Fernand Point - restaurador y cocinero francés (1897-1955)
Mucho se habla sobre la cocina y el acto de cocinar, un acto creativo en si mismo y una demostración de amor cuando se realiza para la familia o amigos.
Comemos para vivir y hacer que los alimentos sean los adecuados para una buena y sana nutrición, planifiar lo que se va a preparar y luego hacerlo, lleva una buena parte de nuestro tiempo.
Hay personas a las que no les gusta cocinar, lo sienten como una carga o un trabajo impuesto y otras que recargadas por el apuro de la vida actual, el trabajo, los hijos y la atención de la casa no pueden dedicar el tiempo necesario y lo que debiera ser motivo para difrutar de aromas y sabores se termina convirtiendo en un trabajo que nos pesa realizar.
La cocina participa de las costumbres, la cultura y la historia de los pueblos, dándoles carcterísticas particulares que se trasmiten en sus tradiciones de una generación a otra, evolucionando con ellos a través del tiempo, y preparar comida aún cuando sea para uno mismo y sin duda -aún más- cuando lo hacemos para otros es un estimulo en el que ponemos todos los sentidos.
A través de ella podemos trasmitir alegría y placer, en ella volcamos nuestros deseos de acercarnos, agradar al otro, alimentamos a nuestros hijos, demostramos afecto, dedicamos tiempo mediante cosas sencillas y cotidianas generando espacios para disfrutar y compartir.
En definitiva una actividad creativa, una manera de sumergirnos en vapores con historias de madres y abuelas, una oportunidad de elegir, mezclar y compartir, casi un ritual, una forma de comunicarnos, un hecho cultural que nos da identidad como pueblos y un acto de amor.
Anthony Burgess - Escritor y político inglés (1917- 1993)
Es cierto la cocina da identidad a lo pueblos y trasmite amor en las familias. Saludos Irene
ResponderBorrarGracias Irene por venir periódicamente por nuestra casa. Un saludo y hasta la próxima visita.
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