventajoso amar a éste o a aquellos, sino porque el amor es la esencia de su alma, porque no puede no amar."
León Tolstói - novelista ruso (1828-1910)

Quiero compartir un relato, -que circula desde hace tiempo en las redes-, de autor anónimo, pero insistentemente atribuído al escritor uruguayo Mario Benedetti, que resulta ser un interesante paseo por las virtudes, defectos y sentimientos del ser humano, en el que tal vez podremos encontrarnos identificados.

'Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso, vamos a jugar a las escondidas!. La Intriga levantó la ceja intrigada, y la Curiosidad sin poder contenerse le preguntó: ¿a las escondidas? y ... ¿cómo es eso? ...

Es un juego, explicó la Locura, yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo, bailó entusiasmado, secundado por la Euforia. La Alegría dió tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada. Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse, ... ¿para qué?, ... si al final siempre la hallaban. Y la Soberbio opinó que era un juego muy tonto, (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella), ... y la Cobardía prefirió no arriesgarse.

'Uno, dos, tres, ...', comenzó a contar la Locura. La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre tan perezosa, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, quien con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, ... que si un lago cristalino, para la Belleza, que si una hendida en un árbol, perfecta para la Timidez, que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad, que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad. Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol. El Egoísmo en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, aireado, cómodo, ... pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos, ... (mentira se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo se escondieron en el centro de los volcanes. El Olvido, ... se me olvidó donde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.

La locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve, y el Amor no había encontrado todavía sitio para esconderse entre las flores. 'Un millón' contó la Locura, y comenzó a buscar. La primera en encontrar fue a la Pereza, ... a solo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y al Deseo los sintió vibrar entre los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, el sólo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza y con la Duda resultó ser más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún donde esconderse. Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, ... a la Angustia en una oscura cueva ...
A la Mentira detrás del arco iris, (mentira, ... en el fondo del mar). Hasta al Olvido, quien ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.

Pero el Amor no aparecía por ningún sitio. La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó: 'El Amor siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas.' Tomó una horquilla y comenzó a sacudir las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía que hacer para disculparse, lloró, ... rogó, ... pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez en la tierra se jugó a las escondidas, el Amor es ciego, ... y la Locura siempre lo acompaña.' 
... ...

Un juego sorprendente que deseo hayan disfrutado, los comentarios corren por cuenta de quienes lo lean, las reflexiones tambien.

"Sólo los cuerdos aman con locura.” 
José Narosky - escribano y escritor argentino contemporáneo
  

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