"El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor."
Facundo Cabral - cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino (1937-2011)
Nacido en Buenos Aires en 1948, hijo de una familia de inmigrantes eslovenos
Pedro Pablo Opeka, hizo sus estudios de primaria y bachillerato ingresando
luego al Seminario de la congregación de San Vicente de Paul. Estudió filosofía
y teología en Europa permaneciendo durante 2 años como misionero en Madagascar, Äfrica, para luego volver a la Argentina donde fue ordenado sacerdote en 1975,
regresando un año después a Madagascar hasta 1989 atendiendo una parroquia
en la zona selvática al sur de la isla, momento a partir del cual fue
trasladado a la capital para hacerse cargo del Seminario de su orden.
Estas primeras líneas son sólo a
modo de presentación, para conocer quien es el Padre Opeka, a quien -entre otros términos-, se le ha llamado 'el Santo de Madagascar', 'el Apóstol de la basura', o 'el albañil de Dios' y cual es la obra
que ha partir de 1990 decidió llevar adelante, impulsado por la extrema pobreza
que veía en la población que allí vivía, donde la gente hacía sus casas de
cartón en basurales y los niños comían los desperdicios de los cerdos.
En enero de 1990 fundó la Asociación
Humanitaria de Akamasoa, con un grupo de colaboradores, con el propósito de
ayudar a los necesitados, y es sugestivo el nombre adoptado ‘Akamasoa’ que en
lengua malgache significa ‘los buenos amigos’, un enorme proyecto por el que se
construyeron varios pequeños poblados, que hoy forman la ciudad llamada Akamasoa, casas,
escuelas, dispensarios, un hospital, reuniendo una población estable cercana a
las 20.000 personas, donde se les enseña a leer, escribir, oficios, artesanías, además en éstos años más de 300.000 personas han recibido
allí ayuda temporaria.
Todos tenemos en la vida momentos en los que por mucho que trabajemos, las cosas no acaban de salir como esperamos y nos sentimos frustrados, abandonamos con demasiada celeridad, nos damos por vencidos con facilidad, tal vez el compromiso del padre Opeka y la obra que con el transcurrir de los años ha logrado
sacar adelante, con mucho esfuerzo, colaboraciones del extranjero y el trabajo
de muchos incluyendo quienes se encontraban en esa situación de vulnerabilidad, -porque hacerles participar es una manera de devolverles su dignidad y no sólo
asistirles en sus carencias-, es un ejemplo a reconocer y que por suerte existe
en otros lugares de éste planeta, donde otras personas de buena voluntad llevan
adelante obras impensadas e imprescindibles.
Propuesto para el Premio Nobel de la Paz en varias oportunidades, ha recibido otros reconocimientos en distintos países del mundo, a su labor perseverante y fecunda, esa que inició hace muchos años atrás cuando decidió poner sobre sus hombros una obra que le llevó de América a Äfrica, y en épocas de mezquindad, egoísmos, indiferencia, e intereses creados, encontrar personas que viven y se desviven por servir a sus semejantes, dándoles una esperanza para 'vivir', nos reconcilia con la vida, haciéndonos pensar que no todo está perdido.
"Quizás sea el momento de sacarle un sol a ésta tormenta, de reirse sin parar, de volar sin tropezar. Quizás sea momento de encontrarnos, de abrirnos los ojos y largarnos a soñar ."
Eduardo Galeano - periodista y escritor uruguayo (1940-2015)
Me emocionó mucho saber de este sacerdote y la tremenda obra que hizo y el día que el no esté siga la Organización.
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