"El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros."
Edmund Burke - escritor y político británico (1729-1797)
Del libro "De la ignorancia a la sabiduría: El camino de Shimriti", del psicoterapeuta argentino Jorge Bucay es el cuento "La cárcel imaginaria". Un particular libro en el que el autor reconoció haber utilizado partes del libro de la doctora en filosofía Mónica Cavallé Cruz, sin su consentimiento y que luego de las disculpas públicas fue retirado de la venta.
La libertad es un deseo ineludible de todo ser humano que no está incorporado sino que se debe conquistar y así lo plantea el autor mediante el uso de cuentos como poderosa herramiento de motivación, esclarecimiento de ideas y sugerencia de conductas a seguir.
"La cárcel imaginaria" que comparto aquí, nos lleva a plantearnos que nacemos y somos ignorantes prisioneros de nosotros mismos y de la sociedad.
La cárcel imaginaria
"Mucha gente cree que es característico del sabio escapar de la sociedad, huir a la montaña, refugiarse en la cueva. El verdadero sabio nunca escapa de la sociedad, más bien se aleja, en un intento siempre doloroso, de renunciar a su identidad.
Durante miles de años hombres y mujeres hemos vivido presos, y a nuestras prisiones le hemos puesto bellos nombres: las llamamos templos, religiones, partidos políticos, ideologías, cultura, civilización, escuelas de psicoterapia, empresa exitosa, fama, poder, honores.
Por hermoso que sea el nombre de la prisión y por bien que se viva en tu cárcel, tú sabes que estás preso, porque quienquiera que viva conforme a una idea que lo condiciona es su prisionero.
Durante miles de años hombres y mujeres hemos vivido presos, y a nuestras prisiones le hemos puesto bellos nombres: las llamamos templos, religiones, partidos políticos, ideologías, cultura, civilización, escuelas de psicoterapia, empresa exitosa, fama, poder, honores.
Por hermoso que sea el nombre de la prisión y por bien que se viva en tu cárcel, tú sabes que estás preso, porque quienquiera que viva conforme a una idea que lo condiciona es su prisionero.
Aunque tu celda sea de primera clase, aunque el patio sea tan grande que tus ojos no lleguen a ver los muros, aunque la atención en la prisión sea de cinco estrellas, aunque te prometan permisos de salida cada vez más frecuentes, aunque las cadenas sean transparentes y no pesen demasiado comparándolas con las de otros, aunque sea una prisión que aparentemente tú elegiste, aunque compartas la celda con aquellos a los que más quieres …
Aunque tú no quieras saberlo… Estás preso.
Nunca entraste en la prisión. Naciste allí y te ordenaron quedarte cuando todavía no eras consciente (y posiblemente aún no lo seas del todo).
Te condicionaron para que estudiaras, trabajaras, te enamoraras y casaras dentro de la cárcel.
Te entrenaron y te hipnotizaron para que no pudieras ver los barrotes.
Te condicionaron para que creyeras que solamente allí estarías protegido.
Te dijeron que después de todo era lo mejor a lo que podías aspirar.
El día que te enteres de dónde estás, e intentes decirlo en voz alta, los otros, tus compañeros de prisión, te dirán que es mentira. Y te dirán que la verdadera cárcel está fuera de esos muros. Y llorarán al cielo echando maldiciones para todos los que han intentado mostrarte otra verdad.
Y te dirán que la libertad no existe y que fuera está el infierno.
Te mostrarán que allí dentro puedes realmente tener todo lo que desees (menos libertad, claro). Tratarán de seducirte con premios y aplausos para que quieras quedarte.
Te ofrecerán dinero, sexo y lujos, condiciones “especiales” porque (te dirán) tú eres especial.
Y para impedir que te vayas, te amenazarán con castigo y tortura si no aceptas su oferta.
Y, si de todas maneras te vas, quiero que sepas que… saldrán a buscarte.
Porque tú eres una amenaza.
Vendrán por ti para llevarte de regreso o para mostrar tu cadáver a todos y demostrar con eso que la vida fuera es imposible.
Pero no desesperes, no te asustes … Una vez libre, si tú no quieres, nadie puede encerrarte."
... ...
Generalmente no nos damos cuenta y creamos nuestra propia cárcel, nos atrapan los miedos, los prejuicios, y lo impuesto por la sociedad. quien se atreve a darse cuenta que los barrotes no existen está en el camino de encontrar su libertad.
Aunque tú no quieras saberlo… Estás preso.
Nunca entraste en la prisión. Naciste allí y te ordenaron quedarte cuando todavía no eras consciente (y posiblemente aún no lo seas del todo).
Te condicionaron para que estudiaras, trabajaras, te enamoraras y casaras dentro de la cárcel.
Te entrenaron y te hipnotizaron para que no pudieras ver los barrotes.
Te condicionaron para que creyeras que solamente allí estarías protegido.
Te dijeron que después de todo era lo mejor a lo que podías aspirar.
El día que te enteres de dónde estás, e intentes decirlo en voz alta, los otros, tus compañeros de prisión, te dirán que es mentira. Y te dirán que la verdadera cárcel está fuera de esos muros. Y llorarán al cielo echando maldiciones para todos los que han intentado mostrarte otra verdad.
Y te dirán que la libertad no existe y que fuera está el infierno.
Te mostrarán que allí dentro puedes realmente tener todo lo que desees (menos libertad, claro). Tratarán de seducirte con premios y aplausos para que quieras quedarte.
Te ofrecerán dinero, sexo y lujos, condiciones “especiales” porque (te dirán) tú eres especial.
Y para impedir que te vayas, te amenazarán con castigo y tortura si no aceptas su oferta.
Y, si de todas maneras te vas, quiero que sepas que… saldrán a buscarte.
Porque tú eres una amenaza.
Vendrán por ti para llevarte de regreso o para mostrar tu cadáver a todos y demostrar con eso que la vida fuera es imposible.
Pero no desesperes, no te asustes … Una vez libre, si tú no quieres, nadie puede encerrarte."
... ...
Generalmente no nos damos cuenta y creamos nuestra propia cárcel, nos atrapan los miedos, los prejuicios, y lo impuesto por la sociedad. quien se atreve a darse cuenta que los barrotes no existen está en el camino de encontrar su libertad.
Tratemos de lograrlo.
Imagen: Mariana Palova; artista
"Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo"
Franz Grillparzer - Dramaturgo austriaco (1791-1872)
Franz Grillparzer - Dramaturgo austriaco (1791-1872)
Impresionante! Muy cierto, nos atamos a algo que es pasajero, el trabajo, las amistades, el dinero, el lujo, etc... no quiere decir que uno renuncie a la vida y a todo lo que ella trae, pero una cosa es vivir en el mundo y otra a es ser esclavo de él... Si nos apegamos a algo que es pasajero y efímero, vivimos en un sueño.. hemos de buscar lo real, y eso sólo se encuentra dentro de uno mismo. Una vez que se va hallando dentro la verdad, también se puede encontrar fuera.
ResponderBorrarGacias Jesús Lozano por tu tiempo, tu visita y tus comentarios. Estaré encantada de recibirte cada vez que quieras volver a pasar por aquí.
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