‘Las palabras acercan. Los silencios destruyen.’ - André Mauroi - seudónimo de Émile Herzog, novelista y ensayista francés. (1885-1967)
Hacernos cargo de los cambios culturales entendiendo las lenguas como primera ciencia social que posee el hombre para comunicar ideas, emociones y deseos y por tanto están en constante cambio acompañando el desarrollo, crecimiento e innovación en la sociedad cualquiera sea, y el idioma español no está exento de ésta particularidad.
El lenguaje es parte de la necesidad de superación del hombre y de los nuevos campos de conocimiento. Por ello cuando una expresión innovadora tiene éxito, empieza a ser repetida por más hablantes y con el paso de años o siglos, lo que una vez fue original se desgastará pasando al grupo de las expresiones estándar siendo abandonada por otras más innovadoras.
Eso hace al dinamismo, vitalidad y característica principal de cada lengua, en el idioma español –que es el que conozco y al que puedo referirme-, hay múltiples ejemplos de esa permanente modificación.
Entre las muchas peculiaridades hoy quiero referirme al uso que hacemos del ‘buenos días’ –en plural-, en lugar de decir ‘buen día’, utilizados ambos y aceptados por la RAE a diferencia de como sucede en otros idiomas (ej.: good morning, bonjour, buon giorno, etc.).
Al respecto existen varias teorías, que no dejan de ser eso, sólo hipótesis:
• Tal vez en el origen se dijera ‘buenos días os dé Dios‘, como una oración y expresión de deseo que luego se redujo.
• tal vez fue por analogía con las horas canónicas -división del tiempo en siete partes empleada en la Edad Media en la Europa cristiana, siguiendo el ritmo de los rezos en los monasterios. (ej.: maitines, laudes, etc.)
• Otros sostienen que la utilización del plural no hace a la cantidad sino a la intensidad y expresividad. (ej.: muchas felicidades, mis condolencias, etc.)
Más allá de éstas que podríamos llamar ‘curiosidades’, hablar bien es una habilidad esencial y hacerlo apropiadamente es satisfactorio para nosotros mismos y una señal de respeto hacia los demás con quienes nos relacionamos.
La sociedad se transforma y la lengua –parte fundamental de nuestra cotidianidad- con ella, por otra parte el saludar y expresar buenos deseos es un gesto de amabilidad que en sólo dos palabras -sin importar que sea en singular o plural-, hace la diferencia hacia quien lo recibe, y debería ser una costumbre que no debemos perder, no lo olvidemos.
“Si le saludan, devuélvanse los saludos más cordialmente. Si es favorecido, reembolse la obligación varias veces; pero el que toma la iniciativa siempre se destacará en mérito”. Ali ibn Abi Talib - primo y yerno del Profeta Mahoma, Califa ortodoxo (599-661 d.C.)
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