"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

viernes, 18 de noviembre de 2016

Obediencia ciega - ... sinónimo de virtud?

“El pecado no nació el día en que Eva cogió una manzana, aquel día nació una espléndida virtud llamada desobediencia.”
Oriana Fallaci – escritora, periodista y activista italiana (1929-2006)

Si bien a primer golpe de vista la desobediencia como opuesta a la virtud de la obediencia podría considerarse una característica negativa en la conducta de los seres humanos, no siempre ha de verse de esa manera, ya que dependiendo de las circunstancias en que se presente tal vez sea la mejor alternativa a tener en cuenta y una posibilidad de transformar la realidad.

Nada existe que sea totalmente bueno o totalmente malo, la vida presenta circunstancias donde no sólo existen el blanco y el negro, hay matices que variarán de acuerdo a la perspectiva desde la cual miremos los acontecimientos y por lo tanto obediencia y desobediencia no son ni buenas ni malas en si mismas.




Sabemos que durante la infancia el niño debe aprender y ceñirse a reglas que son las pautas para aprender de límites que le permitan vivir en sociedad, sin embargo cuando somos adultos es innegable que muchas veces nos vemos enfrentados a mandatos que contravienen nuestros principios y que como seres pensantes rechazamos.

No pretendemos adentrarnos en un tema filosófico, es claro que quien obedece se siente responsable por lealtad, disciplina o deber frente a quien detenta la autoridad, muchas veces actuando sin sentirse responsable de sus actos, pero en la vida cotidiana más de una vez vamos a sentirnos agredidos por órdenes que decidimos no respetar, incurriendo en una desobediencia consciente al entender que esa obediencia está reñida con nuestra moral y conciencia.

La desobediencia es un rasgo de rebeldía contra aquello que encontramos injusto o arbitrario ya que obedecer a ciegas no debe ser sinónimo de renunciar a nuestra personalidad, pensamientos, iniciativas, libre albedrío y una forma de asumir protagonismo responsable en beneficio de lo que consideramos mejor.

imagen: Omar Delaware

“Siempre una obediencia ciega supone una ignorancia extrema.”
Jean-Paul Marat – científico y médico francés (1743-1793)

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