Agustín de Hipona - santo, padre y doctor de la Iglesia católica (354-430)
La liturgia Pascual presente en ésta semana, nos acerca al misterio de la Resurrección de Cristo y con ello a la reflexión aún para quienes no se consideran cercanos a lo religioso.
Para quienes nos sentimos cristianos, creyendo en una vida que nos trasciende más allá de ésta, la Semana Santa, si bien implica una carga de dolor, significa en si misma. la esperanza de resurgir, y en esa misma dualidad, nos hace pensar en el sacrificio del Cristo, el hombre-Dios, y pone en nuestros corazones la ilusión y el deseo de una vida y un mundo mejor.
Sin darnos cuenta nos sentimos más cerca de lo divino más propensos a agradecer, con el corazón dispuesto a aceptar y volver a comenzar, con el ánimo de lograr un verdadero dolor por nuestros errores y un sincero propósito de enmienda.
Podemos quedarnos en lo anecdótico, en el recuerdo del hecho histórico, sin embargo la muerte de Cristo, nos invita a identificarnos con el sufrimiento del Señor en la pasión, reflexionando sobre el perdón, la paciencia, la comprensión y la generosidad para con nuestros semejantes.
Una forma y un momento adecuado para sentir que debemos dignificar nuestra vida, buscando un sentido nuevo, más profundo, que nos permita encontrar nuestro norte, tranformándonos en mejores personas con nuevos y renovados propósitos para vivir, llevando luz y esperanza a la oscuridad de otros.
Imagen: Vera Vilela
"No es la cruz el signo de padecimiento, es el símbolo de la redención."
Juan Pablo Duarte - político y activista liberal dominicano (1813-1876)
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