Aldous Huxley – Novelista, ensayista y poeta inglés (1894-1963).
El
miedo es esa emoción que nos previene de los peligros que nos pueden amenazar,
una de las emociones más primitivas, nuestra respuesta natural ante el riesgo. Es
cierto que produce una sensación desagradable intensa, difícil de manejar, pero
no debemos permitir que el miedo nos paralice, impidiéndonos vivir.
Les comparto
un texto de la escritora dominicana Martha Rivera-Garrido,
ganadora del Premio Internacional de
Novela Casa de Teatro en 1997,
que señala esos
miedos que no sólo tienen que ver con grandes peligros, sino con las
situaciones cotidianas que no nos atrevemos a transitar, pero que imaginamos
imposibles de superar.
Miedo al
espectáculo de las pozas resecas, al mástil que se dobla para no volverse a
levantar, a la música que sólo suena detrás de las ventanas sin que otros la
puedan escuchar. Miedo a los números enloquecidos en todas las fórmulas que
aprendimos, en las leyes de Newton y de Boyle Mariott, en el principio de
Arquímedes y en el integral disuelto en los relojes de arena. Miedo al café en
las mañanas y a las hojas resecas en la taza del té. Miedo a la nicromancia, a
la envergadura, al espasmo, a las alas atrofiadas o no. Miedo a que todo dentro
de ti se derrame desde una sola burbuja de sangre, a que se detenga el latido,
a la perístasis que sigue a los vientos del norte cortando tu respiración.
Miedo a sonreír al extranjero, a enamorarte de quien no estás supuesto ni a
mirar, a que se queme el pescado, se sale el arroz y se pudra la raíz de la
azalea. Miedo de las líneas que eres atravesando un espejo, de la carne manida,
de no querer querer, de no mojarte ni erigirte ni ordeñarte. Miedo a no sentir
miedo, a ver vaciarse de papel todas tus cuentas, a equivocarte de manzana.
Miedo a los vegetales mareados, a las costas embravecidas, a la incertidumbre
de no saber qué pasará mañana con toda tu nostalgia.
Miedo a estremecerte, a
delirarte a romperte, a que las flores se marchiten y la memoria hecha olfato
termine asfixiándote un pulmón. Miedo de tropezar, de gritar, de hacer la
pausa, de dormirte sin saber si vas a despertar. Vivir con miedo es desvivir,
es no vivirse, es una forma de morirse cada día, cada noche, cada reloj, cada
apósito, cada ausencia, cada vez… sin redención".
... ...
Con gran riqueza expresiva, nos cuenta
de sinsabores, incertidumbres algunas reales y otras imaginarias, en las que se
va enredando el desarrollo de la vida que deja de serlo sin un motivo de peso
que lo justifique, y como dice la autora
… ‘sin redención’, si no ponemos de nosotros para liberarnos de tantos
temores irracionales, ellos terminarán manejando nuestra vida, expulsándonos de
ella.
imagen: Artur Politov
“No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la
muerte. Teme al miedo.”
Giacomo Leopardi - Poeta y erudito italiano (1798-1837)
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