Erwin Rudolf Josef Alexander Schrödinger - físico austriaco (1887-1961)
Los compromisos, las responsabilidades,
la rutina, la falta de oportunidades agobian y se encargan de hacernos caer en
el abatimiento y la desesperanza con el convencimiento de que los esfuerzos para
salir adelante son absurdos e inútiles, sintiendo que soportamos el castigo de
Sísifo, el mitológico personaje, obligados a cargar la vida como una piedra
pesada, cuesta arriba, en forma indefinida y por el resto de los tiempos.
Cuando estamos frente a esas
situaciones a las que no vemos salida, es muy importante la actitud con la que
nos plantamos, encarando las dificultades. Distraer la mente, concentrarse en
el presente en forma positiva, con entusiasmo y optimismo, hará que nuestro
estado de ánimo varíe, salgamos del pesimismo y veamos con otros ojos y nuevas
energías la vida.
Entusiasmo
según el diccionario de la Real Academia Española, proviene de la palabra latina ‘enthousiasmus’ y ésta del griego 'ἐνθουσιασμός', significa inspiración divina,
fervor interior, y la fábula de los constructores y el entusiasmo es el mejor ejemplo a seguir para alcanzar esa
inspiración.
En
plena Edad Media un peregrino vio en París a tres obreros trabajando con
grandes bloques de piedra.
-¿Qué están haciendo?, les preguntó.
-Cortando piedra, dijo uno de ellos con indiferencia.
-Ganándome unos francos, repuso secamente el segundo.
El tercero suspendió su labor por un momento y con una gran sonrisa y marcado entusiasmo respondió:
-Estoy construyendo una hermosa y espectacular catedral que va a ser la más importante de toda la región
… …-¿Qué están haciendo?, les preguntó.
-Cortando piedra, dijo uno de ellos con indiferencia.
-Ganándome unos francos, repuso secamente el segundo.
El tercero suspendió su labor por un momento y con una gran sonrisa y marcado entusiasmo respondió:
-Estoy construyendo una hermosa y espectacular catedral que va a ser la más importante de toda la región
Las
obligaciones conspiran para que todo nos cueste más, mientras que si tratamos
de mantenernos alegres, confiados y entusiasmados –aunque nos cueste o nos
parezca inexplicable-, notaremos que aumenta la energía y encontramos la
motivación para seguir adelante haciendo cosas que antes nos parecían intrascendentes,
innovando, encontrando nuevos caminos.
Hagamos el
esfuerzo sin sentirnos víctimas, venciendo temores, hagámonos cargo de que la
responsabilidad de nuestro destino es nuestra y entusiasmarnos con lo que
hacemos es un estímulo que nos hace olvidar tristezas, preocupaciones, ser más
creativos, tener la mente abierta a ideas nuevas para superar obstáculos. El
entusiasmo nos impulsa, modifica nuestros pensamientos y si sabemos
aprovecharlo lograremos enamorarnos de lo que hacemos dándole un nuevo sentido
a la vida.
Comencemos
cada día vistiendo una sonrisa, con el convencimiento de que la vida nos
sorprenderá y repitiéndonos que "Hoy
va a hacer el mejor día de nuestra vida".
“El
entusiasmo es la sal del alma. “
San Agustín de Hipona – santo, padre y doctor de la Iglesia católica (354-430)
San Agustín de Hipona – santo, padre y doctor de la Iglesia católica (354-430)
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