“En la
utopia de ayer se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana
palpitarán nuevas realidades .”
José
Ingenieros – médico psiquiatra, psicólogo, criminólogo, sociólogo, filósofo, farmacéutico,
escritor y docente italo-argentino (1877-1925)
Que la vida es aprendizaje continuo y permanente desde que nacemos hasta que
morimos, no es necesario de explicar, pero si que durante ese caminar nos vemos
frente a situaciones diferentes, muchas veces ingratas que nos hacen ver de
cerca la deslealtad, la manipulación, el abuso, de las que nos cuesta tomar
conciencia porque la urgencia con que vivimos nos impide ver realmente lo que
nos rodea, y sólo cuando llegamos a un punto crítico, nos detenemos y nos damos
cuenta de nuestra propia fragilidad y la rapidez con que pasa el tiempo y con él
nuestra vida.
Quitarnos la coraza con la que nos protegemos y vernos a nosotros mismos,
dándonos tiempo para la intimidad y la reflexión es el mejor punto de partida
para intentar cambios que nos permitan modificar paradigmas y estructuras que
nos obligan a hacer aunque nos cueste o nos disguste, porque siempre lo hicimos
de esa forma como principal argumento, dando paso a liberarnos de ataduras,
para vivir la libertad en su mejor expresión, esa misma libertad que sin damos
cuenta cohartamos nosotros mismos, buscando atenuantes en el decirnos que ‘hacemos’
por los compromisos que tenemos y/o los afectos.
Es claro que los compromisos obligan y hay que honrarlos, y por aquellos a quienes amamos estamos dispuestos a sacrificar
muchas cosas, pero a cierta altura de la vida cuando los roles de hijas,
esposas, madres, o profesionales fueron cumplidos, hay que decidir que queremos para el futuro que nos
toque, y que ese tiempo sea lo que realmente queramos que sea, lo que no
significa aislarnos de los afectos y la realidad, sino incluir en ella lo que
nos de placer, espacios para viajar, leer, tocar un instrumento, salir a
caminar, dormir cuando queramos o compartir actividades que nos gratifiquen,
permitiéndonos sin postergarnos.
En el transcurrir de la vida aunque no nos califiquen, siempre rendimos
pruebas, nos alegramos cuando las superamos, nos esforzamos por mejorar cuando
no es así, y ahora es momento de desnudarnos ante nosotros mismos, de ser
sinceros y sin complejos, prejuicios, dudas ni temores, apostar a que el
futuro, -si de nosotros depende- sea el mejor.
Quien -cuando cumplen años quienes los rodean-, no compara, recuerda, reflexiona
y se ve en esa retrospectiva de sus años pasados, pensando en como serán los que restan llegar,
en como naturalizamos lo que
no debería ser, y ese 'como' es sobre el que la decisión que debemos tomar es ineludible,
si no queremos ver que la vida siga sin nosotros, y cuando reaccionemos sea tarde,
hoy la vida invita y aún estamos a tiempo.
imagen: 'La bella Lola' escultura/ Carmen Fraile
“Nunca
eres lo que fuiste en el último momento. Estás continuamente creándote y
recreándote a ti mismo desde el campo de las posibilidades infinitas. Naces de
nuevo en cada momento. Igual que todos los demás.”
Neale Donald
Walsh – novelista estadounidense contemporáneo
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