"Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños.”
Khalil Gibran -
poeta, pintor, novelista y ensayista libanés ( 1883 - 1931 )
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viernes, 27 de noviembre de 2020

Plegaria, ... una expresión de esperanza - 'El arte de los pequeños pasos'

"La oración no cambia a Dios pero cambia a quien ora.” - Soren Kierkegaard - filósofo y teólogo danés (1813-1855) 

Este siglo XXI ha puesto al mundo y la sociedad frente a situaciones difíciles de enfrentar, crisis económicas, sanitarias, políticas, ambientales y los intereses creados en torno a cada una de esas circunstancias así como sus consecuencias han llevado a muchos por el camino de la espiritualidad en la búsqueda de inspiración, contención y estímulo para sobreponerse en la adversidad.

En ese contexto, en las redes circula desde hace un tiempo un texto con las características de una plegaria, atribuída a Antoine de Saint-Exupery, a quien se le identifica con su más conocida obra ‘El principito’. Esa oración llamada 'El arte de los pequeños pasos' es la que transcribo aquí

 


Señor: enséñame el arte de los pequeños pasos.

No pido milagros ni visiones, ¡pido fuerza para la vida diaria! Dame la atención y la creatividad para notar a tiempo los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente.

Fortalece mis elecciones al discurrir del tiempo. Dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario. Te pido fuerza, autocontrol y mesura para no dejarme llevar por la vida, sino más bien organizar sabiamente cada momento de la jornada. Ayúdame a enfrentar lo mejor posible lo inmediato, y a reconocer que esta hora es la más importante.

Otórgame la lucidez para reconocer que la vida está acompañada de dificultades y equívocos, y que estos son oportunidades para crecer y madurar.

Haz de mí un ser humano capaz de acompañar a quienes se encuentran en lo más bajo.

No me des lo que pido, sino lo que necesito.

¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!

¡Así sea!

… …

Un bello texto, que sin entrar en los detalles de su valor literario, logra convertirse en una genuina expresión de aliento y compasión, para sostener y fortalecer a quienes lo necesiten, que es capaz de trasmitir un mensaje de esperanza apelando a las cosas sencillas y cotidianas de la vida y que merece ser conocido.

imagen: Elena Yushina

“Dios existe. Y si no existe debería existir. Existe en cada uno de nosotros, como aspiración, como necesidad y, también como último fondo, intocable de nuestro ser.” - Octavio Paz - escritor, poeta, dramaturgo, ensayista y político mexicano, Nobel de literatura 1990 (1914-1998)


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Orar - sin palabras, ... desde el corazón

"Si tienes un amigo recorre con frecuencia el camino hacia su casa, de lo contrario corres el peligro de que crezca la maleza y no encuentres el camino". - Proverbio oriental  

Creer o no creer en la existencia de un Dios es un eterno tema de discusión en el que más allá de los argumentos esgrimidos a favor o en contra de cada tendencia de opinión y sin importar la forma en que lo llamemos, Dios, Allah, Yahvé, Buda, etc, es una forma de relacionarnos con una energía espiritual que nos excede.

Tener fe en alguna de esas deidades es tener la seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no  vemos y esa fe nos lleva a querer mantener un vínculo a través del cual podamos conectarnos y sentirnos escuchados.

La conexión la entablamos a través de la oración, y para hacerlo no es necesario recitar de memoria oraciones aprendidas, orar es una necesidad interior que busca solamente un encuentro  intimo y personal con el Dios en el que creemos. Cuando oramos buscamos comunicarnos con ese ser amigo en el que sentimos podemos apoyarnos, dialogar con él, y esa intimidad nos dará sosiego espiritual, .

Y si hablamos de un Dios amigo al que seguramente recurriremos en momentos difíciles para pedir y en momentos de bonanza para agradecer, cabe aquí señalar que la oración no tiene que ser grandilocuente, sino un momento de intimidad  y desde el corazón, como dice San Agustin:

"La verdadera oración no está en su voz, sino en el corazón. No son nuestras palabras, sino nuestros deseos los que dan fuerza a nuestras súplicas. Si invocamos la vida eterna con la boca, sin desear desde el fondo de nuestros corazones, nuestro grito es el silencio. Si no hablamos, sino que deseamos de todo corazón, nuestro silencio es un grito." 

Orando cuidamos la relación con Dios, tal como lo haríamos con un amigo cercano, poniendo el corazón, fortaleciendo un vínculo especial que podemos mantener desde nuestro silencio interior.

"La oración es el desahogo de nuestro corazón en el de Dios."
San Pio de Pietrelcina - religioso capuchino y santo italiano (1887-1968) 
 

sábado, 28 de junio de 2014

Una oración diferente - por los niños del mundo

"En cada niño nace la humanidad."
Jacinto Benavente - dramaturgo español (1866-1954)

En palabras de José Martí, "los niños son la esperanza del mundo" y esta oración rogando por ellos preparada por la Hna. Mónica Scavuzzo y la Srta. Adriana Rita Parise integrantes del Equipo de Justicia y Paz de la Congregación del Buen Pastor, es de una sensibilidad que merece ser tenida en cuenta.

Plegaria por los niños

Quiero pedir por los niños que dejan
sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan,
que saltan en los charcos
y arruinan sus pantalones nuevos,
que comen dulces antes de la comida y
que nunca encuentran sus zapatos en la mañana ...

Quiero pedir por los niños que miran
a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas,
que nunca han caminado por la calle
con un par de zapatos nuevos,                        
y que han nacido en lugares a donde
nosotros jamás nos acercaríamos,
que es donde probablemente morirán...

Quiero pedir por los niños que nos dan
besos pegoteados de caramelo y ramos de flores,
que duermen con su perro
y quieren enterrar a sus pescaditos,
que nos abrazan muy fuerte y que olvidan
su dinero para la merienda,
que riegan la pasta de dientes por todo el baño,
que observan con ojos asombrados
a su padre cuando se afeita y
a su madre mientras se maquilla,
que hacen ruido cuando toman la sopa...

Y también quiero pedir por los niños que
nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita
que llevar a todos lados,
que ven a sus padres sufrir,
que se acercan a nuestros coches en cada
crucero pidiendo con sus ojos,
que no tienen baños para asearse,
y cuyas fotos aparecen en las estaciones
de policía y no en las oficinas de sus padres...

Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas
suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran,
que duermen bajo el cielo abrigados por
periódicos, que nunca han ido al dentista,
que no reciben mimos de nadie,
que van a dormir hambrientos
y despiertan hambrientos,
que no tienen dirección...

Quiero pedir por los niños
a quienes les gusta que los carguen
y por aquellos que tienen que ser cargados,
por los que se dan por vencidos y
por los que siguen luchando,
por los que no encuentran manos que tomar...

Por todos esos niños, Señor,
quiero pedir el día de hoy, porque
todos son valiosos, dan una nueva forma
de amor a nuestras vidas y una razón para vivir,
porque ellos nos hacen sentir la necesidad
de comprometernos a construir
un mundo más justo...

Rezo y pido por nuestros hijos,
los que nacieron y los que nacerán,
porque son la mejor esperanza para
nuestro mundo, la compensación de nuestro
trabajo, la realización de nuestros sueños
incompletos,
la garantía de nuestra inmortalidad...
y la muestra de que Dios no ha perdido
la esperanza en los hombres...

Por todos los hijos del mundo...
para que DIOS los bendiga con amor
y alegría.

Amén

Por todos los niños del mundo, sin excepciones.- 

"Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad."
Karl A. Menninger - siquiatra estadounidense (1893-1990)