"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

miércoles, 2 de julio de 2014

Infancia y escuela - José María Firpo y su recopilación de relatos con humor

"Los locos y los niños dicen siempre la verdad, por eso se han creado los manicomios y los colegios." 
Jaume Perich Escala - escritor, dibujante y humorista catalán (1941-1995)

Una mezcla de humor sano e ingenuo, aparece en la recopilación de historias que José Maria Firpo -maestro de profesión graduado en 1938- realizó a través de años en los que se desempeñó en el sistema educativo en Montevideo-Uruguay y publicó bajo el título de "Humor en la escuela".

Es cierto, esto sucedió en el siglo XX y los tiempos, las circunstancias, la sociedad y los niños han cambiado, pero la inocencia y candidez de los relatos hacen de las historias contadas por éstos niños una lectura agradable, amena y por momentos nos lleva a nuestra niñez, sacándonos una sonrisa.

El sol y la Luna

Para llegar al sol se demoran como 80 años y eso que uno va a 200 kilómetros por hora; y uno, si se pone a ir, se aburre, y a lo mejor, si va solo, no tiene con quién hablar, ni con quién jugar a la baraja, y si mira para abajo, capaz que se almarea y se desmaya.

Yo tengo un tío que siempre dice que se casó por culpa de la luna, y ahora la tengo que aguantar a ésta.

El sol es muy grande y tiene muchos rayos alrededor. Cuando sale, tenemos luz. El sol alumbra de día. Yo nunca vi salir al sol de noche. El sol tiene más luz que la luna porque de día podemos jugar a la pelota y de noche, no.

Si no fuera por el sol, no habría sombra para descansar cuando hace calor.

De noche, la luna es muy clarita, y va caminando y dando vueltas, y tiene 7 chivas. A mí me gusta mirar la luna todas las noches.

El sol es un astro poderosísimo, eso se puede comprobar porque si nosotros tenemos calor en la tierra, qué no será si tomamos un avión y subimos 10 o 20 kilómetros.

La tierra es un poroto al lado del sol.

A la luna no se puede llegar porque uno está acostumbrado a estar en el aire de Montevideo, y cuando llega a la luna, explota como un globo porque el aire allí es más débil.

Yo no podría vivir nunca en la luna porque el aire de aquí es más fuerte que el de allá, y si uno va, se le inflan todas las venas y revienta y se hace mil pedazos.

Cuando el sol sale parece una papa.

El sol le da fuerza a la luna para que nos alumbre la tierra de noche. Si no hubiera sol, la tierra tendría que ser alumbrada con bombitas.

A la luna nadie puede llegar y si llega no puede vivir, porque allá arriba hay otra clase de mofera. Y si uno se mete dentro de esa mofera, revienta en seguida.

La luna sigue a la tierra como un cachorro a su dueño.

Yo digo que si quisiéramos ir al sol tendrían que ir algunos sabios con chiquilines de 10 a 12 años, como nosotros. Entonces los sabios les van enseñando dónde tienen que ponerse cuando lleguen al sol, cómo tienen que hacer la casa, y el idioma que tienen que hablar allá, y eso; entonces cuando lleguen, los niños ya son hombres sabios, de tanto oír a los otros, y los sabios ya se murieron, y entonces cuando llegan, los
entierran en el sol.
 ... ...

'El sol y la Luna' es una de las muchas narraciones que he elegido por ser en alguna medida menos localista, de forma que pueda ser disfrutada por quienes la leen, aún en lugares alejados de la realidad e idiosincracia uruguaya.

Un autor que merece ser recordado como homenaje a su dedicado trabajo como docente y un relato en el que a pesar del tiempo transcurrido disfrutamos de la espontaneidad y transparencia infantil y en cuyo texto se perfilan claramente características de una época.

"La única diferencia que hay entre hombres y bestias es la escuela. El maestro da al niño todo aquello que cree, sabe y espera. Cuando crece, el niño añade algo más y así la humanidad avanza" 
Lorenzo Milani - Escritor y pedagogo italiano (1923-1967)
 

1 comentario:

  1. Como todo lo que puede expresar un niño, transparente y especial, aunque es claro que son los dichos de un niño de otra época. Muy bueno.

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