“En nuestros locos intentos ,
renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser.”
William Shakespeare – dramaturgo, poeta y actor inglés
(1564-1616)
Generalmente y aún sin
darnos cuenta, vivimos condicionados a formas de hacer, a cosas que creemos
imprescindible tener, a personas sin las cuales nos sentimos inseguros, debido
a una serie de apegos que finalmente terminan cohibiendo nuestras capacidades y
la propia libertad.
Adoptamos conductas
inadecuadas aferrándonos a lo ‘habitual’, dando exagerado valor a lo que en
realidad no lo tiene, y por eso es bueno de vez en cuando refrescar nuestra
memoria interpelándonos a nosotros mismos sobre lo que realmente necesitamos en
nuestra vida y lo que es accesorio y prescindible.
Siempre es útil apelar
a relatos que nos ayuden a clarificar las ideas y de eso se trata éste que
comparto ‘Que necesito?, del libro ‘Cuentos para entender el mundo’ del
escritor español Eloy Moreno una recopilación de textos adaptados sobre
antiguos cuentos sufíes, zen o como en éste caso una historia atribuída a
Sócrates, ideales para reflexionar.
‘Un maestro se desplazó, junto a un grupo de monjes, a una gran ciudad para participar en unas jornadas sobre la meditación y el desapego de lo material.
‘Un maestro se desplazó, junto a un grupo de monjes, a una gran ciudad para participar en unas jornadas sobre la meditación y el desapego de lo material.
Habló sobre lo fácil
que es vivir con poco, sin lujos, sin las necesidades impuestas por el
consumismo desmedido. Contó que él apenas tenía muebles o ropas y era muy
feliz.
Tras acabar las
jornadas, el maestro y sus alumnos se fueron al aeropuerto para coger el avión
de regreso. Como tenían dos horas libres decidieron entrar en un centro
comercial, pues la mayoría de ellos nunca había estado en ninguno.
Pasearon por los
pasillos observando todos los productos que les rodeaban, y cuando ya había
transcurrido más de una hora decidieron que era momento de irse, pero no
encontraban al maestro por ningún lado.
Finalmente lo
descubrieron yendo por los pasillos, tocando la mayoría de objetos, examinándolos,
interesándose por ellos… incluso llegó a preguntar a algún vendedor por el
precio o utilidad de los mismos.
Asombrados por aquel
comportamiento, ninguno se atrevió a decir nada y, lentamente, se dirigieron a
la salida para esperarlo allí.
Cuando ya apenas
faltaban unos minutos para embarcar observaron que el maestro salía
tranquilamente del centro comercial y se dirigía hacia ellos.
-Bien, hermanos, se ha
hecho un poco tarde, creo que ya es hora de marchar hacia casa -les dijo.
Todos se quedaron en
silencio. En realidad ninguno de los alumnos se atrevía a decir nada, pero no
entendían que justamente él hubiera caído en la redes del consumismo.
Finalmente, uno de
ellos, el más joven, se atrevió a hablar.
-Maestro, ¿puedo
hacerle una pregunta?
-Claro, adelante.
-Como es que usted, que
cultiva la austeridad, ha estado tanto tiempo observando todo lo que había allí
dentro.
-Es que me he quedado
maravillado de todas las cosas que existen y no necesito.’
… …
Apegarnos es parte de
la condición humana, encontrar la manera de discernir y decidir alejar lo
innecesario, practicando el desapego y valorando lo realmente importante de la
vida es nuestra prerrogativa, aprendamos a ver, soltemos lo que nos ata impidiéndonos ser.
“El origen del sufrimiento es el
apego, que crea la ilusión del ego.”
Buda Gautama - asceta y sabio nacido en Nepal y muerto en la India, sobre cuyas enseñanzas se fundó el Budismo (aprox. 560-480 a.C.)
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