“Consumo,
sociedad de: Prodigioso envase lleno de nada. Invención de alto valor
científico, que permite suprimir las necesidades reales, mediante la
oportuna imposición de necesidades artificiales.”
Eduardo Galeano - escritor uruguayo contemporáneo
Eduardo Galeano - escritor uruguayo contemporáneo
Fragmento “Diccionario del Nuevo Orden Mundial”
El mundo actual nos ha convertido en consumidores excesivos, casi compulsivos, ... de que?, ... de cualquier cosa, de todo lo que vemos, de lo que otros tienen, de lo que es moda, de lo que se anuncia, sin cuestionarnos demasiado, hasta sin darnos cuenta.
Muchas veces de cosas que no necesitamos realmente y que luego de tenerlas desechamos por inútiles. Se actúa antojadizamente, muchas veces por impulso, y cuanto más lo hacemos nuevos deseos aparecen, en una carrera sin fin, en la que queremos todo sin un porqué que justifique ese deseo.
Muchas veces de cosas que no necesitamos realmente y que luego de tenerlas desechamos por inútiles. Se actúa antojadizamente, muchas veces por impulso, y cuanto más lo hacemos nuevos deseos aparecen, en una carrera sin fin, en la que queremos todo sin un porqué que justifique ese deseo.
Tal parecería que el cumplir con esos deseos nos da la sensación de sentirnos dueños de nuestra vida y por ende libres, en una interpretación totalmente antojadiza de la libertad que no nos conduce precisamente a ella y si a un estado de permanente insatisfacción entrando en un círculo vicioso que lleva una vez conseguido el objeto de deseo a rápidamente dejar de disfrutarlo para enfocar el deseo en un nuevo objetivo.
A veces llegamos a esa situación buscando la aprobación social, dejando de ser uno mismo para lograr ser aceptados y reconocidos por los demás, pero ese error tiene un alto costo personal: la pérdida de la autenticidad y de la alegría genuina, que por cierto no va de la mano de esos efímeros momento de una satisfacción irreal.
De vez en cuando conviene volver a hacerse la pregunta. ¿Dónde ponemos las expectativas, los anhelos, las ilusiones? ¿Que cosas realmente necesitamos para ser felices?
Dejemos que el corazón indique el rumbo y la cabeza encuentre los mejores medios para concretarlo ...
Imagen: Ryan Jame Caruthers
"A su debido tiempo le enseñaré a vencer. Usted quiere volar, pero no se puede empezar a volar. Primero debo enseñarle a andar, y lo primero que hay que hacer para aprender a andar es comprender que quien no se obedece a sí mismo es gobernado por otros. Es más, es mucho más fácil, obedecer a otro que gobernarse a si mismo.”
Irvin D. Yalom - catedrático de Psiquiatría; Universidad de Stanford y psicoterapeuta, contemporáneo
Irvin D. Yalom - catedrático de Psiquiatría; Universidad de Stanford y psicoterapeuta, contemporáneo
Fragmento del libro "El día que Nietzsche lloró"
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