"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

miércoles, 22 de octubre de 2014

Vanidad - el vacío de un mundo irreal

"Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir."
Honoré de Balzac - novelista francés (1799-1850)
 
Vanidad, del latín vanĭtas, es la cualidad de vano (vacío, hueco o falto de realidad, sustancia o solidez). Este adjetivo está vinculado a lo insustancial, la arrogancia, la presunción y el envanecimiento.

El hombre viviendo en sociedad es esclavo de la imagen y en pos de ella y de causar la mejor impresión en los demás emprende una carrera en la que las apariencias son fundamentales para ser reconocido y alcanzar fama.

Juega allí su papel el ego, la autoestima y las características personales, pero tengamos presente que la vanidad esta presente en nuestras vidas, es parte del ser humano y de su coquetería en el deseo de dar una buena imagen.

Esto ocurre en todos los ámbitos, pero es muy frecuente verlo de manera exacerbada en el mundo de la moda, donde el afán de mantener una imagen que permita sobresalir, lleva a extremos, aunque para ello se deba resultar extravagante, hacer esfuerzos para mantener una determinada figura, vestir de manera llamativa, etc.

En ese mundo irreal de etiquetas, y formas sociales, es más importante aparecer que ser, buscando admiración, aplauso, halago, proyectando esa imagen a los demás. de tal forma que de verse amenazada genera gran angustia, porque muerta la imagen la persona sentirán que tambien ha muerto.

Vanidad es el orgullo basado en cosas vanas, riquezas, fama, poder mundano y el vanidoso/a buscará crear un personaje del que quedará atrapado y al que luego deberá alimentar actuando todo el tiempo. Ese engaño es la manifestación más profunda de la persona vanidosa, que no tiene nada de lo que está ofreciendo, pero que sin embargo no quiere reconocerlo.

Respetarnos y querernos a nosotros mismos debe evitar llevarnos al orgullo, la arrogancia, la soberbia y la vanidad, tratando de cubrirnos de brillos inexistentes en una suerte de engaño del que luego no podremos salir llegando a no saber cual es la verdadera esencia de nuestro ser. 

"La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados."
Ernesto Sábato - escritor, ensayista, físico y pintor argentino (1911-2011)
 

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