"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

miércoles, 30 de julio de 2014

Espiritualidad y sufismo - buena o mala suerte

"La suerte no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables."
Orison Swett Marden - escritor estadounidense (1850 - 1924)

A modo de introducción
(introducción ya publicada en post del 27 de octubre de 2013)

El Sufismo es la esencia y la espiritualidad del Islam. fuente de conocimiento, y filosofía de vida que está en los cimientos de todas las religiones, aun en la discrepancia, una vía espiritual, material y social, en la que no hay una renuncia a la vida. 

El sufí es el que trata de vivir en la vida cotidiana lo que Allah le ha decretado, y para ello necesita esforzarse y luchar. Es el viaje del buscador hacia Allah, una vía personal, y no debe confundirse con un sufismo “amoroso”, “universalista”, “poético” a la espiritualidad de la “New Age” difundido por Occidente, aunque sea con buenas intenciones.

Al que sigue esta vía se le llama pobre, faquir, porque la “pobreza” en la vida espiritual es un estado imprescindible y necesario. Allah es quien todo lo posee, reconociéndonos dependientes de Él y aceptando Su decreto, se alcanza la paz.

Como enseñanza se utilizan cuentos, -como las parábolas en la Biblia para los cristianos-, se perciben con el corazón y no con la mente, no se trata de descifrar su significado, sino más bien de permitir que se produzca su efecto sutil al leerlos. 
Esas enseñanzas pueden ser seguidas por cualquier persona y como todo lo que nos hace reflexionar refuerza nuestro espíritu.

Buena suerte o mala suerte
 
Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra.
El vecino que se percató de este hecho corrió a la casa del hombre para avisarle: -Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
 
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes más. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No sólo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar, ¡qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
 
Unos días más tarde el hijo montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido!, tras el accidente tu hijo no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
 
Pasó el tiempo y estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército empezó a reclutar jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al accidentado se le declaró no apto. Nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
... ...

Reflexión: Varias lecturas podemos hacer de este cuento que es una pequeña joya,

1.- La imprudente facilidad y rapidez con la que muchas veces emitimos nuestros juicios sin tomar en cuenta el tiempo necesario para formar una opinión antes de darla.

2.- Las cosas nunca son tan malas o buenas como pueden parecer a simple vista. Siempre podemos encontrar algo bueno en lo malo si sabemos buscarlo o viceversa.

3.- Mas allá de esa buena o mala suerte, la enseñanza puede estar en la actitud de ecuanimidad adoptada, no añadiendo dolor al dolor, asumiento que la vida es cambio, sufrimiento y alegria y de nosotros depende cuanto nos afectan las cosas.
 
4.- Ver como oportunidades de crecimiento las experiencias desafortunadas, viendo como sabia la postura de dejar a Dios, Allah, el Universo, o como queramos llamarle, decidir lo que es para cada quien buena o mala suerte.

“La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera.”
Konrad Adenauer - político alemán (1876-1967)

 

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