"Ser tú mismo en un mundo que constantemente intenta hacerte otra persona, es un gran logro."
Ralph Waldo Emerson - escritor, filósofo y poeta estadounidense (1803-1882)
Fallecido en enero pasado, el sociólogo y pensador polaco Zygmunt Bauman, junto con su partida ha logrado que volvamos a visibilizar su modo de pensar, instaurando el concepto de liquidez, para el amor, la modernidad y la sociedad misma, tratando de contraponer y entender la sociedad en que vivimos, donde todo es fugaz frente a la solidez de otros tiempos, tal como cuentan las realidades históricas.
A modo de simple pantallazo basta repasar los cambios que en la sociedad -cuyas estructuras, límites y normas fueron inalterables-, se han dado en ámbitos tan sensibles como los relativos al trabajo o el matrimonio, totalmente diferentes entre sí, antes asumidos de por vida, y al mismo tiempo hoy igualmente desaparecidos, donde lo común es la volatilidad de las situaciones y las relaciones personales dejan de ser importantes.
Según Bauman, 'estamos aferrados a un tiempo veloz, donde todo es precario y provisorio, tenemos miedo de asumir soluciones permanentes, nos sabemos cambiables, que eso sucede de un momento a otro y por ello evitamos asumir compromisos 'para siempre', generando una situación líquida que podríamos visualizar como el líquido en un vaso que al más ligero empujón cambia la forma del agua'.
Tales conductas condicionan la perseguida felicidad y al respecto en algún momento le preguntaron al sociólogo si habíamos olvidado como ser felices.a lo que respondió: '... he de admitir que hay muchas formas de ser feliz. Y hay algunas que ni siquiera probaré. Pero sí que sé que, sea cual sea tu rol en la sociedad actual, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda. El reverso de la moneda es que, al ir a las tiendas para comprar felicidad, nos olvidamos de otras formas de ser felices, como trabajar juntos, meditar, estudiar'.
Todos
estos conceptos nos llevan sin dudarlo a tres pensamientos, el primero que pone
de relieve la fragilidad del ser humano, sin marco de referencia válido y desarraigado, que empeñado en lograr cambios para
hacer de éste un mundo mejor, sólo consigue sentirse incapaz de cambiar
algo, convertido en un conjunto de buenas intenciones muy alejadas de la
realidad, el segundo que la transitoriedad es lo realmente permanente y la ausencia de certezas impone al hombre hacerse cargo de los miedos y angustias de cara al futuro, el tercero que, como toda idea, es cuestionable, debatible y cada quien tomará su postura al respecto.
imagen: Marco Abergo
"La tragedia del hombre moderno no es que sabe cada vez menos sobre el sentido de su propia vida, sino que se preocupa cada vez menos por ello."
Václav Havel - escritor, dramaturgo y político checo (1936-2011)
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