"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )

lunes, 17 de agosto de 2015

Etnia tuareg - Moussa Ag Assarid, ... cuando el tiempo se mide en luz ...

"Mucha gente no puede ni emanciparse, es decir, no puede ni darse cuenta de la esclavitud en que le mantiene las ideas en medio de las cuales se ha educado."
Samuel Butler - escritor, compositor y filólogo inglés (1835-1902)

 

Un cierto aire de misterio rodea la cultura, costumbres y tradiciones de este pueblo, originario del norte de África, al igual que el resto de las etnias bereberes, -los tuareg-, un pueblo tradicionalmente nómada que ha poblado el Sáhara y el Sahel, falto de unidad política a lo largo de su historia, que ha mantenido luchas con las naciones vecinas y entre sí, dedicado al pastoreo de camellos y cabras.

El imaginario popular, los instala de manera romántica e idealizada, en una tierra infinita, como pueblo de hombres libres, jinetes valientes, los hombres azules de desierto. Pero la realidad está alejada de esos parámetros, su vida cotidiana en el desierto, está organizada con la tienda como centro del campamento y de la comunidad familiar. 


Poco conocidos en occidente hasta el siglo XIX, su historia y sus tiempos de plenitud se encuentran en los textos de los antiguos cronistas árabes, y entre las peculiaridades de su cultura sabemos que deben su nombre al color índigo de su vestimenta, obtenido de un colorante vegetal que con el calor del desierto se disuelve poco a poco y va tiñendo la piel, protegiéndola de las inclemencias de un especialmente hostil clima, así como que son los hombres y no las mujeres quienes cubren su rostro.

A través de Moussa Ag Assarid, un tuareg cuya propia vida es la mejor historia para la reflexión, hemos conocido recientemente, aspectos poco conocidos de la vida áspera y sacrificada de hombres, mujeres, ancianos y niños olvidados por la inequidad de un mundo injusto y sin oportunidades, que ellos no merecen.

Nacido en una familia de 12 hermanos, aproximadamente en 1975, en algún rincón del desierto de Mali, este hombre no sabe exactamente cuantos años tiene, porque como él  dice: 'en el desierto el tiempo es luz, no horas ni  días'. Hace unos años decidió viajar a  Europa, primero para estudiar, y luego en busca de fondos con que cumplir su sueño de fundar una escuela para  los niños del desierto y lo ha ido consiguiendo gracias a su tenacidad y a la llamada 'Caravana del Corazón', la escuela nombrada como 'La escuela de Arenas', fundada en el año 2002, actualmente ya recibe niños y niñas tuareg que aprenden a coservar su cultura, formándose para enfrentar un futuro incierto, con mayor esperanza y serenidad. 

Ha escrito algunos libros, reivindicando los valores 'del ser no del tener'. Cuando se le pregunta sobre la atracción del desierto para los occidentales, manifiesta que '... es el único lugar del mundo junto con el mar donde el hombre se enfrenta cara a cara consigo mismo ...', ' ... la naturaleza se siente, y el hombre se da cuenta de lo insignificante que es ...'

Un hombre especial que ha querido, ver mas allá, vivir mas allá, buscar mas allá, para él no existe el reloj, él sólo tiene tiempo y en su paso entrega  su experiencia, con alegria, permitiéndonos conocer otra cultura y una realidad diferente y dura de éste nuestro mundo.

Fuente: http://www.altairblog.com/usuario/mSalvador/blog/25/conversaciones_con_Moussa_AG_Assarid_Tuareg_hombre_azul


" 'Los tuareg pinchan con sus lanzas las estrellas, para alumbrar con ellas los caminos ...' Era un hermoso dicho del desierto; nada más que una frase, pero quien la inventó conocía bien aquellas noches y aquellas estrellas, y sabía lo que significaba contemplarlas durante horas tan de cerca."
Alberto Vázquez-Figueroa - novelista, periodista e inventor español contemporáneo; del libro 'Tuareg'.

 

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