Fernando Pessoa – poeta y escritor portugués (1888-1935) De las cartas a Ofelia Queiroz
Vivimos un tiempo donde
todo es inmediato, simultáneo, lo vemos en las comunicaciones donde sin
importar distancias, la noticia de lo que sucede ahora en un lugar se replica
en el resto del mundo en el mismo momento, producto del avance de la tecnología.
Si
pensamos en la manera de comunicarse hace un siglo atrás ineludiblemente llegamos
a la existencia de las cartas, esa correspondencia hoy desplazada por el e-mail, relegada y olvidada, cuando en su momento ocupó un lugar peculiar en la sociedad, que era esperada con
entusiasmo e ilusión o con desesperación y angustia, y a su vez era recibida
con alegría o tristeza de acuerdo al mensaje que llevara.
Pero las cartas no sólo llevaban noticias de un continente a otro, también era la forma de comunicarse entre hombres y mujeres, con declaraciones de amor, importantes secretos, confesiones imposibles. Eran importantes por si mismas, se esperaban con ansiedad y se guardaban celosa y prolijamente, eran una parte de quien las escribia y también de su destinatario, eran un tesoro tan importantes como la vida misma.
Ejemplo
de ellas es el fragmento que les dejo del escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942)
de su obra "Carta de una desconocida", una triste historia de un amor
imposible, relatada a modo de carta, que fuera llevada al cine con el mismo
nombre.
“Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora.”
Un texto romántico,
brillante, una joya literaria, de un autor algo olvidado, que nos permite entrar
en el espacio de los sentimientos, y que además nos lleva a pensar en los
cambios que la estructura social y las costumbres han sufrido a través del
tiempo, y dentro de ese proceso la desaparición de las cartas, esas que anunciaban nacimientos y muertes, decían de amores y desamores, que fue soporte de quienes iban a la guerra, intermediaria en importantes negocios, mensajera de añoranzas por la familia lejana.
Cartas, un elemento representativo de otros tiempos que se ha perdido, y con esa pérdida tal vez también se ha perdido el sabor y encanto de una época que tuvo otras esperas, otras limitaciones, otras pautas para relacionarse, una sociedad diferente para la que las cartas eran sinónimo de todos las emociones, afectos y esperanzas que en ellas depositaban.
Click aquí para leer on line: 'Carta de una desconocida'
Cartas, un elemento representativo de otros tiempos que se ha perdido, y con esa pérdida tal vez también se ha perdido el sabor y encanto de una época que tuvo otras esperas, otras limitaciones, otras pautas para relacionarse, una sociedad diferente para la que las cartas eran sinónimo de todos las emociones, afectos y esperanzas que en ellas depositaban.
Click aquí para leer on line: 'Carta de una desconocida'
“Esperaba
con impaciencia la respuesta a mi carta, sin atreverme a abrigar una esperanza
y tratando de acallar los oscuros presentimientos.”
Aleksandr Pushkin – poeta, dramaturgo y novelista ruso (1799-1837)
Aleksandr Pushkin – poeta, dramaturgo y novelista ruso (1799-1837)
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