Friedrich Nietzsche - Filosofo alemán (1844-1900)
Muchas veces nos
acostumbramos a hacer lo estrictamente necesario, y creemos que con eso es suficiente,
hasta sentimos estar haciendo un favor y
esperamos a cambio una gran retribución o un importante reconocimiento, sin ser
conscientes de lo egoísta de nuestra posición.
Cuantas situaciones así conocemos en la vida diaria?. Igual actitud tomamos
cuando nos vemos abordados por personas que en situación de pobreza nos piden
algo en una calle cualquiera, nos molesta y evitamos o negamos la colaboración.
Fábulas, metáforas, relatos breves, han sido utilizados desde la antigüedad
para facilitar los procesos de comprensión y reflexión frente a las necesidades
de enseñanza-aprendizaje, como forma de ejemplificar de manera sencilla, y eso
nos muestra el relato que les dejo.
El rey le miró y le dijo:" ¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?” .el mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo: "Pero su majestad...yo no tengo nada!". El ¡rey respondió: "Algo debes de tener... busca!".
Entre su asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz". Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dió al rey.
Complacido el rey dijo: "Ves como sí tenías!" Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo dijo entonces: "Su majestad...creo que acá tengo otras cosas", pero el rey no hizo caso y dijo: "Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar".
… …
Es cierto que hay quienes como el mendigo abusan de su situación y de la
espontaneidad de aquellos a los que les piden algo. Sin embargo como
contrapartida a esto también es cierto que todos tenemos algo que puede ser
dado sin duda, y no precisamente un limosna, una palabra amable, una actitud de
apoyo, lo importante no es lo que se brinda sino la generosidad y el desprendimiento
con el que se hace.
Un relato sencillo que nos impulsa a la reflexión y a comprometernos cada
uno desde la posición en que estemos, sabiendo que de cada uno y de la forma de
relacionarnos con el entorno, de lo abiertos que seamos o de lo egoístas que
nos mostremos, depende que tengamos un mundo mejor, más amable y menos
deshumanizado en el que vivir.
Todos aún el que menos tiene siempre puede mostrarse solidario, saliendo
de su zona de comodidad en la que cree que los demás están obligados a
corresponderle y agradecer, y siempre estamos a tiempo de hacer lo mejor que sabemos y podemos, extendiendo una mano al
que lo necesite, porque quien nos necesite puede ser un vecino, un compañero de trabajo, un amigo ... no precisamente 'un limosnero', menos aún 'el limosnero del rey'.
imagen: Gabriela Iñiguez Snyder
“El único egoísmo aceptable es el de
procurar que todos estén bien para estar uno mejor.”
Jacinto
Benavente - Dramaturgo español (1866-1954)
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