"Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula."
San Agustín - Obispo y filósofo (354-430) .
Dice la religión que todos los Mandamientos
se resumen en dos: “Amar a Dios sobre todas las cosas y Amar al prójimo como a
uno mismo”. Todavía hubiera sido posible reducir la expresión un poco más
dejando sólo uno, por entenderse, que quien ama al prójimo, ama a Dios; aunque
no se deje ver mucho por la Iglesia.
Está con Dios la persona que al acostarse duerme tranquila
sabiendo que no ha hecho mal a nadie. O
aquella que dedica su vida a cuidar enfermos a los que, de corazón, trata de
llevarles consuelo o esperanza, pero poco puede querer a Dios aquel que es
indiferente a los miles de niños que desnudos y esqueléticos son víctimas de un
mundo hipócrita que les condena a muerte por hambre en muchos lugares del mindo.
Estos contrasentidos nos hacen dudar de la existencia de
Dios, sin embargo siempre hay –generalmente- entre los más desposeídos quienes
nos enseñan a encontrar las señales de que Dios existe.
Señales de Dios
Se cuenta que un viejo árabe, analfabeto, oraba con tanto fervor y con tanto cariño cada noche que cierta vez el poderoso jefe de una gran caravana lo llamó a su presencia y le preguntó:
- ¿Por qué oras con
tanta fe? ¿Cómo sabes que Dios existe cuando ni siquiera sabes leer?
El viejo respondió:- Gran señor, conozco la existencia de Dios por las señales que nos muestra.
El jefe indagó con algo de sorpresa:
- ¿Cómo así?
- Cuando usted recibe una carta de alguna
persona ausente ¿cómo sabe quién la
escribió
El jefe respondió:
- Por la letra.
- Cuando usted recibe una joya, ¿cómo
obtiene información acerca de la persona que la elaboró?
El jefe volvió a responder:
- Por la firma del orfebre.
El viejo sonrió y agregó:
- Cuando oye pasos de animales alrededor de la tienda ¿cómo sabe, después, si fue un carnero, un caballo o un buey
Sorprendido, el jefe respondió:
- Por las huellas.
Entonces, el viejo
creyente lo invitó a salir de la barraca y, mostrándole el cielo, donde la Luna
brillaba rodeada por multitudes de estrellas, exclamó respetuosamente:
- Señor, aquellas
señales, allá arriba, ¡No pueden ser de los hombres!En ese momento, el orgulloso jefe de la caravana también comenzó a orar.
Autor Desconocido
… …Tenemos la facultad de razonar, de pensar, de cuestionarnos, y de llegar a conclusiones correctas mediante el uso de la lógica. ¿Podemos probar la existencia de algo que no vemos?, si, y se ha hecho muchas veces con las leyes físicas, (átomos, partículas alfa, ondas de radio, etc.) llegando a lo que no podemos ver por los efectos que produce.
La
fe es una virtud, tengamos el corazón abierto, hay que aprender a observar …
"Aquel que tiene fe no está nunca solo."
Thomas Carlyle - Historiador, pensador y ensayista inglés (1795-1881)
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