“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena
voluntad para con los hombres.”
Lucas 2.14
Todo es cíclico, las fechas se
repiten e inexorablemente cada 365 días la vida se encarga de que volvamos a
plantearnos ¿Qué significa para cada uno de nosotros la Navidad?, ¿la promesa
de un renacer?, ¿una tradición que a través del tiempo ha ido distorsionando y diluyendo su
esencia?, ¿una alegría real o impuesta por la sociedad?, ¿un mandato de comer y
beber en exceso?, ¿cuál es nuestra expectativa y estado de ánimo?.
Empeñosamente la Navidad nos ilumina a través de los siglos, llega hasta nosotros a pesar de la injusta sociedad en que vivimos, que hace que no todos puedan festejar, lugares del mundo con conflictos bélicos,
lugares del mundo donde el hambre impera, y en cualquier parte del mismo mundo,
quienes viven en soledad, sufren enfermedades, o el desamparo los aisla, sin
olvidarnos de las situaciones particulares que cada quien vive, ausencias
recientes, carencias, preocupaciones, falta de libertad, injusticias, falta de
amor, o simplemente indiferencia.
Lo cierto es que el entorno se
impone y aunque algunos manifiesten que preferirían pasar por alto éstas
fechas, debemos rescatar e insistir en lo profundo del significado de ‘renacer’
que ella implica, que no es precisamente una felicidad asegurada sino la esperanza
de que la vida continúe dándonos nuevas oportunidades, y esa es una posibilidad
que a todos se nos ofrece, así como -aún pretendiendo sentirnos más infelices de lo que realmente somos-, nos demanda detenernos y pensar en la
generosidad y el acercamiento a la familia y los amigos.
En un mundo cada vez más alejado de
los orígenes cristianos de la celebración, rescatemos el poder reunirnos,
brindando, apostando por una vida mejor para todos, y para quienes conservamos
la fé en el milagro de Belén, más allá de arbolitos, guirnaldas, expresión de
buenos deseos, intercambio de regalos, o
discusiones sobre la real fecha en que según los historiadores ocurrió
realmente el nacimiento divino, ir hacia una Navidad en paz, desde el corazón, en
armonía, porque esa Navidad será lo que nosotros queramos hacer de ella, y para
ello sólo es necesario que hagamos un compromiso con nosotros mismos para
lograrlo.
Como alguna vez dijo el poeta peruano Manuel Scorza en un brevísimo fragmento de su poema 'Epístola de los poetas que vendrán', ' ... Mientras alguien
padezca, la rosa no podrá ser bella; mientras alguien mire el pan con
envidia, el trigo no podrá dormir; mientras llueva sobre el pecho de los
mendigos, mi corazón no sonreirá. ...', por eso, mientras la Navidad nos siga convocando, celebremos la esperanza. Feliz Navidad mundo!!, ... en paz, ... con agradecimiento por la vida que tenemos, con alegría en el alma y el corazón generosamente dispuesto hacia quien lo necesite.
imagen: Lorenzo Costa/ pintor italiano
“La
Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en el salón,
la llama genial de la caridad en el corazón.”
Washington
Irving – escritor estadounidense (1783-1859)
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