Anatole France - escritor francés, Nobel de Literatura 1921 (1844-1924)
Bocas para hablar, rezar,
besar, sonreír, o demostrar enojo. Los labios, sin duda una de las partes más atractivas de
nuestro rostro, protagonistas de nuestra historia, seducen,
sugieren, son una de las características más importantes para determinar el nivel
de atractivo de un rostro, símbolo indudable de pasión y deseo, pueden dar
muchas más señales de lo que la gente se da cuenta.
El escritor uruguayo
Mario Benedetti escribió un brevísimo poema que aparece en su libro ‘Insomnios
y duermevelas’, y que poéticamente
hace referencia a la boca y la sugestión que de ella se desprende.
¿Dónde empieza la boca?
¿En el beso?
¿En el insulto¿En el mordisco?
¿En el grito?
¿En el bostezo?
¿En la sonrisa?
¿En el silbo?
¿En la amenaza?
¿En el gemido?
Que te quede bien claro
Donde acaba tu boca
Ahí empieza la mía.
… …
La boca esa nuestra
primaria herramienta para acceder a lo que no mantiene vivos de por vida, que
puede expresar ternuras, que también nos acerca placeres, fascina, insinúa y sabe
poner límites, todo en unos pocos versos salidos de la pluma del poeta.
“Un hombre sin pasiones está tan cerca
de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.”
Séneca - Filósofo latino (2 -65 aC)
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