"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

lunes, 25 de enero de 2016

Buen gusto, mal gusto - evaluando lo bello de lo que no lo es ?

“El buen gusto es arte, está en el justo medio, como la virtud: entre la necedad del vulgo y la de los elegidos.”
Jean Edmond Cyrus Rostand - escritor, biólogo, filósofo y académico francés (1894-1977)


El gusto es uno de los cinco sentidos de los seres vivos, mediante el cual se perciben y se reconocen los diferentes sabores de las cosas, pero también y en un sentido simbólico es lo que nos permite evaluar o cuando menos hacer el intento de  describir, comprender y explicar lo bello de lo que no lo es, difícil de explicar ya que la facultad de evaluarlo involucra múltiples facetas, desde lo cultural, estético, y no está relacionado al entendimiento sino a las emociones y sensaciones que percibimos.


Cuántas veces refiriéndonos a la forma de vestir, de actuar, o del lugar donde vive alguien que conocemos catalogamos su buen o mal gusto, igualmente cuando hablamos de un espectáculo teatral o refiriéndonos al aspecto de una ciudad cualquiera, hasta alguna forma de conducirse de las personas, y debemos recordar que los parámetros con los que medimos han ido cambiando a través de diferentes épocas, acompasando hábitos culturales y sociales en el tiempo.

A través de ese ‘gusto’ juzgamos conocimientos, costumbres, objetos, arquitectura, artes y naturaleza, claro que además hay que considerar que en la actualidad la mezcla de culturas, etnias, grandes y continuas corrientes migratorias, influencias heredadas de nuestros antepasados, unidos a la modernidad y lo personal que cada uno le agregue, hace muy complejo catalogar el buen o mal gusto de alguien con respecto a algo.

No es difícil encontrar mezclas inimaginables de adornos en cualquier casa, donde veremos juntos una porcelana francesa, pequeñas figuras en marfil de estilo chino o japonés, algún cenicero de cristal italiano, junto a vasos de vidrio común, lámparas modernas y cada detalle estará asociado a un recuerdo o una circunstancia importante para nuestra vida, por lo que el buen gusto tal vez deba ser medido en función de la gratificación que nos produzca contemplarlo y sentirlo nuestro.

Un tema interesante, en que es común asociar el buen gusto a cierto status social alto, distinguido y al mal gusto con lo vulgar –ambos extremos relacionados a la capacidad económica-, por demás complejo, en el que no es nuestra intención profundizar, sólo señalarlo como una manifestación espontánea, cambiante, reflejo de la educación y el ambiente en que crecemos, de la sociedad en que vivimos al que la impronta personal da el toque final.

imagen: Boyan Bolyarski

“El buen gusto como norma equivale a una amonestación para que neguemos nuestro sincero gusto y lo sustituyamos por otro que no es el nuestro, pero es ‘bueno’.”
José Ortega y Gasset - filósofo y ensayista español (1883-1955)

 

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