Julian Barnes - novelista
británico contemporáneo
Vivimos apurados, tratando de llegar
a tiempo, intentando cumplir con todos los compromisos que adquirimos, algunos
voluntarios, otros impuestos por las circunstancias, y en esa vorágine que nos
envuelve y por momentos no nos permite detenernos a pensar y priorizar, que es
lo imprescindible, que es lo importante, que es lo necesario y que podemos o
debemos desechar, vemos pasar el calendario y la vida sin asumirlo, hasta que
en algún momento aparece un evento que nos hace reaccionar, cuando los
sentimientos y las emociones quedan a flor de piel.
Quitemos dramatismo a esos
momentos, asumiendo que son necesarios para que reaccionemos, así lo expresa el
escritor español Eloy Moreno, en un brevísimo fragmento de su próxima novela.
“ … de vez en cuando a todos se nos cae la vida, y eso no es tan malo,
a veces es necesario. A veces es necesario que se rompa en mil trozos para que,
en el momento de recogerlos, sepamos cuantos debemos dejar en el suelo,
abandonados.”
Parafraseando al escritor, “… que
la vida se nos caiga…”, nos permiten
tomar conciencia de las cosas que hacemos bien, otras que no deberíamos hacer, y
cuantas nos van quedando sin hacer, sin percibir que el tiempo no espera ni
perdona y que cuando lleguemos al final del recorrido lamentarnos no será una
opción válida.
Tomemos esos momentos difíciles,
esas circunstancias inesperadas, esos episodios que nos movilizan, como señales
que nos alertan y dan la oportunidad de corregir y retomar el camino eligiendo
que llevar con nosotros y de que desprendernos.
Crisis y oportunidades van de la
mano, si sabemos valorarlas en su justa medida, aprendamos de ellas y dejemos que el corazón nos guíe.
Imagen: Sebastiao Salgado
“En las grandes crisis el corazón se rompe, o se curte.”
Honoré de Balzac – novelista francés (1799-1850)
Honoré de Balzac – novelista francés (1799-1850)
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